(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
La
culpa siempre es ajena, nunca propia. Si los expertos (fuerzas de
seguridad y servicios de emergencia) nos dicen que en plena ola polar
lo mejor es no acercarse a la Serra de Tramuntana, el personal va en
tromba a jugársela, para que después lo tengan que venir a
rescatar, que es muy emocionante y cuesta una pasta. No estoy
entonando la cantinela del “Spain is pain”, hablo tanto de
españoles como de extranjeros, pues 6 turistas alemanes tuvieron que
ser auxiliados con un helicóptero. En total, 14 chalados fueron
rescatados el viernes y, a pesar de eso, la absurda diáspora hacia
los montes se multiplicó al día siguiente. No teman, si acaece un
drama la culpa será de los que nos recomendaron no ir.
Debe
ser que la nieve confunde, como el infierno canicular a un servidor o
la noche a ese egregio ciudadano de las Antillas. Miras a tu
alrededor y cuesta concentrarse en la conveniente ataraxia, todo
parece torcido: unos premios de cine con nombre de un pintor del
XVIII, una mascota para promocionar Palma que provoca náusea
universal, la marabunta comprando libros como descosidos en el
almacén de una editorial que quiebra, una ley de transparencia que
no aporta transparencia alguna, el clan deixonador que mimetiza las
triquiñuelas de la casta, sectores educativos que realimentan el
modelo que ha dejado nuestra educación como Varsovia tras los
bombardeos de la Luftwaffe, la esperanza blanca de un partido que
gobierna la región con más paro de Occidente, un Govern que opone
un caos unipartito a otro caos multipartito o una lideresa de la
formación de Bárcenas exigiendo a Monedero que pague sus impuestos.
¡Basta! Para colmo, últimamente ando enfrascado (contra mi
voluntad) en atentas lecturas de Gabriel Bibiloni y Damià Pons... la
guinda para la fatídica apoplejía está al caer.
Alguien
cercano me dice: “¡No dramatices tanto, Horrach, coño!,
que en tus disecciones apenas resaltas nada positivo, todo es
tenebroso”. Como seguramente sea cierto, ahí van varias
enmiendas de esta semana: una conferencia sobre mecánica cuántica
de Juan Ignacio Cirac, el partido inicial del VI Naciones, el regreso
a los seminarios de metafísica de Vermal o mi sobrino de 13 meses
emulando a Bolt por los pasillos.
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