(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
Por
si alguien albergaba alguna duda acerca de la dimensión gigantesca y
sistémica que la corrupción ha alcanzando en España, esta semana
gracias al caso de las tarjetas fantasma de Caja Madrid habrá
abierto definitivamente los ojos. Nadie que formara parte del dominio
de la partitocracia queda indemne: partidos, cajas, sindicatos,
patronales. Lo peor es que seguramente falta todavía más mierda por
aflorar. ¿A alguien le extraña que haya tenido que ser UPyD el que
haya presentado la denuncia que ha destapado todo este abuso?
Evidentemente los implicados, que eran todos los actores de nuestro
infecto teatro que debería ser un servicio público pero que no es
más que una rapiña continuada, han tratado de escurrir el bulto. A
derecha e izquierda. De nuevo tenemos sobre la mesa el modelo
intencionadamente podrido del funcionamiento de las Cajas de Ahorros
(no de la banca privada, la más solvente de Europa), quebradas
(luego resucitadas con cantidades industriales de dinero público)
por una banda de incompetentes que premiaban su mediocridad con un
nivel de gasto faraónico y opaco. Mientras estafaban a los
preferentistas, el círculo perfecto de la podredumbre.
Ya
nadie puede creerse que la corrupción la hayan llevado a cabo
“mangantes aislados”, al margen de su respectiva organización y
sin que sus compañeros lo percibieran. Ningún partido, banca,
sindicato o patronal condenada o inspeccionada ha denunciado a sus
miembros corruptos antes de que las investigaciones los señalaran;
si acaso después, cuando ya no tenían más remedio. Igual que la
mayoría de casos los ha destapado la Justicia y no una Hacienda
ultrapolitizada. Todos los indicios señalan que, a cuenta de la
(engañosa) riqueza económica que procuró la burbuja inmobiliaria,
la corrupción se ha institucionalizado y convertido en un problema
sistémico, con tendencia a constituirse en la norma en lugar de la
excepción. Las investigaciones judiciales están dejando ya pocas
esferas de nuestra sociedad indemnes al descrédito. Es peligrosísimo
que la credibilidad de las instituciones se vaya destruyendo de esta
manera en un momento como el actual, con la crisis todavía haciendo
un daño tremendo a la población y con movimientos rupturistas que
desde la demagogia pretenden capitalizar el descontento en favor de
soluciones engañosas. La Tangentopoli española ya está aquí.
5 comentarios:
Sobre eso de que ha sido UPyD quien ha destapado el asunto, ejem: http://15mparato.wordpress.com/2014/10/04/como-salieron-a-la-luz-las-tarjetas-negras-de-caja-madrid/
Me refiero a que UPyD fue el que puso el foco judicial sobre Bankia. Mientras el resto se hacían los distraídos.
Estupendo, señor Horrach.
La pregunta es: un sistema tan corrompido ¿puede empeorar si llega a gobernar Podemos?
Una respuesta negativa lleva a mucha gente a apoyar a Podemos.
En mi opinión, la salida cabal al atolladero se encuentra en la moderación de UPyD y Ciudadanos. Sin embargo "cabal" casa con "masa" menos que "emocional". El futuro no podemos preverlo pero... haríamos bien en anticipar que las cosas aún pueden empeorar.
Saludos
Alejandro, me he estado leyendo atentamente ek link que has colgado y no tengo más remedio que decir que está trufado de medias verdades. Para empezar, es discutible ese juicio de intenciones de que UPyD fue a rebufo de su querella, ni mucho menos. Segundo, la querella presentada por UPyD fue aceptada por el juez Andreu, con la consecuencia de la imputación de Rato y otras 30 personas; no es que nos sumáramos a la causa de este grupo de tu link. De hecho, cuando IU quiere denunciar también, casi dos años después de UPyD, el juez Andreu les indica que deben sumarse a nuestra iniciativa. Y, en definitiva, es a partir de esa investigación gracias a la que llega hasta las tarjetas black. Nos podemos poner la medalla con total tranquilidad.
un abrazo
Temístocles, es evidente que a algunos les interesa trazar una dualidad partidos viejos y corruptos vs movimiento rupturista, pero ambas opciones, por diferentes motivos, nos llevan al desastre. Queda la opción más lógica, que en otros países europeos suele aflorar en los medios con mayor facilidad (aquí menos porque nos tira mucho la bipolaridad), y es la opción regeneracionista, aquella que permite una aplicación más rigurosa y limpia del modelo de democracia liberal europea. Lo que ha fallado en Europa, y no digamos en España, no es el modelo sino su aplicación.
un saludo
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