miércoles, 29 de octubre de 2008

LA DANZA DE LA MUERTE


En un momento de la fascinante (y también divertidísima, sí) El séptimo sello de Ingmar Bergman, el escudero Jöns (interpretado por Gunnar Björnstrand) inicia una conversación con un pintor de iglesias, mientras su señor, el caballero Antonius Blok (Max von Sydow), se confiesa con la Muerte. El pintor está acabando una de sus obras en el contexto angustioso que refleja la película, es decir, una imparable epidemia de peste que asola el país:

Jöns: ¿Qué representa esto?

Pintor: La Danza de la Muerte.

Jöns: ¿Y ésa es la Muerte?

Pintor: Sí; se los lleva a todos bailando.

Jöns: ¿Por qué pintas semejante tontería?

Pintor: Pensé que serviría para recordar a las gentes que tienen que morir.

Jöns: Bueno, pero no los hará sentirse más felices.

Pintor: ¿Por qué debe uno hacer siempre felices a las gentes? No sería mala idea asustarlas un poco de cuando en cuando.

Jöns: Entonces cerrarán los ojos y se negarán a mirar tu pintura.

Pintor: ¡Oh, ya mirarán! Una calavera es casi más interesante que una mujer desnuda.

Jöns: Si llegas a asustarlos...

Pintor: Pensarán.

Jöns: Y si piensan...

Pintor: Estarán todavía más asustados.

Jöns: Y entonces correrán a refugiarse justo entre los brazos de los curas.

Pintor: Eso ya no es asunto mío.

Jöns: Ya, tú sólo estás pintando la Danza de la Muerte.

Pintor: Yo estoy pintando las cosas como son. Los demás pueden hacer lo que mejor les plazca.

Jöns: Piensa, nada más, cómo te van a maldecir.

Pintor: Tal vez. Pero entonces pintaré algo divertido para que miren. Tengo que ganarme la vida..., por lo menos hasta que me atrape la peste.

lunes, 20 de octubre de 2008

EL ÚLTIMO 'TRANE'


Hoy nos vemos de nuevo en el NICKJOURNAL, con la última etapa musical y vital (1965-1967) de John Coltrane.

martes, 14 de octubre de 2008

VOCABULARIO (14): FILOSOFÍA


"Filosofía es el saber inútil, aunque señorial.
Filosofía es el terrible pero insólito preguntar por la verdad del ser.
Filosofía es la fundación de la verdad bajo simultánea privación de lo verdadero.
Filosofía es el querer volver al comienzo de la historia y de este modo el querer sobrepasarse.

Por ello la filosofía tomada desde fuera es sólo un adorno, tal vez una pieza de teoría y contemplación de la cultura, tal vez aún una pieza de herencia, cuyo fundamento se ha perdido. De este modo tienen los muchos que tomar la filosofía y justamente allí y entonces, donde y cuando es para pocos una indigencia (...).

Filosofía es siempre un comienzo y exige la superación de sí misma".

Aportes a la filosofía. Acerca del evento, Martin Heidegger

jueves, 9 de octubre de 2008

BOLEROS ENFERMOS DE AMOR


José Javier Pérez Corcobado (Frankfurt, 1963) es uno de los músicos de rock más particulares de nuestro país. Es uno de esos que conoce poca gente, pero estos pocos son seguidores fieles. Yo lo descubrí allá por 1998 o 1999 (también, como con Miles Davis, gracias a Diego Manrique y su Ambigú), justo cuando salió su álbum Corcobator, y desde entonces he seguido con atención su trayectoria.

Corcobado suele transitar entre dos aguas: la experimental y la pop. Estas dos aguas no representan exactamente dos etapas separadas de su trabajo, sino que coexisten de una o de otra forma al margen de la evolución de su obra. A este segundo caso pertenece el que creo que es uno de sus proyectos más interesantes, los Boleros enfermos de amor, que editó en dos partes, la primera en 1993 y la segunda algo más tarde, en 1997. Corcobado dice que lo que más le atrae del concepto 'canción pop' (incluye aquí a los boleros) es que en pocos minutos se puede cerrar una canción perfecta y perdurable en la memoria. Tal vez sea por eso que ha grabado versiones muy interesantes de piezas de éxito popular (el Digan lo que digan de Raphael, Parole parole, Nature boy, etc.), sobre todo a mediados de los 90. En este caso de los boleros interpreta con sutileza, pasión y estilo conocidas piezas del repertorio del género (también incluye alguna canción propia), añadiendo ese punto de locura (a veces algo paródica) que lo caracteriza.


La más brillante de todas es, a mi juicio, la sensacional versión que realiza del Pídele a dios de Armando Manzanero (grabada en el salón de la casa de Justo Bagüeste, músico del grupo de Corcobado). La letra no puede estar infectada de más rencor y odio; llega al tuétano del resentimiento, esa otra cara del amor. La punzante guitarra de Corcobado, combinada con el sonido del saxofón, crea atmósferas musicales a la altura de la dureza de las letras.


Somos es otra de las piezas más logradas de estos discos. De ritmo ceremonioso y casi aletargado, como cantado en plena convalecencia comatosa, alcanza momentos sublimes. La poderosa voz de Corcobado se deja llevar por la melancolía:

"Somos un sueño imposible que busca la noche
para olvidarse del mundo, del tiempo y de todo ...".


Escrito está es otro ejemplo de la capacidad que atesora Corcobado para moverse en estos terrenos musicales y poéticos, en los que el amor es exhibido casi obscenamente como un ídolo al que todo se sacrifica.

P.S.: más boleros de amor enfermizo, como Miseria, Más daño me hizo tu amor, Voy, Cría cuervos y Amarga Navidad.

martes, 7 de octubre de 2008

VENCEDORES Y VENCIDOS


Estas semanas UPyD ha cumplido su primer año de existencia. La trayectoria del partido ha sido, a mi juicio, bastante buena hasta ahora, pero seguro que mejorará tras la incorporación de gente tan válida como Rubén Múgica (arriba en el video), hijo de Fernando Múgica Herzog, asesinado por ETA. Rubén llevó a cabo, en los actos de celebración del citado aniversario, uno de los discursos más certeros. Como ya ha expresado a otras ocasiones (por ejemplo, en el documental Voces sin libertad [1], de Iñaki Arteta), la distinción clara entre víctimas y verdugos centró su intervención:

"No habrá paz en Euskadi hasta que no hay vencedores y vencidos".

Tan simple y lógico como esto. Debe haber sobre todo vencidos, los terroristas y sus palmeros, porque no se puede dejar que sus postulados excluyentes dejen ninguna semilla en la sociedad que intentan destrozar. No puede haber igualdad entre dos partes cuando sólo una de ellas asesina; sólo puede haberla, si acaso, cuando las dos matan. Pero no es el caso de lo que sucede en España. Como decía Montesquieu (citado el pasado lunes en El Mundo por Santiago González): "La paz no se puede comprar, porque el que la vende está después en una posición mejor para volver a venderla".

Se habla mucho últimamente de la Memoria Histórica y de la dignidad de las víctimas del franquismo. El problema es que demasiada gente que defiende una enérgica separación moral y política de víctimas y verdugos en lo que se refiere al franquismo cambia de criterio cuando nos centramos en el tema de ETA y el nacionalismo vasco. En este caso se habla más de diálogo que de otra cosa, poniendo en la misma balanza a los que mueren y a los que matan, como si los dos tuvieran el mismo grado de responsabilidad. Reyes Mate, en las páginas de El País, aseguraba hace poco que aquellos que defienden la dignidad de las víctimas de ETA también deberían apoyar la de las víctimas del franquismo (en el contexto de las diligencias que ha abierto el juez Garzón sobre esta cuestión). Esto es cierto, pero el argumento puede aplicársele, con más motivo todavía, al propio Reyes Mate y compañía, pues mientras que el primer caso, ya superado histórica y políticamente, se dio hace unos 70 años, y por tanto no es algo de especial urgencia, el problema que tiene por víctimas a los asesinados por ETA todavía está vivo y candente, además de tener una presencia política evidente. La dignidad de los que sufren ahora debe estar en primer lugar, y el conflicto que todavía sigue abierto debe ser prioritario antes que otros ya superados por el tiempo.

[1] En este brillante documental, Múgica dice, si no recuerdo mal (no tengo la cinta a mano): "Yo quiero vivir como vive un nacionalista. Yo no quiero que él viva como yo vivo; me limito a querer vivir con la misma libertad con la que él vive".
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