(Lynch, junto a Freud y Miguel Ángel Velasco)
"Aquellas almas piadosas que quisieran sabernos apartados de todo contacto con lo malo y lo grosero deducirán, seguramente, de la temprana aparición y la energía de la prohibición de matar, conclusiones satisfactorias sobre la fuerza de los impulsos éticos innatos en nosotros. Desgraciadamente, este argumento constituye una prueba aún más decisiva en contrario. Una prohibición tan terminante sólo contra un impulso igualmente poderoso puede alzarse. Lo que ningún alma humana desea no hace falta prohibirlo; se excluye automáticamente. Precisamente la acentuación del mandamiento «No matarás» nos ofrece la seguridad de que descendemos de una larguísima serie de generaciones de asesinos, que llevaban el placer de matar, como quizá aún nosotros mismos, en la masa de la sangre. Las aspiraciones éticas de los hombres, de cuya fuerza e importancia no hay por qué dudar, son una adquisición de la historia humana y han llegado a ser luego, aunque por desgracia en medida muy variable, propiedad heredada de la Humanidad actual".
"Aquellas almas piadosas que quisieran sabernos apartados de todo contacto con lo malo y lo grosero deducirán, seguramente, de la temprana aparición y la energía de la prohibición de matar, conclusiones satisfactorias sobre la fuerza de los impulsos éticos innatos en nosotros. Desgraciadamente, este argumento constituye una prueba aún más decisiva en contrario. Una prohibición tan terminante sólo contra un impulso igualmente poderoso puede alzarse. Lo que ningún alma humana desea no hace falta prohibirlo; se excluye automáticamente. Precisamente la acentuación del mandamiento «No matarás» nos ofrece la seguridad de que descendemos de una larguísima serie de generaciones de asesinos, que llevaban el placer de matar, como quizá aún nosotros mismos, en la masa de la sangre. Las aspiraciones éticas de los hombres, de cuya fuerza e importancia no hay por qué dudar, son una adquisición de la historia humana y han llegado a ser luego, aunque por desgracia en medida muy variable, propiedad heredada de la Humanidad actual".
Sigmund Freud, Totem y tabú
16 comentarios:
Lo más negro del asunto es que acaba funcionando, también, al revés: se prohíben cosas que no son deseables, pero la prohibición les otorga un halo seductor. El fenómeno llega hasta el pensamiento: se reciben con innecesaris simpatía numerosas estupideces (comentarios racistas, humor de alimañas) sólo porque son 'políticamente incorrectas', es decir, aparentemente transgresoras.
La reflexión de Freud siempre me ha parecido idónea para contrarrestar el 'optimismo antropológico', pues atesora una lógica más consistente que la de ciertos idealismos cegados por la luz de sus objetivos redentores.
Pero es cierto lo que dices, Alejandro, que por una mecánica oposición a lo 'políticamente correcto' (PC) a veces aplaudimos cosas discutibles. Teniendo en cuenta que en nuestro mundo múltiple no hay un único tipo de discurso de lo PC, no basta con oponerse a él para salir necesariamente airosos o legitimados, hay que analizar cada caso con particularidad. Quiero decir que defender a Hitler puede ser hoy en día muy incorrecto y trangresor, pero, claro, eso no dice nada positivo del que lo sostiene.
De todas formas, un asesinato y una opinión 'transgresora' son dos cosas que no coinciden en el mismo plano de lo real.
saludos
Por cierto, Al, y ya que titulo la entrada con un verso de Miguel Ágel Velasco, no sé si sabe que la revista 'La bolsa de pipas' le dedica al poeta su último número (con una llamativa fotografía suya de la adolescencia en la que parece ¡una atractiva mujer!). En uno de sus textos se puede deducir algo que, si no me equivoco, no se había reflejado públicamente: el suicidio de Velasco.
La pongo en busca y captura.
Suscrito quedo. Tiene muy buena pinta la revista. El director, Piña, me suena de El Cultural, ¿no?
Sí, es el mismo: Román Piña Valls (aquí siempre le añadimos el segundo apellido para diferenciarlo de su padre, el catedrático de derecho Piña Homs).
Con eso de la insularidad, os veo un puntillo territoriales. Menos mal que os sé vacunados contra el nacionalismo...
Imagino que, como nuestro vecino más cercano se encuentra a cientos de kilómetros, uno: somos muy conscientes de nuestros límites geográficos (y de ciertas frustraciones que ello acarrea); y dos: al carecer de vecinos, no hay necesidad de reafirmarse en su contra.
Pero no sé si la vacuna comienza a perder sus efectos, porque la cosa se ha venido arriba últimamente. Tenemos ya a ERC instalada al menos en Mallorca, y hoy precisamente Puigcercós nos ha hecho una simpática visita en busca de voluntarios para alzar la cuatribarrada.
http://www.lavanguardia.es/vida/20110128/54107083293/rugby-sin-cerveza.html
Si a mi m'ha deixat impresionat supos que la teva indignació serà important.
Una abraçada vermaliana!
Moltes gràcies, Xavi. Sa notícia és molt oportuna, perque demostra sa intencionalitat dels polítics de BCN: mentre prohibeixen el 'tercer temps' als equips locals i lis dificulten tot lo que poden utilitzar instalacions presentables, conviden amb tots els honors al USA de Perpignan per jugar a Montjuic un partit de sa lliga francesa. Acabo d'escriure al blog de rugby una entrada sobre sa qüestió.
abraços i ereignis (a veure si te veim es pel pes vermalòdrom, que encara queda una sessió: 7 de febrer)
Por la misma razón que desechas el optimismo antropológico deberías desechar también el pesimismo antropológico.
El deseo de matar , es algo que gran parte de las personas reprime, pero siempre está ahí. lo que no se es porque lo controlamos tanto, por que lo hemos conseguido reprimir, quiero decir, como hemos conseguido esa ética es algo que me asombra.
Sonja: claro, por eso precisamente lo que servidor defiende es el realismo antropológico (aunque al respecto, el optimismo ha generado más problemas que el pesimismo, pues en el primer caso uno se confía y se deja arrastrar por quimeras, mientras que en el segundo se es más precavido).
Luisa, es asombrosa la efectividad de los tabúes primero y de los más sofisticados sistemas morales después. Hoy mucha gente se queda únicamente con el elemento hipócrita que estos encierran, pero habría que valorar los logros, como son conseguir reducir el nivel de violencia en nuestra vida cotidiana.
saludos
Curioso aún: el instinto homicida conoce cada vez más su vertiente suicida. Fulminar la propia vida es una forma extrema de apaciguar las enfurecidas aguas de la desesperación; "autoconvertirse en chivo expiatorio"...
"aunque al respecto, el optimismo ha generado más problemas que el pesimismo, pues en el primer caso uno se confía y se deja arrastrar por quimeras"
Pues sí, supongo que por eso los griegos grabaron la frase "Conócete a ti mismo" (y el otro pilar en mi opinión debería ser "lo que es es").
Pero aún así se requiere una actitud de base, es decir la Realidad por sí misma está desprovista de intencionalidad, quien la pone es el ser humano.
Y éste no puede escaquearse, la
no-acción en ningún sentido no es posible ¿no te parece?
Y la intencionalidad sí puede ser optimista (superación/pretensión prometeica) o pesimista (autoaniquilación/nunca debimos salir de las cavernas porque somos bichos penosos).
Doble, pues no acabo de ver un vínculo tan directo entre el suicidio y el instinto homicida. Más que nada porque, en conexión con la obra girardiana, considero que este instinto homicida procede básicamente del anatgonismo desatado, de aquella necesidad que se tiene de apuntalar una identidad autónoma y dominante, negando al otro. Una prolongación directa de esa negación del otro, reflejo del proyecto identitario, llega hasta el homicidio. Pero en el suicidio no parece que se dé ninguna pretensión de autoafirmación, salvo, tal vez, en los casos que uno se suicide para 'dejar huella' en clave redentora, no sé. Tipo Kurt Cobain, por citar a un ególatra que tal vez quería deificarse post-mortem.
Sonja, me resulta complicado hablar de una Realidad en sí misma que sea no-intencional. Para el hombre sólo es posible conocer la realidad intencional en la que se maneja. La otra la puede intuir, tantear, pero no afirmarla como si fuera algo existente y consolidado de por sí.
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