[artículo publicado hoy en EL MUNDO-El día de Baleares]
“El que no se sienta nacionalista, ni quiera a lo suyo, no tiene
derecho a vivir”. Estas categóricas y excluyentes palabras
fueron pronunciadas en Mallorca hace sólo 6 años. Concretamente por
el senador del PNV Xavier Maqueda, en pleno congreso del PSM (mayo de
2006), ante la algarabía entusiasta de los asistentes, como
constatan las hemerotecas. Pero más sorprendente que estas palabras
(y el correspondiente aplauso de los pesemeros) es que no
tuvieran apenas resonancia en ninguna parte y, por tanto, no fueran
criticadas. Los medios de comunicación, con la excepción honrosa de
este periódico, rebajaron su peso específico, relegándolo al
interior de las crónicas del citado congreso. Únicamente el
columnista de El Mundo Arcadi Espada y el actual coordinador
de UPyD Carlos Martínez Gorriarán intentaron ampliar el eco
mediático del rebuzno, pero no surtió efecto: la denuncia de una de
las declaraciones más graves escuchadas en democracia a un cargo
político rebotaba ante una granítica impasibilidad.
No deja de ser sorprendente la forma en que se sostienen diferentes
varas de medir en la esfera política española. Los nacionalistas
catalanes y vascos se han beneficiado enormemente de esta doblez
pues, debido a los negros años del franquismo, en democracia parecen
contar con un plus de legitimidad que no tienen otras opciones
ideológicas. De esta manera, sus actos y palabras no se pesan de la
misma manera, sino que permanecen en un limbo de indeterminación que
las despoja de evidencia real. Es un fenómeno de condescendencia
asombroso que les ha permitido, por supuesto, el liderazgo del actual
debate político, independientemente de la endeblez retórica o de la
escasa representación (estatal) de sus propuestas.
Digo esto a cuenta de los voces que comienzan a escucharse
últimamente sobre el debate soberanista en Cataluña, asegurando que
el Gobierno central de Mariano Rajoy ya estaría intentando un pacto
con CiU después de las elecciones catalanas para facilitar una
salida digna a Artur Mas. En este caso, de nuevo nos encontramos con
esa especial tolerancia que permite a los nacionalistas apostar por
los proyectos más maximalistas sin temer las consecuencias
negativas, porque éstas siempre se les acaban condonando (véase lo
sucedido con el llamado 'Plan Ibarretxe'). De hecho, aventuras
surrealistas como ésta son posibles precisamente porque el cálculo
propio tiene en cuenta que el coste-beneficio siempre será
favorable: si se vence, se obtiene todo, y si se pierde se queda uno
con lo que ya tiene. Eso si no consigue un 'premio de consolación'
que tampoco está mal visto, en esta dinámica de progresión
indefinida basada en algo que se parece mucho al chantaje.
En ocasiones España parece un país condenado a los extremos, sin
posibilidad de asentarse en una racionalidad democrática equivalente
a la de los países más serios y ricos de Europa (Holanda, Alemania,
Dinamarca, Austria, etc.). A lo largo de nuestra historia parecemos
condenados a transitar de un polo a otro, y la última prueba la
tenemos estos últimos años cuando la superación del monolítico y
dictatorial centralismo franquista ha dado paso a un
super-descentralizado Estado de las autonomías que, sin embargo y
asombrosamente, sigue considerándose insuficiente por parte de
aquellos que obsesivamente ven amenazas 'españolistas' por todas
partes.
4 comentarios:
Pues ya tenemos los resultados. Y, a mi juicio, por una vez, son buenos: el proyecto mesiánico de Mas se ha pegado una bofetada colosal. Pero los demás, tampoco están para "tirar cohetes". La espectacular subida de ERC, bien podría tener efectos nulos porque los politiqueos abocan más bien a un pacto Convergencia-PP (a pesar de que Sánchez Camacho repitiese hoy, muy digna ella, lo de "jamás, jamás"; sólo hace falta recordar que lo mismo decía Rajoy sobre subir impuestos) ¿Hay algo que tenga menos valor que la palabra de un político?. El PSOE. en este caso PSC, parece muy contento de haber alcanzado la irrelevancia total, algo que ya había conseguido en anteriores elecciones catalanas su supuesto rival nacional, el PP (se ve que no quieren ser menos); sólo "Ciutadans" -algún día me explicarás, tu que lo vives más de cerca, cuál es la diferencia con UPyD- ha obtenido una subida verdaderamente estimable, y, en menor medida ICV o las CUP (que supongo se han llevado el voto "indignado"). Por lo demás, eso, que Convergencia corre el peligro (justo "premio" a las gilipolleces esencialistas en que se ha basado su campaña y a la peligrosa endeblez intelectual que ha demostrado su oportunista candidato, que simplemente vio pasar una manifestación enorme por delante de sus narices y, como Charlie Chaplin en "Tiempos modernos" creyó que por ponerse al frente encontraría su salvación) de verse arrastrado por el programa de un pequeño partido, hasta ahora, con las ideas mucho más claras y sin la rémora de la corrupción atosigándole. En fin, una ayer asistimos al último acto, por el momento, de la "verbena catalana" (también yo me cito a mi mismo, y me quedo tan fresco)
Bueno, ya veremos lo que finalmente hace CiU, porque de eso dependerá el análisis que se pueda hacer de estas elecciones. Todo parece que frenará un poco, pero no lo tengo del todo claro.
En cuanto a UPyD y C's... no seré yo quien te hable de diferencias entre ellos. De hecho deberían ser el mismo partido. Las diferencias, si acaso, son personales (entre Díez y Rivera) para explicar que vayan por separado.
saludos
O sea, el tán español "quítate tu, pa ponerme yo" de toda la vida. No, si ya me parecía a mi que la "novedad" de UPyD era limitada... Lo siento
Eso de ir por separado es un error, pero no creo que invalide lo bueno que está aportando UPyD a la política nacional. En la política la perfección no existe.
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