(disección publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
Que sí, que Cursach debe ser liberado hoy mismo porque, como dicen nuestros inestimables prodigios de las redes sociales y la nueva política, la cárcel no sirve para nada. Así que mejor en casita, Tolo, pues tu único pecado fue tener una idea alternativa de lo que es justo, y ante ese ejemplo de criterio propio no debemos oponer la cobarde violencia institucional. Lo mismo vale para ‘presos políticos’ como Ignacio González, o un Granados que estuvo 2’5 años en prisión preventiva. Bárcenas se chupó diecinueve meses. Todos fuera, ¡liberad a Barrabás! No judicialicemos la política porque esto de la trena no rehabilita, lo dice su ilustrísima Évole. Los jueces no se enteran de nada, batuadell!, es insoportable que quieran aplicar criterios judiciales en lugar de conveniencias electorales. Si de verdad queremos ser como Dinamarca, una minucia como es un golpe de Estado incluso debería ser aplaudida. Mejor que nos juzguen Colaus, Fachines o Rufianes, gente más fina, responsable y sobre todo tremendamente ecuánime.
El
caóticamente locuaz Nel Martí también parece muy amigo del diálogo
y la proporcionalidad. Sin embargo, como sus compiyoguis de
gobierno, sólo exige lo que no practica. ¿Cuándo comenzamos a
debatir que se corrija la desproporcionalidad de que Menorca tenga
más escaños que Ibiza, contando con menos población? ¿O que Més
per Menorca tenga 3 diputados con sólo 6500 votos, mientras que
Ciudadanos no pasa de 2 con más de 25000 papeletas mallorquinas?
Otra que tal, Margalida Capellà, que ahora afortunadamente se retira
del Parlament (os acompaño en el sentimiento, Facultad de Derecho de
la UIB, que es a donde regresa), predica consenso y conciliación,
pero fue la primera persona que en Twitter manifestó de mala manera
(“Ve preparant sa cartera, són 3000 euros”. Luego borró el
tuit) su deseo de que el Govern me empurara con esa considerable
sanción económica por mi tergiversada disección aquella sobre Cort
y el concejal Joan Ferrer. Diálogo, pide ahora, sólo con sus amigos
golpistas, pero a saco contra un modesto pero al parecer molesto
plumilla. Parlem, tú conmigo, pero yo sólo si me apetece o
conviene. A todo esto, sigo sin saber qué resolución tomará el
Govern sobre mi multa administrativa. Pero viendo que tardaron casi
10 meses en abrirme el expediente, cuando con el otro encausado por
la misma ley sólo invirtieron unas semanas en sacarle la tarjeta
amarilla, puede que la intriga se alargue un poco. Les mantendré
informados.
Al
menos tenemos clara una cosa: la mayor de las desproporcionalidades
es la que separa a tantos egos de infinita megalomanía de unos
conocimientos y responsabilidades sepultados irreparablemente en el
fondo de la Fosa de las Marianas, el punto más sumergido del
planeta.
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