lunes, 28 de julio de 2014

CARTA BLANCA


  (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

El rigor siempre deja en evidencia a la demagogia. Profundizar y ampliar los datos es preferible a permanecer en una superficialidad interesada. Ángel de la Fuente llevaba una década con la idea de aplicar su método de carga-beneficio (más realista que el de flujo monetario, preferido por la Generalitat) al análisis de las mal llamadas balanzas fiscales, y su resultado ha deslegitimado el victimismo falaz del “Espanya ens roba”. El dinero negro de la familia Pujol ha puesto el colofón semanal a todo este asunto, porque si alguien ha robado a los catalanes durante los últimos 34 años ese ha sido el líder de la tribu, el arquitecto del proceso independentista.
Los resultados del análisis de De la Fuente demuestran que las cifras que esgrimían los nacionalistas de Cataluña y Baleares no eran, ni de lejos, las reales. Aquí, los famosos 3.600 reclamados se quedan en 1.483, reducidos a 252 si dejamos fuera el elemento redistributivo (83 %). Lo alucinógeno de todo este asunto es ver a tanta gente de izquierdas, teóricamente defensores del pilar de la socialdemocracia (la redistribución de la riqueza), ¡exigir que se supriman los impuestos! Es decir, que se devuelva a los más ricos exactamente la suma que han puesto sobre la mesa. El caso es aceptar todas las reclamaciones nacionalistas, por arbitrarias que sean.
Como se siguen aceptando, por ausencia de la más mínima crítica, los exabruptos más impresentables emitidos desde este sector. Si ya en el año 2006 las brutales palabras del senador Xabier Maqueda (PNV) ante un enfervorizado auditorio pesemero (era el congreso que supuso la creación del Bloc y la escisión de Entesa), “el que no se sienta nacionalista no tiene derecho a vivir”, pasaron desapercibidas en la prensa de la isla (con la honrosa excepción de El Mundo), esta semana se ha repetido la operación con un portavoz de la Assemblea de Docents, Miquel Àngel Tortell, que llamó a la nueva cúpula del Círculo Balear “mercenaris, assassins, franctiradors”. El exabrupto se escenificó el pasado lunes en el estudio de Radio Bellver, durante un debate sobre el TIL, y no fue seguido de ninguna rectificación del portavoz ni tampoco de una desautorización de la Assemblea. En los medios, silencio e indiferencia. ¿Se imaginan lo que habría sucedido si la dirección de los insultos se hubiera producido en el sentido opuesto? La Assemblea se está acostumbrando a practicar la satanización del oponente, pasión predilecta de Jaume Sastre y Josep Palou, otros miembros del grupo, y eso puede evidenciarse en el mismo título del cómic que editaron hace poco, Els tentacles de les tenebres, referidos, de nuevo, al Círculo.

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