La dinámica no se detiene: los verdes regresan de años de oscuridad y penurias. Si hace meses le tocó el turno a los Boston Celtics, ahora ha sido la selección irlandesa de rugby (único deporte, si no me equivoco, en el que las dos Irlandas están unidas) la que ha recuperado las sensaciones de ganador que ya tenía olvidadas desde hace demasiado tiempo, ganando el VI Naciones tras 24 de sequía (cuando el torneo todavía era V Naciones), y consiguiendo el Grand Slam (todo victorias) 61 años después. También se ha llevado la Triple Corona (título que recompensa a aquel que vence a las otras tres selecciones británicas). Todo ello en la semana de San Patricio.
La batalla de Cardiff, este sábado pasado, fue épica, histórica. Caballería e infantería se han conjuntado para llevar al ejército verde a una victoria que se recordará durante décadas. No bastaba con una generación de fabulosos jugadores, como O'Driscoll, O'Gara, Stringer y O'Connell, pues siempre se quedaban a las puertas del éxito. Ha tenido que llegar un curioso tipo, profesor de matemáticas, Declan Kidney, creador del estilo rocoso y sólido que había conducido al Munster a conseguir dos copas de Europa (Heineken Cup), para dar el paso que faltaba. El ejército contaba al fin con un general a la altura.
La fiebre del rugby es inigualable. La intensidad de su juego sólo puede ser soportado por hombres con una determinación inquebratable, granítica, hombres con una ética poco común. Ni el boxeo ni el ciclismo, deportes duros donde los haya, se le acercan en grandeza y sacrificio. El sufrimiento físico que se experimenta es inmenso: cejas partidas, orejas mordidas, rodillas destrozadas, brazos flagelados. Pero nada detiene a unos hombres que han decidido superar el dolor físico en pos de un objetivo que no es el banal ganar un partido o un torneo; el objetivo, lo que lo mueve todo, es el orgullo, la dignidad y el sacrificio. En el rugby la purificación es la más alta cota a la que se puede elevar uno. En Cardiff se vio todo esto en los últimos minutos, con los irlandeses arrollando a los galeses con su poderosa delantera liderada por Paul O'Connell, buscando el drop que reparara décadas de sombras, cuando las miradas de Stringer y O'Gara se cruzaron en el frenesí final de la batalla. Ya tenían el VI Naciones en el bolsillo, pero no es la victoria lo principal en el rugby, sino el espíritu con el que ésta se encara y afronta. Un rugbysta puede perder un torneo, un partido, pero no la dignidad. Ganaron, pero podrían haber perdido, aunque inamovible era la determinación con la que afrontaron la prueba.
[dejo aquí los videos de las victorias irlandesas frente a Francia, Italia, Inglaterra y Escocia]
La batalla de Cardiff, este sábado pasado, fue épica, histórica. Caballería e infantería se han conjuntado para llevar al ejército verde a una victoria que se recordará durante décadas. No bastaba con una generación de fabulosos jugadores, como O'Driscoll, O'Gara, Stringer y O'Connell, pues siempre se quedaban a las puertas del éxito. Ha tenido que llegar un curioso tipo, profesor de matemáticas, Declan Kidney, creador del estilo rocoso y sólido que había conducido al Munster a conseguir dos copas de Europa (Heineken Cup), para dar el paso que faltaba. El ejército contaba al fin con un general a la altura.
La fiebre del rugby es inigualable. La intensidad de su juego sólo puede ser soportado por hombres con una determinación inquebratable, granítica, hombres con una ética poco común. Ni el boxeo ni el ciclismo, deportes duros donde los haya, se le acercan en grandeza y sacrificio. El sufrimiento físico que se experimenta es inmenso: cejas partidas, orejas mordidas, rodillas destrozadas, brazos flagelados. Pero nada detiene a unos hombres que han decidido superar el dolor físico en pos de un objetivo que no es el banal ganar un partido o un torneo; el objetivo, lo que lo mueve todo, es el orgullo, la dignidad y el sacrificio. En el rugby la purificación es la más alta cota a la que se puede elevar uno. En Cardiff se vio todo esto en los últimos minutos, con los irlandeses arrollando a los galeses con su poderosa delantera liderada por Paul O'Connell, buscando el drop que reparara décadas de sombras, cuando las miradas de Stringer y O'Gara se cruzaron en el frenesí final de la batalla. Ya tenían el VI Naciones en el bolsillo, pero no es la victoria lo principal en el rugby, sino el espíritu con el que ésta se encara y afronta. Un rugbysta puede perder un torneo, un partido, pero no la dignidad. Ganaron, pero podrían haber perdido, aunque inamovible era la determinación con la que afrontaron la prueba.
[dejo aquí los videos de las victorias irlandesas frente a Francia, Italia, Inglaterra y Escocia]
11 comentarios:
Ximo, dado que esta entrada es sobre rugby, le contesto aquí a su último comentario: Gales puede llegar con opciones de hacer algo en el Mundial, pero este VI Naciones ha demostrado que imperiosamente debe quitarse de la cabeza la autocomplacencia que los ha rebajado estos últimos partidos. Parece como si se hubieran creído que son el mejor equipo del hemisferio norte sin necesidad de demostrarlo sobre el campo.
Sobre Irlanda, me acabo de mirar bien los datos y parece que no llegan tan viejos como pensaba: O'Gara con 33, O'Driscoll 32 y O'Connell 31 (dejo de lado a Murphy, Stringer y O'Callaghan, que no son tan importantes como estos tres). Bien combinado con los jóvenes que despuntan (O'Leary, Kearney, etc) le puede salir a Kidney un buen pastel.
saludos
Hubiera sido un lástima que una generación tan buena se quedara sin éxistos.
Por cierto, la selección de cricket tmb representa a toda la isla.
Un saludo.
Gales es la selección más imprevisible del mundo, no sé si ahora se lo creían demasiado o lo del año 2008 fue un "churro", recuerdo que ganaron el primer partido a Inglaterra en Twickenham después del error inglés en un chut que fue bloqueado, los ingleses perdieron el partido en unos últimos minutos nefastos, Gales venía de ser eliminada en el 2007 del Mundial por Fiji, y este año se han quedado a dos metros de conseguir la Triple Corona.
La típica y tópica frase, "capaces de lo mejor y de lo peor."
Un saludo.
Y yo me lo perdí. Aunque estuve atento desde la distancia.
Como yo no estoy tan puesto en cuestiones tácticas como ustedes, sólo comentaré una cosa: la sorpresa de no encontrar ninguna referencia en los medios. Y la sorpresa, aún mayor de que, a pesar de ello, la gente estuviera enterada. Nadie habla de rugby, pero si indagas un poco, empiezas a encontrar a gente que o ha jugado o lo sigue.
Snake, bienvenido al subsuelo y muchas gracias por la precisión: rugby y cricket pues.
Pol, estoy de acuerdo, aunque yo pensaba que con Gatland habían encontrado una regularidad que hasta ahora les faltaba. Sobre ese inaugural Inglaterra-Gales del 2008, fue todo muy curioso: Inglaterra venía de jugar la final del mundial y Gales de ser eliminada por los fijianos; primera parte en la que los ingleses, con un buen Wilko, dominaron a placer a los galeses, y segunda parte en la que los rojos arrasaron a los ingleses. Recuerdo ese ensayo que cita: Balshaw fue el que erró la patada. Acababa de hacer Gales un ensayo, y éste debido al error de Balshaw los ponía por delante. Fue un partidazo.
Amigo Pez, es que lo del rugby en España es tercermundista, apenas tiene espacio en los medios. Aunque esta vez incluso le han dado algo de bola; no ha sido mucho, pero comparado con lo que le dedicaban antes... (el otro día, entre semana, el ABC le dedicaba un reportaje a toda página al gran Ronan O'Gara!)
saludos
Balshaw, "manos de mantequilla"..., jaja.
en efecto, Gales es imprevisible. y es una federación pequeña. no puede tener el peso o regularidad de otras.
los cuartos contra Fidji yo los vi, y tengo que decir que Fidji no jugó al rugby, jugó a otra cosa, pero al rugby no; Gales les hizo el pasillo de entrada a su zona de marca en la primera parte (típico de Gales) y en la segunda logró una gran remontada, con maravillosos ensayos a la mano, incluyendo cortes de manga de Gareth Thomas, el zaguero, pero al final Jones falló un golpe de castigo, como el otro día, que le podría haber puesto por delante. en fin. ojalá lleguen al Mundial con el equipo y la mentalidad adecuada. veremos.
pero Martyn Williams o Shane Williams serán tan viejos como O´Gara y O´Driscoll, creo. y 32 o 33 años ya son algunos años en un deporte como el rugby.
bonito post.
saludos.
Amigo Pez, una gran parte de la responsabilidad de que el rugby sea prácticamente invisible en España le recae a la Federación. Una muestra:
http://blogs.as.com/patada_a_seguir/2009/03/acude-glynn-al-rescate-para-convencer-a-bruce-cook.html#comments
Ximo, me olvidaba del gran D'Arcy: el centro tendrá 31 cuando el mundial. Bueno, Du Randt llegó al último mundial muy mayor y cascado y se salió el tío. Aunque tipos como el Buey hay muy pocos.
Fustigen sin piedad a la federación Española, covachuela de inanes, nolo duden. Italia se nos escapó hace quince años, hace cinco Portugal y Alemania es el próxima federación que nos adalantará. Competiremos contra Letonia y Croacia.
Pero yo he visto a Irlanda en Murrayfield este año. Me consuelo.
Item más: a la FER, y aunque sea autocita, la califiqué en una editorial del ZONARUGBY no hace mucho. FERraz se titulaba.
Saludos a todos.
Desde luego, Phil, la cosa parece que está bastante mal para el presente y el futuro del rugby en España. Parece un ejemplo claro del típico inmovilismo que demasiadas veces a caracterizado la historia de nuestro país.
Por cierto, ¿cuál es su impresión del Escocia-Irlanda que disfrutó en Murrayfield? Creo que todavía no ha publicado la crónica del evento.
saludos
En Zonarugby y en El Tornaviaje, "Edinburgh", pero no era deportiva solamente. El partido fue muy duro. Los escoceses defendieron al límite de sus posibilidades (en ataque nulos) y lo pagaron en el segundo tiempo. En realidad salí de Edimburgo convencido del Grand Slam irlandés.
Es que lo de Escocia en ataque es como para hacérselo mirar, que les cuesta una barbaridad conseguir algún ensayo. Demasiados partidos se les van por eso, porque su defensa no suele ser mala.
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