sábado, 26 de marzo de 2011

LIZ, LA MUSA SACRIFICIAL DE CRASH


"Vaughan murió ayer en un último choque. Mientras fuimos amigos había ensayado su propia muerte en numerosos choques. Lanzado oblicuamente contra la limusina de la actriz, el automóvil saltó sobre la baranda del paso elevado del aeropuerto de Londres y atravesó el techo de un autobús repleto de pasajeros. Aferrada al brazo de su chófer, Elizabeth Taylor, con quien Vaughan había soñado morir durante tantos meses, permanecía aparte bajo las luces intermitentes de las ambulancias. ¿Entreveía acaso, en la postura de Vaughan, la clave de la muerte que él había proyectado para ella? En las últimas semanas Vaughan no había pensado sino en la muerte de la actriz, una coronación de heridas que había puesto en escena con la devoción de un jefe de ceremonias. Las paredes de las habitaciones de Vaughan estaban cubiertas de fotos que él había tomado con el zoom todas las mañanas, cuando la actriz salía del hotel de Londres. Los detalles amplificados de las rodillas y las manos, de la cara interior de los muslos y la comisura izquierda de la boca, era yo quien se los había reproducido de mala gana en la máquina de mi oficina, alcanzándole las copias como si fueran las actas de una sentencia de muerte. En casa de Vaughan vi cómo él ensamblaba los detalles del cuerpo de la actriz con fotografías de heridas grotescas sacadas de un texto de cirugía plástica. En esa visión de un choque de autos con la actriz, las imágenes que obsesionaban a Vaughan eran los impactos y las heridas múltiples, el cromo agonizante y la chapa hundida de dos automóviles que se encontraban de frente, las heridas idénticas en los dos cuerpos, la imagen del vidrio del parabrisas que se escarchaba alrededor de la cara de la actriz mientras ella quebraba la matizada superficie como una Afrodita nacida de la muerte, las fracturas múltiples de los muslos aplastados contra el freno de mano, y ante todo las heridas abiertas en los genitales de ella y de él, el útero de la actriz traspasado por el pico heráldico del emblema del fabricante, el semen de Vaughan derramado en el tablero luminoso que registraba para siempre la última temperatura del motor y el nivel de gasolina en el tanque. Vaughan había soñado morir mientras ella alcanzaba el orgasmo. Las imágenes de estas heridas le colgaban en la galería de la mente como reses expuestas en un matadero".

Inicio de Crash (1973), de J.G. Ballard

sábado, 19 de marzo de 2011

DIARIO DEL SUBSUELO (8). LEY DEL LOBO


Homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre. Una de las citas más sobadas de la historia. Todos habremos manejado en alguna ocasión esta ley antropológica formulada por Thomas Hobbes en su obra Leviatán, y que procede de la Asinaria de Plauto (Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit). Pero generalmente se suele dejar de lado la parte final de la referencia, que no señala otra cosa que la causa misma de la ley: cuando desconoce quien es el otro. Aunque en determinados casos el desconocimiento es el objetivo final del lobo, no la premisa de inicio: diferencias que el lobo aduce, magnificándolas, para legitimar su cacería. A este respecto, dejo arriba el trailer de una película cuyo estreno en España dudo que se llegue a producir: Auschwitz, de Uwe Boll.

Dentro de la sección Voces impresas, el Instituto Cervantes muestra en su web una entrevista realizada al que para mí es, junto a Felipe Martínez Marzoa, el mejor y más inspirado filósofo español vivo: José Luis Pardo. En el video (28 min) se plantean determinados aspectos de su biografía y las vicisitudes de su trayectoria filosófica, además de su concepción del discurso filosófico, la situación de la enseñanza, su relación con el poeta J.A. Valente, etc.

Hace unos tres años abrí una cuenta en la web Goear con el fin de ir colgando piezas musicales de mi subsuelítica colección difíciles de encontrar allí y en otros portales dedicados a la música. Con el tiempo, he ido dejando de todo un poco, unas doscientas piezas: Bach, The Black Heart Procession, Swans, John Dowland, Cohen, Penderecki, Throbbing Gristle, Corcobado, Chantays, Sánchez-Verdú, Domenico Modugno, etc. De todas ellas destacaría la pieza que ofrezco arriba, que es una de mis obras más queridas, Fish the holes on frozen lakes, que los Black Heart Procession grabaron en el año 1997 y que fue publicado en formato EP, justo cuando comenzaba su estimulante andadura. La arrastrada textura musical de sus 17 minutos de duración, preñada de palpitaciones y ritmos repetitivos, se adapta a la imaginería de los lagos helados, cuya capacidad metafórica casa bien con la psicología subsuelítica, y tal vez con escenarios como el representado por el Apocalypse Now de Coppola.

Si el VI Naciones de rugby está mostrando un nivel de juego por debajo de lo que exige su historia, el mundial de cricket está generando estampas asombrosas de calidad y emoción. Básicamente las protagonizadas por una desesperante selección inglesa, abonada al dramatismo, que ha sido capaz de perder con medianías como Irlanda y Bangladesh para después ganar a Sudáfrica y las Antillas gracias a finales dramáticos en los que sus inspirados lanzadores van aniquilando los últimos efectivos de sus rivales con brillantes eliminaciones consecutivas. Lo de Sudáfrica fue asombroso (video), ganando un partido que parecía imposible, pero ante las Antillas el pasado jueves se superaron a sí mismos (video), evitando su segura eliminación del mundial con una agonía final que derivó en éxtasis, cuando la bola lanzada por Trott impacta, tras ser recogida por Prior, en el wicket fatídico (a quien le interese seguir las evoluciones de este mundial, le recomiendo las secciones que al mismo dedican el Guardian y el Telegraph).

jueves, 3 de marzo de 2011

DIARIO DEL SUBSUELO (7). CRICKET, INTROITOFAGIA, ELIOT, GREENSLEEVES


Domingo: casi la dicha completa para la vieja y señorial Inglaterra. A la victoria de ayer ante Francia, en el témenos legendario de Twickenham, 17-9 (crónica en Filorugby), que reverdece los laureles de los que inventaron el rugby, hoy han conseguido la proeza de empatar a la todopoderosa India en el Mundial de cricket que se está disputando en Asia. Ni siquiera el mítico Sachin Tendulkar (que juega su sexta copa del mundo), con su imbatible capacidad de bateo, pudo superar a las promesas inglesas lideradas por Andrew Strauss. Destellos de otro mundo. Si el rugby es tercermundista en España, lo del cricket alcanza cotas alienígenas.

Lunes: sigo retrasando la fecha de entrega de la dichosa tesis. Mi problema de siempre: excesiva ambición para tan escasa capacidad de trabajo, por no hablar del inflado talento. Y cada vez entiendo menos la obsesión de Girard contra la filosofía, aquel saber que no lleva a verdad alguna y que corroe toda pretendida palabra decisiva. La filosofía prepara para algo que no puede llegar. Si un día escribo algo puramente filosófico, y no excrecencias culturetas, titularía cada capítulo con una expresión que señalara esa preparación o inicio de algo, que finalmente nunca se presenta. El índice vendría ordenado de esta manera: Introducción, Prólogo, Prolegómeno, Preámbulo, Pórtico, Introducción a la edición alemana, Entrada, Prefacio, Proemio, Exordio, Presentación, Inicio, Introito, Vísperas, Anunciación, Preparación, Pródromo, Preliminares, Gestación... Empacho de introitofagia.

Martes: día escogido por los políticos locales para hacerle un homenaje a la 'identidad balear'. El naufragio viene de lejos, pues nadie siente aquí eso de la balearidad. Precioso logro de la civilización que el culto de las identidades anide sólo en el cubil de las víboras. Tanto tiempo sin entender que esto del arraigo es un camelo. "En esta basura pétrea, ¿qué raíces prenderán? ¿qué ramas crecerán? Hijo de hombre, no lo puedes decir ni adivinar, pues conoces sólo un montón de imágenes rotas donde el sol golpea. Sólo hay sombra bajo esta roca roja. Ven y te mostraré el miedo en un puñado de polvo" (T.S. Eliot).

Miércoles: la fascinación de las zonas turísticas en invierno. Más todavía en un día oscurecido bajo furiosas capas de lluvia. La tierra baldía de la que no salen más frutos que aquellos que pone allí lo que desarraiga. De vuelta a la ciudad se escucha en la radio el espectral coro que fuera sintonía del Diálogos 3 de Ramón Trecet. Recuerdos de esa época terrible, de las baladas de melancolía infectada que resonaban en las paredes del subsuelo. Como ejemplo, el video de arriba. La escalofriante voz de Loreena McKennit, que siempre me recuerda a los Panero.
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