martes, 26 de mayo de 2015

LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS


  (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

El dictamen de la ciudadanía ha caído con estrépito y cierta sorpresa, aunque ya se intuyeran una serie de tendencias. Los que anunciaban descenso, se han derrumbado a lo bestia, mientras que los que intuían subida, se han proyectado con más fuerza de la esperada. Al final todo queda en un jarrón bastante triturado que será muy complicado recomponer en un programa de gobierno que conduzca a Baleares hasta 2019. Es tan enrevesado el panorama que tal vez el mismísimo Señor Lobo de Pulp Fiction, especialista en desfacer entuertos, renunciaría a la tarea de preparar una opción concreta y efectiva. Las posibilidades son numerosas: desde un gobierno en minoría de un PP sin Bauzá, a un pacto PSIB-MÉS, otro que aglutinara a las tres fuerzas de izquierda que por primera vez tiene la mayoría en Baleares (aunque Podemos presume de eso cuando hace dos días decía que eran transversales) y tal vez otra variante que puebla las pesadillas de Armengol. Me refiero a lo que se comentó la semana pasada por parte de los interesados: un pacto de Podemos con MÉS que forzara al PSIB a apoyarlos (los socialistas en este sentido son fáciles de chantajear ideológicamente porque si algo le sobran son complejos). Recordemos que esa opción a Armengol no le parece bien, porque lo lógico sería que gobernara la lista más votada, o sea, la suya. Pero la más votada de los perdedores, claro.
Aunque evidentemente el PP es la principal víctima expiatoria de las elecciones, el PSIB se encuentra en una tesitura complicada, en parte provocada por un prolongado desajuste ideológico que le ha llevado a prescindir de sus mejores espadas (Ramón Aguiló) para entregarse a unas lideresas (Armengol y Silvia Cano) que no sintonizan con lo que se supone que es el ideario del partido. Este domingo ha perdido 22.000 votos en una trayectoria de progresivo descenso. Si Armengol está más cerca de MÉS o ERC y Cano de IU o Podemos, el hecho de ser hijas de históricos del partido, en Inca y Calvià respectivamente, las ha aupado a la poltrona desdibujando de alguna manera la conexión de ideas con sus votantes históricos. Circunstancia multiplicada por la progresiva catalanización de la formación, que lo ha ido separando de los peninsulares castellanoparlantes que en otros tiempos constituían el vivero de sus apoyos en las urnas.
Volviendo a esta nueva variante de 'pacto de perdedores' (en Baleares seguimos innovando), Armengol puede ser víctima de la lógica perversa que ha permitido durante años a su partido gobernar sin ganar en ninguna parte. Si ser la lista más votada no es decisivo, tampoco lo es ahora ser el más votado de los perseguidores. Ya no está de moda que gobierne el segundo, ahora le toca al tercero. O al cuarto. A esta velocidad demente, al final resultará que sacar votos es penalizable y pasarán a gobernar los partidos del fondo de la tabla. ¡Los últimos serán los primeros! Pero no es el único que podría salir trasquilado de esa norma ventajista, porque el mismo Jarabo se habría quedado sin liderar a Podemos si sus tres contendientes hubieran juntado fuerzas, porque entre todos sumaban un apoyo muy superior (61 %) al de su lista (35'8). Pero la política española es el reino de los tuertos, aquí todo el mundo se posiciona no en base a principios que valen para ti y para mí sino a partir de intereses y conveniencias. La corrupción del otro es mala, la nuestra siempre tiene excusas; si gano, gobierno, pero no si gana el otro, etc. Es decir, la negación del ideal moderno de ciudadanía.

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails