(Tribuna publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
Si
algo necesita urgentemente la política en España es regresar a los
orígenes de su sentido intrínseco, a veces escasamente transitados:
el servicio público. El político es un servidor de la ciudadanía,
no su superior ni por supuesto su explotador. Pero tristemente el
modo de hacer política de los partidos viejos ha sido este último
desde hace demasiado tiempo. Lo único positivo de la crisis es que
el ciudadano se ha vuelto más exigente y ya no tolera lo que sucedía
hace nada: el asalto de los partidos a una sociedad civil vampirizada
de siglas, combinado con el culto a la corrupción como programa
real. Una prueba fehaciente de este modus operandi lo denunció
UPyD, único partido en no participar de la rapiña: el caso Bankia
y, por extensión, las politizadas cajas de ahorros. Nada menos que
100.000 millones de euros de nuestro bolsillo fueron a parar al
rescate de esta banca pública que ahora Podemos quiere reflotar.
En
UPyD Baleares llevamos trabajando desde hace más de 7 años por el
interés de los ciudadanos de las islas. Fruto de este trabajo
continuo, y en absoluto sujeto a circunstancias oportunistas, que
somos el primer partido en tener a disposición de los ciudadanos
nuestro programa electoral para esta comunidad. Por tanto, estamos
ante la oportunidad de ir ofreciendo los aspectos más relevantes del
mismo.
La
transparencia es la piedra fundamental de la política democrática
moderna. Lo es para los partidos y, por supuesto, también para la
administración. Nosotros queremos dar ejemplo y no nos limitamos a
exigir desde la barrera al Estado un mínimo de transparencia, el
habitual en los países más serios y menos corruptos (porque
transparencia es el exacto antónimo de corrupción) de Europa, sino
que aplicamos esa exigencia de puertas adentro, ofreciendo
públicamente todos los datos de nuestro funcionamiento interno. Por
eso la prestigiosa ONG Transparencia Internacional valoró con un 9
nuestro grado de transparencia, a tres puntos de diferencia del
segundo (sólo tres partidos aprobamos).
Otro
pilar de todo sistema democrático que se precie es la separación de
poderes, y de nuevo en esta cuestión hemos llevado a la praxis
nuestro discurso regenerador, porque renunciamos orgullosamente a
poner a un magistrado en el CGPJ cuando nos tocaba por cuota
parlamentaria. Tenemos claro que no se puede usar un privilegio
ilegítimo que el sistema te preste; sin excusas ni engaños, sólo
absoluta coherencia con lo que se piensa.
En
UPyD defendemos un racionalizado Estado del Bienestar y la existencia
de las Autonomías, pero eso no es óbice para no reducir ámbitos
administrativos que sirven menos al ciudadano que al político
profesional. Al igual que no tienen sentido las Diputaciones
Provinciales, tampoco lo atesoran los Consells Insulars. En nuestro
programa recogemos la necesidad de reducir costes al ciudadano
suprimiendo estos entes, los cuatro de Baleares (asumiendo sus
competencias el Govern), con el fin de eliminar gasto superfluo y
hacer más eficiente la administración. Y es que una idea básica de
nuestro ideario, que está recogida en nuestro programa autonómico,
es que la unión es preferible a la desunión. Por muchos motivos:
primero, porque el segundo camino nos aboca a la disgregación de
toda sociedad en átomos cada vez más reducidos (es decir, la
antipolítica); y, segundo, porque sólo es eficaz la colaboración
organizada de todos los individuos, y que una parte no pueda
imponerse unilateralmente al resto.
De
ahí nuestro ambicioso proyecto de fusión de municipios para las
Baleares. No se suele hablar de ello, pero tenemos un exceso de
municipios en España (8.119) y en Baleares en particular; sin ir más
lejos, nuestras islas cuenta con 67, y recordemos que Dinamarca sólo
tiene 98. Nos encontramos con dos resistencias absurdas a esta medida
ya implantada en prácticamente toda Europa: 1) Los partidos de poder
han convencido a una parte de la sociedad de que la multiplicación
de entes administrativos beneficia al ciudadano, cuando eso no es
cierto, pues es el político profesional el que tiene así más
facilidades para colocarse y obtener un beneficio propio. Por no
hablar del aumento de los impuestos de cara a mantener esta enorme
infraestructura. 2) Hay personas reacias a esta iniciativa que
argumentan como supuesta razón que cada localidad tiene su
idiosincrasia. Muy bien, eso no se va a eliminar, pero hay que
entender que las rencillas entre municipios (o incluso entre pueblos
del mismo municipio) son cosas del pasado que el escenario de la
ciudadanía moderna debe ayudar a superar. Nosotros consideramos que
no se puede hacer legítimamente política potenciando pasiones
conflictivas, sino al revés: trabajar por la convivencia y la
cooperación entre todos.
En
materia educativa, es máxima nuestra aspiración de mejorar
cualitativamente los resultados de nuestro sistema. Hay que recordar
que la prioridad de la educación es la transmisión de
conocimientos, y eso muchas veces se olvida, sepultado bajo toda esa
parafernalia pedagógica que nos ha dejado el modelo educativo de la
Logse. Junto a una mejora urgente de la calidad de enseñanza y de la
reducción del abandono escolar, aspecto en el que somos tristemente
líderes a nivel europeo, UPyD apuesta decididamente por la libre
elección de lengua y, en consecuencia, por el fin de esa inmersión
lingüística de facto a la que hemos llegado gracias a una
interpretación radical del Decreto de Mínimos. También defendemos
el uso de las modalidades insulares, apoyando así la valiente labor
que está realizando la Fundació Jaume III. En materia de empleo, es
urgente superar este paro tercermundista que padecemos, facilitando
la creación de puestos de trabajo: reduciendo los costes a las
empresas y acabando con la dualidad de contratos
temporales-indefinidos.
Estamos
viviendo un momento decisivo para nuestra sociedad. La tesitura
interesada que algunos quieren ofrecer del escenario político entre
partitocracia y rupturismo es falsa, como falsas son siempre las
polaridades en sí mismas, por reduccionistas y antagónicas. Existe
un espacio intermedio por explorar, y es ese discurso
regeneracionista y sensato el que ha salvado de la crisis a muchos
países europeos (Dinamarca, Holanda, Austria). UPyD representa
consciente y orgullosamente esta opción.
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