lunes, 21 de septiembre de 2015

IZQUIERDA NEOCÓN


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Si la cuestión catalana nos ofrece, día sí y día también, multitud de elementos esperpénticos que dan por bueno el calificativo de “manicomio” que le ha asignado Ramón de España, me voy a detener en uno de ellos que convierte a una parte de la izquierda española en un caso insólito en el mundo occidental. Quiero decir que si el principio de redistribución de la riqueza es un punto decisivo, sine qua non, para que estemos inmersos en un discurso socialdemócrata, en España un amplio sector progresista no lo tiene nada claro. Al menos cuando entra en el escenario el caso catalán.
Sin Cataluña sobre la mesa, el discurso es tan diáfano que incluso tiende al maniqueísmo primario de los ricos opresores que sólo tienen como objetivo practicar el mal absoluto contra sus indefensas víctimas propiciatorias. Sin embargo, con Cataluña el criterio progresista cambia, se transfigura, se traviste en su opuesto: una crítica severa, aunque no explícita del todo, a los impuestos. Porque se censura que Cataluña reciba del Estado menos de lo que aporta. Claro, es una comunidad rica, como Madrid o Baleares. También se olvida que no es Cataluña la que paga (como si existiera en su territorio una ley tributaria diferente y opresora), sino los ciudadanos catalanes cada uno por su cuenta.
Esta lógica chiflada les lleva a abrazar al completo los postulados de su gran archienemigo: el neoliberalismo austríaco de los Hayek y Von Misses, que está además a favor del derecho a decidir porque no considera que todos los ciudadanos estén al mismo nivel. En su esquema, el rico tiene la posibilidad de decidir unilateralmente lo que le interesa, al margen de postulados éticos o morales del interés general.
El neoliberalismo entiende que si el fuerte cree conveniente abandonar la comunidad política, puede hacerlo sin que se consulte al resto de la misma. Evidentemente esta voluntad rupturista no la van a tener los mas débiles (la rebelión de las élites, de Lasch), porque necesitan la redistribución económica de su sociedad para salir adelante. Desean tomarla los ricos, en este caso las regiones con alto nivel económico: Padania, Flandes, Cataluña, Quebec. En España podemos ser progresistas y estar contra la igualdad, bienvenidos al manicomio.

     PD: no me cabía en el artículo, pero también podríamos hablar de otra anomalía hispana, los 'neoliberales socialdemócratas', es decir, aquellos que, estando en contra de los impuestos y de la redistribución de la riqueza, en el caso catalán lo consideran un pilar intocable de nuestro Estado. Además, lo que digo sobre Cataluña vale igual, o incluso más (porque ellos ya tienen Concierto Económico), para País Vasco y Navarra.

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