[artículo publicado hoy en EL MUNDO-El día de Baleares]
Se
ha generalizado en nuestro país un discurso que culpa al conjunto
del sistema financiero de los problemas existentes, especialmente del
sensible tema de los desahucios. Y aunque es cierto que en el mismo
corazón de la crisis internacional fueron ciertas conductas
especulativas de la banca privada las que produjeron la quiebra de
Lehman Brothers, en España la situación ha sido diferente, pues si
por una parte tenemos una banca privada razonablemente saneada,
situada en los primeros puestos de solvencia del sistema financiero
europeo, la banca 'pública' representada por las cajas de ahorros
son las verdaderas protagonistas de nuestro entuertos más críticos.
Las
cajas han sido un paradigma de cómo la clase política se ha
infiltrado en todos los sectores de la sociedad española,
determinando con su escasa formación especializada el mal resultado
conseguido. Si en la mayoría de sectores la presencia de los
políticos es legislativa, por el elevado nivel regulativo aplicado,
en este caso nos encontramos también con una comparecencia física,
pues ellos han dirigido (u ordenado dirigir) estas particulares
entidades financieras, jugando a ser banqueros sin la formación
necesaria.
En
la cuestión de los desahucios, por ejemplo, las cajas están siendo
en gran parte responsables del problema. El discurso público señala
generalizadamente hacia 'los bancos', sin atenerse al detalle
relevante de que las hipotecas de mayor riesgo fueron suscritas por
las cajas, que recogían la clientela que no encontraba financiación
en la más estricta banca privada. Con el tiempo, las cajas han ido
aumentando ampliamente su cuota de mercado (del 40 % en 1991 al 54'5
del 2007), multiplicando sucursales sin control, endeudándose a
espuertas y potenciando una ilógica diversificación geográfica. De
ahí su representación elevada en los activos inmobiliarios, con
créditos a promotores y particulares: “son precisamente las
cajas donde el capital humano era más bajo las que concedieron más
préstamos inmobiliarios y donde hay ahora más préstamos en mora y
más impagos” (Nada es gratis, p. 28). La burbuja
inmobiliaria ha tenido, por tanto, a las cajas como protagonistas
estelares, y la mayor parte de desahucios son ejecutados por ellas.
En
otro caso de especial gravedad, como es el de las participaciones
preferentes, también nos encontramos a las cajas en el centro del
meollo, pues han protagonizado una historia especialmente criticable:
apoyándose en su supuesta condición de banca pública, en una
teórica ausencia de pretensión de beneficios, han engañado a miles
de ciudadanos, estafándoles de forma vergonzosa.
Para
acabar, una mención al agujero enorme que en sus cuentas han
producido las extrañas formas de actuación de las cajas de ahorros
(agujero pagado por la ciudadanía). Todos conocemos el caso de
Bankia, pero salvo contadísimas excepciones este desastre ha sido
compartido por el conjunto de cajas, presididas por consejos de
administración repletos de políticos y sindicalistas, ausente de
técnicos especializados. Durante años las cajas no han cotizado en
el mercado bursátil, y por ello no se dieron los controles
automáticos que se dan en esta esfera. El resultado es ya conocido:
balances opacos, estructura duplicada y poco eficiente, gran asunción
de riesgo, etc. El fracaso de este modelo de gestión es ya
incuestionable.
4 comentarios:
Es que las Cajas actuales no se parecen en nada a las que fueron creadas hace tantos años. Me acuerdo cuando eran sinónimo de solvencia y seguridad, cuando "protegían" los pequeños ahorros que les confiaban muchos pequeños impositores. Pero, con la llegada del siglo XXI nos volvimos locos. Las "simpáticas" y seguras Cajas se fusionaron, casi todas, creando gigantes bancarios, y olvidando la obra social y cultural que les daba sentido. Enganchadas a la ruleta del "capitalismo de casino", del enriquecimiento rápido y sin sentido, encabezaron la locura que nos ha conducido a una tragedia que va a cambiar, no se cómo, la manera de organizar la sociedad. Creo que estamos en una encrucijada.un auténtico cambio de era. ¡Que no nos pase nada!
Era habitual ver a mi madre (87 años a fin de mes) menear la cabeza ante el televisor donde se daba cuenta de los presuntos "éxitos" económicos de este desdichado país menear lacabeza, mientras repetía "tantu refalfiu, tantu refalfiu, vereis dónde vais a acabar".
Siempre pensé que mi madre hubiese sido la mejor ministra de economía que podía tener este país. Sin embargo, se prefirió a los Rato o Solbes, con las consecuencias que ya conocemos. Quien dice mi madre, dice cualquier mujer (ama de casa, toda su vida) de su experiencia administrando la economía familiar.
Refalfiu, en asturiano viene a significar la hartura consecuencia de la gula
Koolau, las antiguas Cajas fueron 'vampirizadas', precisamente utilizando esa confianza que despertaban entre la ciudadanía para hacer lo contrario de lo que se supone era su finalidad. Además, hecho por gente sin profesionalidad bancaria alguna (si en la banca privada ya pasan cosas discutibles, imagine cuando al mando están indocumentados). Políticos (además, políticos españoles, es decir, sin mucha formación por lo general) jugando a banqueros...
saludos
Una cosa más: habría que investigar cómo el funcionamiento de las Cajas ha ayudado a financiar irregularmente a partidos y sindicatos. Recordemos que los sueldos de los miembros de cada Consejo de Administración eran enormes, y parte de ese dinero iba a parar a sus respectivas organizaciones de origen.
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