Los viajes tienen, al menos para mí, dos funciones básicas: una de contenido y otra formal. La de contenido tiene que ver con el destino del viaje, sus motivaciones, objetivos, etc. La función formal, en cambio, se relaciona con el hecho mismo del viajar, con el ir-y-volver, y con todo lo que remueve ese movimiento del salir/regresar. En cada viaje la identidad del viajante se pone en juego. Muchas veces sucede que lo más importante de un viaje es esta vertiente formal, pero en el caso que ahora me ocupa lo que tiene que ver con su destino ha sido más gratificante y satisfactorio.
El destino era la ciudad de Valencia, y la excusa un congreso internacional sobre Nietzsche (titulado Nietzsche y la hermenéutica) que se iba a celebrar (y se celebró) en la Universitat de Valencia. Pero el motivo principal del viaje residía en conocer una tierra cercana pero desconocida para un servidor. No quiero entrar en aburridos detalles personales, pero me va a costar olvidarme de Valencia. De hecho, no pienso hacerlo: volveré. No sé cuándo todavía, pero no me cabe ninguna duda. Pensamos lo mismo los tres expedicionarios isleños: el Pez Martillo, Donatien y un servidor.
No sé si porque soy mallorquín o a pesar de serlo, considero que Mallorca es un buen lugar para vivir. Pero si por alguna razón tuviera que largarme de la isla, Valencia sería uno de los destinos que consideraría con más posibilidades. Valencia ha resultado ser una ciudad muy atractiva, que reúne ventajas propias de una ciudad grande y también de otras más pequeñas. Pero lo que me ha sorprendidomás es la gente de Valencia, por su calma, su tranquilidad, su alegría. ¡Y qué mujeres! Guapísimas y tremendamente simpáticas las valencianas. En Mallorca el nivel de belleza femenina no es precisamente bajo, pero en general las mallorquinas (ahora toca un apunte tal vez excesivamente general, pero tampoco creo que sea muy equivocado) son demasiado estiradas y bordes. Nada que ver con las encantadoras mujeres valencianas (y eso por no hablar de las espectaculares noruegas del Rosenborg, que nos dejaron alucinados en un bar del barrio del Carmen, celebrando la victoria de su equipo sobre el Valencia CF en Mestalla). A pesar de ser igualmente latinos y mediterráneos, entre valencianos y mallorquines se aprecian no pocas diferencias en el carácter y en las maneras. Imagino que la endogamia isleña tendrá mucho que ver con ello. No pienso hacer causa a favor de mis paisanos, así que voto por la alegría y la simpatía valenciana.
Mención especial quiero dedicar al viejo Casale, conocido nick del antiguo Nickjournal, que con una amabilidad difícil de superar nos enseñó los rincones de la ciudad antigua, en una inolvidable tarde que me hizo recordar (y rememorar en carne propia) las gestas de Paavo Nurmi y Abebe Bikila. Creo que difícilmente podrá encontrarse un guía más adecuado para conocer los rincones de la ciudad y su historia que el gran Casale. También la cena a la que asistieron el Pez Martillo, Donatien y un servidor por parte mallorquina, y el propio Casale, montano, Bartleby y Tempo e dolore en representación valenciana, tendrá sin duda un hueco en mi recuerdo. Un saludo para todos y gracias por la compañía.
¿Y el congreso, qué tal? No estuvo mal, pero ya hablaré de él en otro momento. También de la exposición sobre HR Giger en la UPV.
(foto: cortesía del Pez Martillo)
17 comentarios:
Como partenaire de las peripecias valencianas, creo que me toca decir algo.
Corroboro todo lo dicho, sobretodo la mención a nuestro guía y compañeros de cena (lo mejor del viaje, un saludo a todos).
Me cuesta mucho viajar, salir de la isla, de cada vez más (al parecer es otro rasgo isleño, nos cuesta salir de "sa roqueta"), por eso me busco excusas para poder hacerlo. Y esta vez me ha gustado, y bastante.
Sobre lo de la simpatía, sí, está bien. Pero ya sabe (lo hemos hablado varias veces) que desconfío de la gente amable. En la mayor parte de los casos es cosa de mis paranoias, pero les veo algo de falso e impostado. En cualquier caso, no es ahora el momento de hablar de esas cosas. Hoy toca hablar bien del personal de Valencia (y no me cuesta hacerlo).
En fin, tengo poco más que añadir. Intentaré poner algo en mi blog sobre el periplo valenciano.
Pues no conocí a ninguna noruega de esas, pero si a muchas mallorquinas, y (o han cambiado mucho en 15 años) no hay color, a favor de las de tu isla, claro.
Saludos relajados desde la "leprosería
Amigo Pez, sabe que a un servidor le sucede algo parecido con el tema de ciertas amabilidades, pero en el caso de las chicas valencianas esa desconfianza se ha desvanecido. Ahora lo que deberíamos hacer es mirar si en Mallorca hay alguna asociación de valencianas o algo así. Y, si no, la montamos nosotros, ¿le parece?
Koolau, ¿sus halagos a las chicas mallorquinas se refiere a su belleza o a su amabilidad? Ya digo que su belleza no la niego, pero sobre lo segundo no soy ni mucho menos el único que no lo tiene nada claro.
saludos desde el subsuelo
A mi me pasa algo parecido. La simpatía siempre me resulta sospechosa. Por eso me sorprende que ustedes me consideren amable.
Por cierto, no olviden nunca que vieron al doble de Gunter Grass. No siempre resulta tan visible.
saludos y abrazos
viejo Casale
¡Hombre, amigo Casale! Un abrazo. La verdad es que tengo que decirle que, ahora que lo conozco personalmente, parece usted más mallorquín que valenciano. Es decir, que le he visto un porte algo meditabundo, casi melancólico, que es más habitual en Mallorca que en Valencia, al menos por lo que he podido ver.
Y sobre el amigo Grass, jajajaj, pues la verdad es que no dejamos de verlo durante el resto de días que permanecimos en Valencia. Era un poco angustiosa su presencia constante.
saludos
Y en congreso en sí ¿cómo estuvo? ¿Qué tal la conferencia de Jean Grondin?
Es que yo siempre oreferí la belleza medirerranea, que es como más "asequible", a un "bigardo" nórdico, simplemente.
Hola Phiblogs. Pues lo de Grondin fue irregular. Muy divertido el hombre, sobre todo en la introducción, pero a la hora de fundamentar sus críticas a cierto relativismo nihilista estuvo poco fino, con tendencia a caer en argumentos tan pedestres como los que suelen manejar Sebreli o Harry Frankfurt. Comparto alguna de sus críticas, pero ya digo, no se puede ser tan simple a la hora de justificarlas. Eso mismo le reprochó, con muy buen tono, Jesús Conill.
Koolau, había que ver a las noruegas, le prometo que eran de nota las rubias.
saludos
Pues de Jesús Conill se puede esperar un buen reproche... Pregunto por Grondin porque he leído sus libros y porque un amigo mío que estudia con él en Montreal dice que no es muy buen profesor.
Muy a contrapelo, aquí nosotros tuvimos a Félix Duque. Aparte de todo un caballero y de ser un tipo sumamente simpático, hizo gala de una amplitud filosófica y de una erudición envidiables. Duque habló veinte horas de diez páginas de la Fenomenología del Espíritu de Hegel. ¡Increíble!
A Grondin yo no lo conocía, y tal vez tarde mucho en leer algo suyo (tengo demasidado material acumulado). La duda que me queda es si el tono superficial que esgrimió tiene que ver con su nivel habitual o es que la dificultad de emplear el castellano pudo tener algo que ver con las simplificaciones.
Sobre Duque, lo primero es que a ver si sale de una vez su traducción de 'La ciencia de la lógica' de Hegel, que ya lleva muchos años con el tema. Por lo demás, poca gente podrá cuestionar el enorme background que tiene este hombre, un auténtico todoterreno de la filosofía (y no sólo). La pega que se le puede poner, y en eso coincido con mucha gente, es que en ocasiones aprieta poco para el volumen que suele manejar. Otra pega que suele caerle es el tema de sus kilométricas notas al pie de página, pero no lo comparto, ya que tengo debilidad por ese recurso textual, aunque Duque lo suela llevar hasta extremos exagerados.
saludos
Duque prometió la traducción de Wissenschaft der Logik para el próximo año. Por la nueva editorial Abada.
Esperemos que sea pronto. Lleva 20 años trabajando en esa traducción.
Sí, Duque lleva muchísimo tiempo con la tarea. Me voy a alegrar cuando salga, que necesito tener este ejemplar a mano, para no tener que estar condicionado por si alguien pide el que tengo prestado de la biblioteca de la UIB.
Hace poco me comentaron precisamente que el texto aparecería en Abada.
Después de llevar viviendo unos cuantos años en Valencia, destacaría sobre todo el clima, la luz,el mar..... Los valencianos y valencianas son otra historia,... son puras fallas....todo muy bonitoy fantástico, pero al final.... solo quedan cenizas.
Buen apunte. Esa también es una posibilidad que no hay que olvidar: que tras el fuego venga el desierto. Ahora yo me he quedado con unas apariencias iniciales, que se dieron en una experiencia de sólo 4 días, pero seguro que una convivencia más prolongada podrían cambiar mi opnión. Es posible, no lo sé, para ello debería estar en una situación como la suya.
saludos y bienvenido al subsuelo si usted es nuevo por estos lares.
Por las experiencias que tengo con gente de Valencia (algunas semitraumáticas) creo que voy a estar de acuerdo con lo que dice anónimo.
Vaya por Dios. No, si al final se nos ca a caer el mito valenciano, jajaja.
Aún así, volveré.
Cuente usted conmigo para esa vuelta, que hay que darles una segunda oportunidad (y esta vez, la verdad, no ha habido nada extraño, al contrario, ha quedado un muy buen sabor de boca).
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