lunes, 30 de diciembre de 2013

EL TIMO DE LAS CAJAS


  (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Hace un tiempo ya me referí en este periódico a la responsabilidad de las cajas de ahorros en los problemas del sistema financiero español, que necesitó ser rescatado por la UE. España es un país de extremos: por un lado tenemos algunas de las mejores empresas del planeta en su sector, como es el caso de Inditex, y por el otro ese indescifrable funcionamiento del mercado eléctrico, que no entiende ni el más experto en estos menesteres, pero que deja para todos el inequívoco rastro de la partitocracia. En la esfera financiera también la situación se bambolea en los extremos: si algunos de los mejores bancos de Europa son españoles, como los privados BBVA, Santander y Popular, también tenemos los peores de todos, con las antiguas cajas copando las posiciones de cola. Con la transformación de estas cajas en bancos privados parecía que podía resolverse el problema, pero de nuevo nos encontramos con los problemas habituales cuando la política española entra en un dominio privado.
Seguimos esperando reformas, en lugar de recortes destinados a salvar el barco sin tocar el poder de la partitocracia, que en gran parte nos ha conducido a la situación actual. El caso de las antiguas cajas es gravísimo y evidencia la estrategia de los partidos de poder: que la clase media pague al completo lo que ellos han destrozado. No sólo me refiero sólo a los impuestos, sino a las cantidades industriales de dinero público que se invirtieron en las antiguas cajas para su reflotación. Según Casimiro García-Abadillo (23 diciembre), estamos hablando de 71.064 millones de euros, que suponen más del 7 % de nuestro PIB. Dinero público, recordemos, de usted y de un servidor, que luego resulta, en pirueta tremenda, que el Estado no va a recuperar. Porque se están vendiendo cajas rescatadas a precio de saldo, o directamente son regaladas (el Banco de Valencia a Caixabank; también la CAM y el Banco Gallego), después de haberlas salvado a costa del contribuyente. En otros lugares, como EEUU, resulta que los bancos sí que han devuelto ya gran parte de las ayudas. Pero aquí no, y nadie parece exigirlo. Para colmo, no sólo se pierde dinero en estas extrañas operaciones, sino que el Estado ¡se ha comprometido en la cobertura de futuras pérdidas!
Somos el país de la ausencia absoluta de responsabilidad pública, por eso nadie dimite. En este caso, a la hora de reformar las cajas no se han tocado, salvo el caso de Bankia, a la mayoría de los gestores que llevaron a estos bancos a la ruina. Todo sigue igual, esperando a que escampe, pero con una clase media pisoteada.

lunes, 23 de diciembre de 2013

FÚTBOL: BURBUJA Y OPIO

  (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Tras el inicio de la Crisis, las distintas burbujas superpuestas a la principal, la de la construcción, han ido explotando y perdiendo el aire artificial que guardaban en su interior. Sin embargo, una de ellas sigue resistiéndose (junto a la de la partitocracia): el fútbol. En todo el mundo, y en España en especial, el fútbol es más que un deporte, pues ha alcanzado ese terreno sacrosanto e inatacable de lo religioso. No sólo entretiene, sino que dirige las ambiciones y deseos de una gran parte de la nuestra población, más preocupada por la clasificación de La Liga que por los datos macro o microeconómicos de nuestra enferma sociedad. El fútbol ha vivido en una evidente burbuja fiscal, pero también ha sido nuestro opio adormecedor, sobre todo desde que las selecciones ganan títulos, premio de consolación para las alienaciones habituales de nuestro día a día. Para colmo, la Crisis no sólo no ha hecho retroceder este fenómeno, sino que lo ha ampliado, pues ha servido como válvula de escape a los problemas más cercanos a la ciudadanía.
Hace una semana, la Unión Europea avisó a nuestro país de serias deficiencias en nuestro fútbol, con respecto a la infracción de normativas comunitarias. Se centran en cuatro clubs que no se convirtieron en su día en Sociedades Anónimas (Madrid, Barça, Bilbao y Osasuna), y otros dos (Elche y Hércules) a los que ha ayudado descaradamente el gobierno de la Comunidad valenciana. El Madrid se enfrenta a un expediente relacionado con operaciones urbanísticas facilitadas por el ayuntamiento de la capital (1998), que permitió enriquecerse al club blanco (gracias a unos terrenos cedidos por 421 mil euros, y luego vendidos por 22'7). El Bilbao se encuentra en una situación parecida, a cuenta del nuevo San Mamés.
Pero es que el problema va más lejos, alcanzando a toda la primera división, que en bloque adeuda cantidades muy elevadas a Hacienda, además de retrasos importantes en las cotizaciones de la Seguridad Social. No hace falta recordar que en otros ámbitos, las empresas que incurren en estas anomalías son rápidamente sancionadas o incluso intervenidas. El fútbol, en cambio, se mueve en base a otras reglas. Lo que encontraríamos si de verdad se hiciera una inspección a fondo en este mundillo... Los políticos miman este deporte (ven en el hincha fanatizado el modelo de su votante ideal), y además aquello que es capaz de hacer la masa por el fútbol no lo realiza por la democracia o la libertad. El fútbol es la coartada de nuestros días, el velo que encubre toda la mugre posible bajo la promesa de un golito que nos anime el miserable día.

lunes, 16 de diciembre de 2013

LA DERIVA DEL PSOE

         
  (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de El Mundo)

Podría extrañarle a alguien que lo aprecie desde fuera de nuestra órbita, pero tiene su sentido que el PSC se desvincule de los actos de conmemoración de la Constitución, y no así de la Diada. La evolución del PSOE y sus distintas federaciones ha seguido un camino extraño que le ha conducido a un no man's land en el que su discurso ha quedado seriamente trastocado. Si bien todos los partidos, cuando gobiernan, no suelen aplicar exactamente lo que es primordial en su doctrina política, el caso del PSOE es algo más especial, pues se ha visto afectado por una circunstancia decisiva, sobre todo en la época de ZP, cuando pasó de ser un partido que esperaba gobernar por sí solo, a un primus inter pares que necesitaba coaligarse con una gran diversidad de partidos (de ideologías contradictorias) para poder superar al PP. En Baleares, un año antes de la llegada de ZP, fuimos pioneros en esta nueva forma de gobernar, que es la responsable, a mi juicio, de la evolución errática de su discurso.
La época de González, ahora convertido en El Hombre Fundación, se cerró en falso, porque en ningún momento se aceptó la responsabilidad en los graves delitos por los que fueron condenados, como el terrorismo de Estado. ZP entró con aires renovadores, pero más allá de la retórica superficial que se manejaba, el discurso propio del partido (socialdemocracia y patriotismo constitucional) se resintió seriamente. El PSOE se dejó llevar por la dinámica que definía ser de izquierdas como algo que se demuestra únicamente con enfrentarse al PP. Bastaba esa simple oposición para situarse en el lado respetable del tablero político. Por eso nos creímos que los nacionalistas catalanes y vascos eran progresistas; o que lo es también bajar los impuestos, como hizo ZP. El PSOE ha visto cómo su proyecto se ha troceado y disuelto debido a su obsesión antagónica con el PP. Ha extraviado su identidad gracias a las coaliciones de poder, perdiendo el control de sus ideas e iniciativas, siempre a remolque de otros, fagocitado por su ansia de gobernar. Se mimetizó tanto con sus socios que llegó a creerse que su discurso era el de estos. El coste de esta falta de personalidad está siendo dramático, sobre todo en Cataluña, pues desde que Maragall fue acercándose al nacionalismo han perdido más de 600 mil votos en las autonómicas. De 52 escaños escaños que consiguieron (con más votos que CiU) en 1999, a 42 en 2003, 37 en 2006, 28 en 2010 y los 20 de ahora. Y con claras expectativas de que la caída seguirá agravándose imparablemente hasta la inmolación.

lunes, 9 de diciembre de 2013

LOMCE vs FILOSOFÍA

                            (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)


 Somos seres empeñados en desperdiciar un gran potencial. Pensamos mal, articulamos determinaciones que pretenden menos acercarse a la verdad que afianzar nuestros prejuicios. Con Fernández Mallo hablé el jueves de las inducciones erróneas, de cómo construimos tesis generales a partir de pequeños elementos aislados, en absoluto representativos. Mallo odia los bares, no los pisa nunca, salvo en alguna mínima ocasión en la que se ve en uno con un amigo; cualquiera al verlo en esa circunstancia podría pensar “Mallo vive en los bares”, pero se equivocaría. No saldríamos en esos casos del cómodo pero falseador distrito de la doxa, término griego que significa opinión, y que caracterizaba a los sofistas, enfrentados a los filósofos de la Grecia clásica que manejaban un rigor (episteme) mucho más sustancial a la hora de analizar los problemas.

Llevo un tiempo con ganas de escribir sobre la relegación de la filosofía en la nueva ley educativa, pero hasta ahora me frenaba el miedo a caer en vicios corporativistas, al ser doctor en la materia y profesor (en paro). Pero, una vez consumada la aprobación de la ley, creo que es el momento de reivindicar el estudio de la filosofía en lo que tiene de saber que pone en duda todos los dogmas (no destruyéndolos, sino relativizándolos) y que, por tanto, se opone a los discursos ideológicos o religiosos que pretenden dar una respuesta terminante a toda pregunta. La filosofía, en su sentido ideal, sería aquel proceder que se preciaría de mantener, gracias al espíritu crítico, la pregunta siempre abierta, los interrogantes en tensión. Y no por un rechazo de llegar a conclusiones, sino porque se entiende que la verdad es algo tan profundo que no puede reducirse a obsesiones reduccionistas travestidas de dogmas absolutos.
Enseñar ese modo de pensar va a quedar en suspenso en nuestro país, gracias a la LOMCE, que relega la filosofía a una posición residual, antesala de su desaparición definitiva en una época que sólo diviniza los saberes prácticos, no aquello que crea un poso y estructura desde la raíz. Esta iniciativa va de la mano de otros ataques contra la cultura que está realizando este gobierno, y no sé si tiene un sentido planificado, pero a veces el PP se esfuerza en parecerse al estereotipo que promueven sus principales adversarios. Se podrá decir que la filosofía que se enseña en las aulas no alcanza su ideal, porque muchas veces es puesta al servicio de su Némesis, el adoctrinamiento y el blindaje de certezas, pero eliminarla por eso implicaría que tendríamos que acabar con la humanidad entera, porque no es capaz de elevarse al sentido puro de su esencia.

lunes, 2 de diciembre de 2013

HOMBRE DE PAJA


 (publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Hace unos días, Eduardo Jordá señalaba toda una serie de fantasías delirantes que se cree muchísima gente, sin fisura alguna: que Hitler sobrevivió a la guerra, la CIA inventó el sida y creó Facebook, el Vaticano mató a John Lennon y Scotland Yard a Lady Di, etc. La creencia en disparates no es algo exclusivo de épocas oscuras, teñidas de fervor religioso, sino que invade de pleno nuestra moderna realidad cibernética. Basta pasearse por las redes sociales para ver cómo se aceptan informaciones chocantes de forma automática, sin tomarse la mínima molestia de comprobarlas. La inmediatez acucia de tal manera que no tenemos tiempo más que para engordar nuestras cóleras y obsesiones. Los llamados fakes son la excusa para dar rienda suelta a nuestro populismo más irredento, aquel que nos convierte en turba que no razona ni contrasta.
Estos fenómenos nos conducen al terreno de la falacia más recurrente en momentos de confrontación, como es la del hombre de paja, que consiste en el intento de desfigurar los argumentos o intenciones del adversario para así facilitar un ataque a su posición. Si la falacia ya de por sí es un terreno en el que se vive acogedoramente, porque permite asentar las torceduras de nuestra mala fe, en este caso se alcanza su grado máximo, pues nos regala el lujo de inventarnos el rostro de nuestro oponente, dejándolo a merced de una condena fulminante. La premisa es tribal, porque deformando al otro permitimos que nuestros principios se reafirmen con la violencia que excluye toda reflexividad o debate.
Ejemplos hay muchos, a todos los niveles, pero el más chocante y reciente, en Mallorca, es el que se refiere a la nueva fundación Jaume III, que se presentó hace dos semanas. Para alguien, como es mi caso, que sabe exactamente qué pretende dicha entidad, porque conoce a sus dos principales impulsores (Joan Font y Xavier Pericay), asombra leer las acusaciones que se le están dirigiendo en ciertos ámbitos. Estamos ante una falacia del hombre de paja de manual, porque se grita histéricamente “¡gonellisme!”, cuando la fundación admite claramente que el mallorquín es un dialecto del catalán, o que se trata de unos “defensors del monolongüisme castellanista”, siendo Font y Pericay bilingües que tienen al catalán como lengua materna. En fin, un cúmulo de despropósitos que no tiene otro objetivo que intentar, con malas artes, obstaculizar un debate interesante y necesario sobre la cuestión lingüística (concretamente sobre una riqueza léxica arrinconada por la aplicación excesiva del estandard catalán), demonizando a sus antagonistas con los ropajes de la mentira y la difamación. “Ave hombre de paja, morituri te salutant”.
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