Antoni Mir i Fullana es uno de los principales responsables del auge del nacionalismo en Baleares. Transformó la OCB en una organización explícita y agresivamente política. Fue premiado por los servicios prestados, recibiendo la Creu de Sant Jordi de manos del Papa Pujol, fichando además por la Generalitat, la nave nodriza del catalanismo. Hoy ha aparecido en la contraportada del Diario de Mallorca una entrevista que lo retrata como un maestro de la falacia victimista. Transcribo varios fragmentos, con mis apuntes en azul:
"Nos engañó a todos. Yo admiraba a Pujol, y he sufrido una decepción terrible" (eso es tan creíble como decir que Rajoy y el PP en bloque no sabían nada de los manejos de Bárcenas. Excusas para no asumir lo que todos los de su rango conocían y toleraban, por el bien superior de la causa).
"Millones de catalanes que fueron
expulsados del marco constitucional español tras la sentencia del
Estatut" (no legalizar una propuesta no significa expulsar del sistema a los que la secundaban. Si un tribunal, aplicando la legalidad vigente, me impide llevar a cabo una determinada iniciativa, mi condición de ciudadano del Estado de derecho permanece intocable. Saltarse la legalidad no es un atributo de la democracia).
(Pujol)"Creó un sistema educativo ejemplar, que se llama
inmersión pero que garantiza el aprendizaje de las dos lenguas. También
montó TV3 en un momento imprescindible, y con efectos muy beneficiosos
para Balears" (en efecto, preparó minuciosamente el terreno para el independentismo y la expansión del catalanismo en Baleares. Por eso ahora no vale decir que su caída en desgracia no afecta para nada la trayectoria del nacionalismo).
"El soberanismo catalán de abajo arriba es una rebelión popular de las clases medias por el expolio a partir de la crisis, que se agrava por tener al Estado español en contra" (tan discutible como decir que ZP estaba contra la Iglesia, cuando no tocó ni uno solo de sus privilegios. Lo de "rebelión popular", en una sociedad tan controlada por el poder político-mediático del nacionalismo, también hay que ponerlo entre paréntesis).
"El soberanismo catalán de abajo arriba es una rebelión popular de las clases medias por el expolio a partir de la crisis, que se agrava por tener al Estado español en contra" (tan discutible como decir que ZP estaba contra la Iglesia, cuando no tocó ni uno solo de sus privilegios. Lo de "rebelión popular", en una sociedad tan controlada por el poder político-mediático del nacionalismo, también hay que ponerlo entre paréntesis).
"En Mallorca, sin embargo, el Govern ataca la lengua propia
del país, cuya defensa debiera ser su principal tarea. Para esto no
necesitamos una autonomía" (ah, que la Autonomía tenía que servir fundamentalmente para eso...).
"Leí un artículo que proponía la Creu de Sant Jordi para Bauzá, porque nadie ha hecho tanto por el catalán" (por lo mismo habría que concederle una distinción al Mérito Nacional a Mir o a Pujol por su condición de fabricantes de centralistas).
"Vitalmente necesitaba marcharme de la isla, no me quería jubilar como presidente de la OCB, tenía que conocer mundo" (el mundo parece ser que se acaba en Barcelona. ¡La puntilla para las aerolíneas!).
"He estado en primera línea de fuego y, en la Obra Cultural Balear, vi que había que conseguir un lobby potente, no simpático. La sociedad o te quiere o te respeta, y elegí el respeto" (respeto, la palabra clave de las películas de mafiosos).
"Podemos es una saludable alternativa para regenerar España, pero en Cataluña y Balears no puede lograrse sin una identidad nacional" (o sea, Podemos es ideal para cargarse España. Pero en Cataluña, identidad al cubo. Olvidando, claro, que ninguna regeneración se consigue a partir de lo identitario. Como demuestra lo de Pujol, la identidad siempre es el escudo que legitima todo tipo de corruptelas y abusos, además de segregar a los buenos catalanes de los malos. Eso sí, Marine Le Pen estaría encantada con esa regeneración desde lo identitario que desea Mir).
"Leí un artículo que proponía la Creu de Sant Jordi para Bauzá, porque nadie ha hecho tanto por el catalán" (por lo mismo habría que concederle una distinción al Mérito Nacional a Mir o a Pujol por su condición de fabricantes de centralistas).
"Vitalmente necesitaba marcharme de la isla, no me quería jubilar como presidente de la OCB, tenía que conocer mundo" (el mundo parece ser que se acaba en Barcelona. ¡La puntilla para las aerolíneas!).
"He estado en primera línea de fuego y, en la Obra Cultural Balear, vi que había que conseguir un lobby potente, no simpático. La sociedad o te quiere o te respeta, y elegí el respeto" (respeto, la palabra clave de las películas de mafiosos).
"Podemos es una saludable alternativa para regenerar España, pero en Cataluña y Balears no puede lograrse sin una identidad nacional" (o sea, Podemos es ideal para cargarse España. Pero en Cataluña, identidad al cubo. Olvidando, claro, que ninguna regeneración se consigue a partir de lo identitario. Como demuestra lo de Pujol, la identidad siempre es el escudo que legitima todo tipo de corruptelas y abusos, además de segregar a los buenos catalanes de los malos. Eso sí, Marine Le Pen estaría encantada con esa regeneración desde lo identitario que desea Mir).
"Te
digo lo que no puede ser, que se tenga que hacer lo que dice el PP y
todos a callar" (aplíquese el mismo argumento al nacionalismo obligatorio en Cataluña. Con la diferencia de que no se trata en este asunto de la voluntad del PP sino de la legalidad española).
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