(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
El
Reino Unido ha protagonizado la actualidad informativa de la semana.
La noticia indiscutiblemente más importante de estos días ha sido
la destitución del seleccionador inglés de cricket, Peter Moores.
Aunque también se han celebrado unas elecciones generales, tal vez
debamos comentar algo sobre ellas. Ya saben de la victoria aplastante
de Cameron, pero si algo ha llamado la atención, además del
desacierto de las encuestas, es que las dimisiones entre las filas de
los perdedores han sido automáticas: Miliband, Clegg y Farage. En
esta cuestión, y en otras muchas, están a años luz de nosotros
porque en España, salvo Monedero y yo mismo, pocos dimiten (nosotros
lo hicimos preventimanente, así que poca broma).
Tal
vez ya sepan que soy anglófilo perdido y, por eso, sigo al detalle
acontecimientos como estos. Qué maravillosa es en este sentido la
BBC, caracterizada por el gran nivel de sus periodistas, y eso que ya
no cuentan con Jeremy Paxman. Sin embargo, un problema serio del
sistema electoral británico es su escasa representatividad, porque
sin ir más lejos el UKIP ha obtenido 4 millones de votos pero sólo
un miserable escaño.
Y
de Gran Bretana a las Baleares, donde sigue siendo Xavier Pericay el
gran protagonista de la campaña. Se caracterizan por su odio al
candidato al Parlament de C's ciertos plumillas del Última Hora; a
juzgar por sus furibundos ataques, parece que el hooliganismo isleño
no sólo se concentra en Punta Ballena. Payeras (que llamó a Pericay
“cunero”), Ferrer Miserol (“tarugo”) o Segura, que lo
considera “más peligroso que Bauzá” (o sea, el Gran
Satán), además de abominar de la nueva versión del Bearn de
Llorenç Villalonga que publicará Sloper. Si ya están bastante
aterrados de que su proyecto del PI, sobrerrepresentado en sus
páginas, no tenga muchas posibilidades de entrar en la Sala de las
Cariátides, los 9 escaños de C's en el sondeo del CIS (que acertó
en 2011 y 2007) han sido el detonante del delirio final. La maniobra
no puede ser más insolvente: tratar de convertir en un peligroso
radical a alguien tan correcto como Xavier. Si de algo dan la medida
estas estratagemas es precisamente de lo contrario: del sectarismo de
los que la articulan. Que sigan bramando.
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