lunes, 2 de mayo de 2016

SA COSA NOSTRA


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Extra Ecclesiam nulla salus. Fuera de la Iglesia no hay salvación. Existen muchas iglesias, pero hoy les hablaré de una en concreto: la pesemera. Como todas, funciona con claves antagónicas y una irrefrenable tendencia a la unanimidad. Su última gesta ha sido negar una modesta ayuda económica (3.837 euros) en el Consell de Menorca y en el Institut d'Estudis Baleàrics solicitada por la Fundació Jaume III para Sa norma sagrada. Un libro del que no pueden negar el rigor y el interés intrínseco, pues aglutinando multitud de datos realiza una investigación de la que Baleares andaba huérfana.
No respetan la legalidad, pues han vetado una obra escrita en un catalán medido y elegante por el pecado de seguir el modelo lingüístico de las modalidades que está protegido por el artículo 35 del Estatut d'Autonomia. Aducen “líneas estratégicas”, o sea, criterios ideológicos de comisario político para negar aquello que le conceden a todo el mundo. Incluso con Antoni Vera el IEB apoyaba proyectos de tinte independentista. Bastaba con garabatear dos líneas inanes en una servilleta sucia para que te diera una ayuda. Pero ahora, sólo admiten fieles y pusilánimes.
No hablemos ya de la OCB, que vive a cuerpo de rey con el dinero de todos, con IB3 retransmitiéndole en directo cualquier sarao mientras que a la Jaume III ni agua. Millones de euros de Baleares y Cataluña se han llevado estos dialogantes amigos del fair play.
Tienen un sentido patrimonialista del poder. Como han demostrado con la Conselleria de Cultura, que al parecer sólo pueden dirigir Venus de Willendorf menorquinas adscritas a MÉS. La Conselleria es su corral y sólo valen sus normas.
Será verdad que al final esto se parece bastante a Sicilia. No sólo por el PP y su socio bipartidista, el PSOE, agentes destacados de una cleptocracia ineficiente, sino también por nuestros pesemeros, que no quieren quedarse atrás en el repertorio de artimañas sectarias. Con Sa Feixina ya demostraron a esos 20.000 nuevos votantes a los que estafaron en mayo que el escorpión es incapaz de ser otra cosa: su veneno siempre sale por alguna parte, aunque sea picándose a sí mismo.
Con Sa norma sagrada están imponiendo sus líneas estratégicas minuciosamente: primero la omertà, no sea que alguien se entere de la existencia del libro, ergo de las claves que sostienen el tinglado pesemero. Y segundo, negándole cualquier ayuda. Luego dicen que defienden la lengua catalana. ¡Un memeu! Con la laminación de las modalidades baleares casi parecen considerarlas otra lengua. Son fábricas industriales de anticatalanistas.

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