Se suele entender habitualmente que el pensar y el actuar son dos cosas diferentes, antagónicas. Como si la esencia de lo primero implicara una cierta distancia con respecto a la realidad del acto. Pero son esos terrenos comunes (los de la doxa, es decir, la opinión) los que la filosofía trata de combatir y disolver. Heidegger, por ejemplo, lo hace en las páginas iniciales de su Carta sobre el humanismo:
"Sólo se conoce el actuar como la producción de un efecto, cuya realidad se estima en función de su utilidad. Pero la esencia del actuar es el llevar a cabo. Llevar a cabo significa desplegar algo en la plenitud de su esencia, guiar hacia ella, producere. Por eso, en realidad, sólo se puede llevar a cabo lo que ya es. Ahora bien, lo que ante todo 'es' es el ser. El pensar lleva a cabo la relación del ser con la esencia del hombre. No hace ni produce esa relación. El pensar se limita a ofrecérsela al ser como aquello que a él mismo le ha sido dado por el ser. Este ofrecer consiste en que en el pensar el ser llega al lenguaje (...). El pensar sólo actúa en la medida en que piensa. Este actuar es, seguramente, el más simple, pero también el más elevado, porque atañe a la relación del ser con el hombre. Pero todo obrar reside en el ser y se orienta a lo ente".
Y da la puntilla en su texto La proveniencia del arte:
"El pensar no es ningún preludio para actuar, sino el actuar decisivo mismo".
La diferencia habitual que se plantea entre teoría y práctica se disuelve como un azucarillo.
"Sólo se conoce el actuar como la producción de un efecto, cuya realidad se estima en función de su utilidad. Pero la esencia del actuar es el llevar a cabo. Llevar a cabo significa desplegar algo en la plenitud de su esencia, guiar hacia ella, producere. Por eso, en realidad, sólo se puede llevar a cabo lo que ya es. Ahora bien, lo que ante todo 'es' es el ser. El pensar lleva a cabo la relación del ser con la esencia del hombre. No hace ni produce esa relación. El pensar se limita a ofrecérsela al ser como aquello que a él mismo le ha sido dado por el ser. Este ofrecer consiste en que en el pensar el ser llega al lenguaje (...). El pensar sólo actúa en la medida en que piensa. Este actuar es, seguramente, el más simple, pero también el más elevado, porque atañe a la relación del ser con el hombre. Pero todo obrar reside en el ser y se orienta a lo ente".
Y da la puntilla en su texto La proveniencia del arte:
"El pensar no es ningún preludio para actuar, sino el actuar decisivo mismo".
La diferencia habitual que se plantea entre teoría y práctica se disuelve como un azucarillo.
4 comentarios:
H.: Más sutil en ese tema encontrará Ud. a HEIDEGGER en 'CONSTRUIR, HABITAR, PENSAR'.
[Tenía Ud. a su disposición mucha información gráfica sobre la cabaña en la Selva Negra en una muy pretérita portada mía del NJ)
Sí, en invierno estuve hojeando esta obra que cita, Verle, y no estaba nada mal. Pero debería sacar tiempo para ponerme en serio.
No recuerdo la imagen que colgó usted en el Nickjournal. ¿Podría darme alguna pista?
saludos
Horrach: justamente en los enlaces de la portada del NJ del 2007-02-06 que escribí.
[por cierto le 'dediqué' a Ud. mi 'última' portada 2008-06-05... pero no había venido aquí a hablar de mi libro, como otros]
jajajaj, discúlpeme, pero ando muy liado últimamente y ya habrá notado que me paso poquísimo por el Nickjournal. Voy a revisarlo ahora, y muchas gracias por la dedicatoria.
abrazos
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