(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
A
sólo tres semanes de unas elecciones más decisivas de lo habitual,
y tal vez con Podemos en vías de neutralización tras el affaire
Monedero, va adquiriendo protagonismo la figura de Xavier Pericay.
Como destacaba hace poco Joant Font Rosselló, el pánico se ha
desatado entre nacionalistas y sectores de la izquierda con la
candidatura de Pericay por la eficacia electoral en su contra que
puede galvanizar. En gran parte porque, si de C's dependiera, no
habrá un tercer Pacte de Progrés en Baleares. Somos pioneros en
esto y, por lo visto, queremos repetir eternamente la fórmula,
además de la corrupción, que nos ha hecho célebres allende los
mares: todos contra el PP. Si en 1999 se estrenó el invento, en 2007
se perfeccionó con nada menos que 6 partidos metidos con calzador en
un gobierno repartido en pedazos autónomos. Que ambas legislaturas
acabaran con sendas mayorías absolutas del PP dice mucho de su
éxito.
De
todas las críticas a Pericay, y por extensión a C's, me duele la
que procede de mi antiguo partido, UPyD. Parece ser que muchos de mis
ex-compañeros no entienden que multiplicar las críticas a C's
implica reducir votos. La desconexión con el votante ya es absoluta,
y a éste no le preocupan en absoluto las diferencias entre ambos
partidos, sino que valora los intentos de vinculación. Como mínimo,
deberían planificarse acercamientos, pero la furia inculpatoria
contra C's ya es casi enfermiza, siguiendo el mismo esquema mental
que el de los nacionalistas: el cierre identitario del somos únicos,
nadie se nos parece, queremos ser lo que somos, etc. Triste ejemplo
de autismo autocomplaciente, teñido de malas maneras (de las que yo
no fui ajeno en su momento), está hundiendo ya del todo a un partido
que fue llamado a grandes gestas. Se presume una diferencia que cada
día es menor, porque C's ya ha obtenido un 10 en transparencia y se
ha posicionado en contra del concierto económico vasco.
Si
las elecciones andaluzas demostraron que los sondeos, ahora sí,
aciertan con UPyD, las recientes encuestas de Madrid y Baleares
(devastadora la de la capital, 0'5 %, bastión magenta, donde se
pierde todo) demuestran que estamos, parafraseando a Godard, ante el
final de la escapada.
3 comentarios:
Muy buen análisis el suyo. Es curioso que se persevere de forma tan insistente en la opción que, a la larga, ha sido un fracaso comprobado. Una pena, porque en este caso, un error ha eclipsado las numerosas virtudes de UPyD. Afortunadamente, no quedará todo en saco roto, porque Ciudadanos representa lo mismo.
Don Johannes
No he querido aparecer por su blog últimamente, porque no soy nadie ( aunque sí fui militante de base de UPyD , los dos primeros años, hasta el Primer Congreso ), y porque no pinto nada.
Pero que me gusta mucho su actitud de generosidad con Ciudadanos, a pesar de que no vaya en las listas. Y que les deseo muchísima suerte, que se la merecen.
Y que mi a mi hermano le cambiaron el nombre a Ivan, porque nuestro padre se llamaba Juan, y a mi madre le ponía furiosa que le llamasen Juanito. Y que cuando mi padre se murió, le volvieron a cambiar el nombre a Juan en el Registro... Y que ahora, sus hermanas, y sus amigos de la infancia le llamamos Iván, pero que profesionalmente es Juan... Un lío.
Muchas gracias, Viejecita. Entre otras, que don Navarth vaya de 3 en las listas de C's es una garantía a todo riesgo.
un abrazo
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