sábado, 24 de marzo de 2007

TEORÍA MIMÉTICA (1)


MÍMESIS DE APROPIACIÓN


La teoría mimética de René Girard concibe los deseos humanos como algo esencialmente derivado, cuya raíz no surge del interior del sujeto deseante, sino que su naturaleza es exterior. Los deseos (esos que no compartimos con el resto de animales) no son objetivos, sino que vienen determinados por los condicionantes exteriores y por la constitución fuertemente mimética del ser humano. Lo mimético, que tiene las mismas características ambivalentes de lo sagrado (de hecho son una y la misma cosa), es lo que divide y al mismo tiempo lo que separa, lo que diferencia; es productor de ‘lo mismo’, lo propio, de la indiferenciación. Las identidades humanas se articulan a partir de la mímesis.

El deseo mimético es entendido por Girard como algo de génesis unitaria pero que produce dinámicas múltiples y diferentes. Se trata de un fenómeno único que da explicación a infinidad de comportamientos humanos, tales como el voyeurismo, el masoquismo, el sadismo, etc. Esta pluralidad de manifestaciones tiene que ver con los diversos tipos de conflicto que nuestra naturaleza mimética puede generar. Dentro de esta perspectiva, se podría afirmar que todo conflicto humano arraiga en lo mimético ("la mimesis de apropiación está en el origen de todo”).

El origen de todo conflicto humano se produce cuando dos o más individuos convergen hacia un mismo objeto. La pulsión de desear lo que el otro posee obliga a todas las sociedades humanas a generar todo un sistema de tabúes y prohibiciones para poner coto a la potencialidad de los conflictos miméticos. Se produce una auténtica ‘represión del conflicto mimético’, que consiste en prohibir lo que pueda suscitarlo, disimulándolo detrás de los símbolos de lo sagrado (en las sociedades tradicionales son exclusivamente religiosos, aunque en las más desarrolladas adoptan también otro tipo de formas).

Los tabúes y las prohibiciones recaen, no sobre los objetos raros, lejanos o inaccesibles, sino sobre los objetos más cercanos y más abundantes, porque son, evidentemente, los que suscitan más conflictos. Pero no sólo porque sean los más cercanos los que generan más tensiones, sino porque el deseo pretende específicamente los objetos más cotizados y deseados por los demás. Su naturaleza conflictiva es inherente.

6 comentarios:

El Pez Martillo dijo...

Yo añadiría que el asunto de la mímesis influye no sólo en los conflictos, sino también el el surgimiento de la propia sociedad y todos los fenómenos humanos. Porque sólo puede haber sociedad cuando un grupo imita unos modelos (que, aunque ideales, siguen suponiendo un impulso al deseo mimético).
Por otro lado, a partir de aquí se puede extraer una de las ideas que me rondan de hace tiempo y que ya he expuesto alguna vez, la de que en la base de la propiedad privada se encuentra la apropiación (más básica y más "natural" que la propiedad).

Johannes A. von Horrach dijo...

Coincido con usted, amigo Pez, en que el deseo mimético está en la raíz de toda sociedad. Fíjese que incluso en los relatos míticos, como el de la creación de Roma (en la pugna mortal entre Rómulo y Remo) o el del Génesis (Caín y Abel), siempre se da este tipo de conflicto, esa competitividad no tanto por conseguir lo que el otro tiene (pues eso es siempre la excusa, lo veremos más adelante, en próximas entregas), sino por conmvertirse en el otro, por usurpar su identidad en la que vemos una autonomía y dominio que en teoría a nosotros nos faltaría (el 'deseo de ser otro' podría llamarse). Y sobre la propiedad privada: la psicología mercantilista va exactamente por ahí; no se trata de un tener 'objetivo', sino que todo lo marca la subjetividad de imponerse a los demás.

saludos

(Pez, ojo a los blogs Potlach y Phiblogsopho, que se tocan con nuestros intereses. Ahí están en los enlaces)

Anónimo dijo...

Hola Horrach, gracias por tú blog.
Estoy indagando sobre el deseo mimético y quería pedirte algo si puede ser:

"Los tabúes y las prohibiciones recaen, no sobre los objetos raros, lejanos o inaccesibles, sino sobre los objetos más cercanos y más abundantes, porque son, evidentemente, los que suscitan más conflictos. Pero no sólo porque sean los más cercanos los que generan más tensiones, sino porque el deseo pretende específicamente los objetos más cotizados y deseados por los demás. Su naturaleza conflictiva es inherente."

¿Me puedes dar algún ejemplo concreto sobre objetos cercanos que susciten conflictos y sobre los que recaiga la prohibición o el tabú?
Me digo que será relativo
Gracias!

Johannes A. von Horrach dijo...

Hola Tierra, bienvenid@ al subsuelo.

En este caso los ejemplos concretos siempre dependen del contexto, es decir, de cuáles sean aquellos objetos que en una comunidad son más susceptibles de ser codiciados por la mayoría de individuos. Es mucho menos problemático codiciar objetos escasos o lejanos, porque la lucha por conseguirlos implica menos roces con el resto de miembros de la comunidad.

shalom

Anónimo dijo...

Hola otra vez
Un ejemplo: la búsqueda de afecto, de reconocimiento, de seguridad, de unidad...
¿Qué prohiciciones o tabúes suscitan?
Gracias

angell barahona dijo...

Horrack soy angel -hablamos por teléfono cunado presenté mi tesis de girard. Me encanta la página, es muy original, más viva que la mía, más interesante, más transgresora. Hace justicia a la riqueza del pensamiento girardiano. Änimo, la tesis no tiene que ser perfecta, tiene que ser viva. NO abarcarlo todo, no la terminarías nunca porque es la vida misma la que corre por ccada poro de girard, es un decisión: corta y defiéndela... es interesantísima. Para mi también me cambio la vida la Violencia y lo sagreado... fíjate que me hice cristiano. Es maravilloso que sea tan dispar la reacción, da una idea de la apertura del pensamiento girardiano.

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