(disección publicada en El Mundo-El Día de Baleares)
Vivimos
tiempos de gran confusión y falta de confianza. La decencia moral se
está poniendo muy cuesta arriba y no todos los llamados son los
elegidos. Pero no pasen pena, porque me acaba de llegar una infalible
receta para el éxito gracias a la cual podrán salir a la calle con
la cabeza muy alta.
1.
Debe ser usted vegetariano, abstemio y animalista. Vale que un tal
Adolf Hitler cumplía con todos estos requisitos, pero es que los
caminos de la pureza son inescrutables.
2.
Hable mucho de paraísos fiscales, antros de perversidad. Nunca de
los infiernos fiscales.
3.
Recuerde lo muy ultras que son los ultraliberales, pero olvídese de
los ultrasocialistas.
4.
En cuatro décadas se ha doblado la población balear, y a saber si
lo del célebre colapso nos viene en parte por un exceso de
residentes. Pero no patinemos por ahí, no sea que alguno critique la
inmigración, tabú donde los haya. No se agobie, hay solución a la
querencia de culpar al de fuera sin caer en el anatema: linchemos a
los turistas. Mejor no analice racionalmente determinadas pegas del
turismo y láncese en tromba a la tan gratificante satanización de
esa masa de extraños, que además están forrados. Culpémoslos de
todos los males, incluidos sus quintacolumnistas autóctonos, los
hoteleros. Grite, gesticule, escupa si es preciso.
5.
Manuel Aguilera hablaba la semana pasada de los bombardeos republicanos de Palma en la Guerra Civil: 150 muertos. Pero Manuel es
un depravado y queda automáticamente excluido del Valhalla de la
dignidad. Así que olvídese de este desagradable tema.
6.
Abónese a lo simbólico (semáforos trans, Trump persona non
grata en Palma), muy adecuado para la trinchera contra los
infieles, pero no consienta medidas prácticas (los millones de
Amancio Ortega contra el cáncer), pues la cháchara ineficaz siempre
es más apta para el purificador combate final.
7.
Manifiéstese incondicionalmente a favor del aborto, y aproveche esa
misma vehemencia para despotricar contra la gestación subrogada. Da
igual si es contradictorio, nadie es perfecto.
8.
No celebre los 20 años de la liberación de Ortega Lara, un amargado
sin carisma. Mejor abrácese con La Tigresa, una persona con un
emocionante don de gentes, a su salida de la cárcel.
9.
Condene cualquier porrazo de un Policía Nacional a un manifestante,
pero ni caso a los tiroteados por la policía venezolana. Algo habrán
hecho.
10.
Apoye sin fisuras la libertad de expresión. Salvo que quiera
aprovecharse de ella algún malnacido que confía en ideas
equivocadas.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo, sin duda alguna. Sólo añadiría la justificación y dispensa moral de cualquier barbaridad cometida con el pretexto de atacar al "malvado" Occidente o encasillable como "de izquierdas". En cambio, cuando la agresión viene de otro punto del espectro ideológico, las exigencias morales son como las de monjas indignadas por haber visto un culo en la playa.
Enhorabuena por su acierto.
Muy bueno. Me gustan sus artículos cada vez más.
Publicar un comentario