(tribuna publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
Comencé
mi modesto periplo (que no carrera) en la política a finales del año
2006, cuando junto a una decena de personas fundé la primera
agrupación de C's en Mallorca. La mayoría nos pasamos un año
después a UPyD, porque quedaba claro que C's quedaba circunscrito
exclusivamente a Cataluña mientras que UPyD alcanzaba una dimensión
más nacional. Nadie en esos momentos dudaba de las similitudes y
espíritu común de ambos partidos. Formaban parte sin duda del mismo
proyecto político: la regeneración sensata y transversal. Luego se
fueron diferenciando en algunos aspectos, en unos casos a favor de
UPyD y en otros de C's, pero eso no quita que el espacio compartido
sea muy amplio. En UPyD, del que fui también fundador de su primera
agrupación, he estado desde entonces, con un paréntesis de dos años
debido a motivos personales que no vienen al caso, y he sido portavoz
desde el pasado agosto y candidato desde noviembre. Mi dedicación al
papel de voz del partido en Baleares ha sido absoluta, no creo que
aquellos de mis ex-compañeros que ahora me considera un 'chaquetero'
o un 'trepa' puedan negarlo sin sonrojarse. Obviamente sin cobrar un
euro, gratis et amore, incluso perdiendo dinero, por no hablar
de la inversión en tiempo, energías, etc.
A
estas alturas no hace falta narrar cómo se ha ido hundiendo
electoralmente el que ha sido el mejor partido de España. Para mí
supone una tragedia, aunque confío que al menos en el futuro el
balance reconocerá las virtudes de su historia. Hay que asumir que
en el declive ha jugado su papel un posicionamiento contrario de gran
parte de la prensa, pero tampoco resulta extraño cuando, por
ejemplo, el número 2 del partido calificaba de “Brunete mediática”
a periodistas afines, y muchos otros excesos más. El partido en sí
ha mantenido un discurso politico y una honestidad al alcance de
ningún otro en este país. Ahora bien, los errores en estrategia y
sobre todo en comunicación han sido tan graves que han provocado en
gran parte el desplome actual. Como dijo Irene Lozano, no se supieron
interpretar los resultados “puñeteros” de las elecciones
europeas, y desde entonces no se ha parado de retroceder. Durante
unos meses vivimos sumidos en una ficción: que las encuestas eran
falsas. Las elecciones andaluzas demostraron muy dolorosamente que no
era así. Ese trompazo nos debería haber devuelto a la realidad.
Pero no. Al contrario. Los defectos se agudizaron, no se cambió el
rumbo ni a la cúpula. Ni siquiera se consideró lo que fue: una
hecatombe. Sólo un problema puntual.
Pensé
en dimitir hace tres semanas, precisamente tras el desastre de las
andaluzas. No tenía sentido que el partido no cambiara nada y nos
lanzara hacia las elecciones sin esperanza alguna. Una auténtica
exigencia de inmolación en honor a Rosa Díez. Autocrítica cero y
una cada vez una más asentada conspiranoia. No me veía con fuerzas
para transmitir ilusión a la militancia. El gran trabajo que se ha
hecho en Baleares quedaba destruido por la imagen que desde Madrid
transmitía la marca. Seguir al 100 % cuando no se tienen esperanzas
no me parece un dogma inviolable. Si decidí seguir fue por mis
compañeros, gracias al apoyo que me demostraron cuando avisé de que
pensaba retirarme. Pero lo de la semana siguiente me acabó de
decidir. Por una parte, la dimisión o expulsión de muchos
afiliados, todos ellos críticos con la dirección. Yo daba ya por
perdidas las elecciones del 24 de mayo (cuyo resultado puede hacer
que por comparación el de las andaluzas fuera bueno), pero me
quedaba alguna pequeña ilusión depositada en el Congreso
Extraordinario de este verano. Confiaba en Irene para cambiar el
rumbo. Pero entonces pensé que con la progresiva huida de críticos,
al final sólo quedarían los fieles, así que ya no le veía sentido
a seguir aguantando. Por eso incluso entregué mi afiliación. Dicen
que eso es 'desleal', pero yo no entiendo de la lealtad del kamikaze
o del mártir, más propia de instituciones como el ejército o la
iglesia, no de un partido político del siglo XXI. No me veía
transmitiendo ilusión cuando yo no la tenía, y machacarme un mes y
medio muy exigente en una campaña absolutamente cuesta arriba era
mantener viva una ficción absurda. Entiendo que algunos de mis
ex-compañeros hayan decidido seguir, pero no que se me obligue a
asumir mi rol hasta el final cuando uno no le ve ya sentido. Les pido
disculpas por haberles fallado, pero no había alternativa. Y, desde
luego, yo no me he cargado el partido, porque mi decisión ha sido
una consecuencia del hundimiento, no una causa. No se puede hacer
daño real a algo inerte, que me perdonen la sinceridad. Y conste que
no soy el único que se ha bajado del carro, aunque otros compañeros
mantengan cierta fe en el Congreso de julio y por eso sigan
afiliados.
Luego
también me confirmó el impulso de dimitir descubrir que una pieza
clave en C's de Baleares sería mi amigo Xavier Pericay. Saber que él
tendría mucho que ver en las listas de C's (al final es el candidato
nº 1 al Parlament) me desanimó completamente, porque no quiero
competir contra un amigo y también porque la posibilidad de dividir
el voto en unas elecciones tan importantes era algo irresponsable.
Pensé más en el proyecto que en las siglas. Entonces decidí mi
renuncia. Me planteó después Xavier la posibilidad de apoyar, desde
dentro, la lista de C's al Parlament. Apareciendo
como independiente y en absoluto en los primeros puestos. O
sea, sin provecho material. Dado que es la cúpula
magenta la que se niega a articular una lista conjunta que reúna a
candidatos de C's y UPyD, al final la única opcion es que miembros
de este último partido vayan en las listas naranja. Pero no se
concretó nada y al final decidí no entrar porque pensé en 'la
mujer del Cesar', ya conocen la historia. Tengo la conciencia
tranquila, pero si algo sobra en este país es mala baba. Luego vino
lo de Libertad Digital y el salvaje twitter, pero mis vulgares
críticas a Rivera en febrero no rompieron nada, porque ya nada
había.
Lo
siento por mis ex-compañeros que todavía seguirán hasta el 24M, a
los que deseo lo mejor. Mi voto será para la lista encabezada por
Pericay al Parlament, aunque optaré por Kiko Alegret (UPyD) de cara
a Cort. En ambos casos lo personal, el respeto que ambos me merecen,
es decisivo en la elección. En cuanto a Pericay, eso y su solvencia
intelectual está por encima de las siglas de C's, que todavía deben
demostrar de qué está hecho fuera de Cataluña. Sin duda ninguna,
Xavier es la persona fiable y valiosa que permitirá que el ideario
que estos años han representado C's y UPyD, cada uno a su manera,
entre con fuerza en el Parlament.
5 comentarios:
He leído a José Antonio Montano en Zoonews (http://www.zoomnews.es/523869/ver-que-pasa/horrach-mi-agenda). No le conozco, ni he coincidido con él en el blog de Arcadi, pero suscribo todo lo que dice. Yo tuve la misma sensación. Suelo escuchar un rato por las mañanas a FJL. Creo no equivocarme si digo, que FJL nunca había hablado de Ud. Oir hablar de ese modo a alguien que aprecias, me dejaba una sensación de impotencia y de injusticia.
Pero veo el lado positivo. Ahora no tendrá excusas, para ponderar en su otro blog, a Africaners, Maories e incluso Irlandeses.
Pues UPyD se ha quedado sin un excelente candidato. No me parece que estén sobrados de personas cualificadas, con lo que sale perdiendo el partido, y usted gana en libertad e independencia.
Lady Barnes, es una posibilidad lo que señala: estamos en año mundialista, Filorugby tiene posibilidades de regresar. No es seguro, pero hay opciones.
Muchas gracias, Anónimo, pero suscribo más lo segundo que lo primero.
saludos a ambos
El més lamentable de tot plegat és assistir a l'infructuós pidolament de l'espanyolitat de qualsevol manera possible, ara aquí, ara allà.
Tot i que, ben mirat, aquest "subsolític" leitmotiv, tan contumaç com certament conscient de la pròpia precarietat, no deixa d'exhibir una estimulant justícia poètica.
Salutacions. Des del subsòl.
UPD el mejor partido de España. Supongo que en un país como este esa afirmación no implica un mérito demasiado grande, aún así la frase de por sí provoca risión.
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