lunes, 3 de septiembre de 2007

LA MISERIA DE LA DIVERSIÓN


La única cosa que nos consuela de nuestras miserias es el divertimiento, y, sin embargo, es la más grande de nuestras miserias. Porque es lo que nos impide principalmente pensar en nosotros, y lo que nos hace perdernos insensiblemente. Sin ello nos veríamos aburridos, y este aburrimiento nos impulsaría a buscar un medio más sólido de salir de él. Pero el divertimiento nos divierte y nos hace llegar insensiblemente a la muerte” (Blaise Pascal).

En nuestro mundo actual la reflexión de Pascal ha ampliado sus límites, imponiéndose ese pathos bajo la omnipresente forma del culto al ocio que todo lo mercantiliza y también banaliza. Hoy en día la diversión se ha convertido en la única forma de 'ser' (me divierto, luego existo) y en el único criterio para juzgarlo todo, incluido el arte. Si una obra no es divertida y no nos entretiene es que no vale nada, según este criterio. Se privilegia lo liviano antes que lo denso; el aire por delante del peso. Tras el velo de la diversión nos escondemos de lo real y, sobre todo, de nosotros mismos, de nuestra esencia. Del tedio creador al que se refería Cioran no queremos saber nada, pues hay que entregarse frenéticamente al culto a la inanidad del ocio, especialmente en sus formas más comunitarias. Nos dedicamos únicamente a ‘matar el tiempo’, expresión que ya delata nuestra genuflexa inclinación, pues en nuestra ocupación insustancial del elemento temporal nos acabamos borrando a nosotros mismos. Tras la diversión todo desaparece. En el fondo de todo esto late una voluntad de no querer saber, de blindarse estúpidamente ante la ambivalencia de lo real. Ocuparnos con algo es nuestra única pretensión, y ese algo será más valorado cuanto más insustancial sea.

Toda la desgracia de los hombres viene de una sola cosa: el no saber quedarse tranquilos en una habitación” (Pascal).

28 comentarios:

El Pez Martillo dijo...

No sabe lo de acuerdo que estoy con usted y con Pascal. Ya lo hemos hablado muchas veces.

Sólo lo reforzaría recordadno lo que decía Unamuno, si no voy mal, que cuando uno es feliz (se divierte, podríamos simplificar...) se olvida hasta de sí mismo, pero que sólo en el dolor (léase, en lo trabajoso, en el esfuerzo, en los malos momentos...) se es consciente de sí.

Anónimo dijo...

despues de ver el retrato de pascal solo puedo decir que el eslabon perdido de la raza humana debe buscarse por el lado de los roedores, mas concretamente, por el topillo.

P.D: ¿te imaginas una patria donde todos fueran conscientes de si mismos, llena de filosofos, como la que deseaban y desean todos los ilustrados? seria ingobernable, un caos, la guerra. ¡y aun asi quieren que todon el mundo lea! y lo que es peor, ¡que comprendan lo que leen!

B.G.

Johannes A. von Horrach dijo...

Ya hace unos días que le dije que tenía ganas de colgar algo al respecto, sobre todo a partir de las reflexiones pascalianas. Y es que, a demás de desmadrarnos, nuestras conversaciones dan jugo, desde luego.
Tolstoi dice algo parecido a lo de Unamuno: eso de que sólo las familias desgraciadas son diferentes la una a la otra, pues en la conciencia de lo que te pasa está la posibilidad de la reflexión.

Don Baltasar, un día deberíamos pedirle a mi gurú, el rabino satánico, que nos explique su tesis de porqué los filósofos son tan feos, porque anda que el tito Blas, en fin. Afortunadamente siempre hay excepciones, y en este caso la representa un servidor, el Yorch Cluni mallorquín y auténtico terror de las nenas :-)

Ahora en serio: tengo claro que mejor que los filósofos sean minoría, entre otras cosas porque, como sabían Platón y Spinoza, alcanzar ciertos límites no está al alcance de la mayoría. Es un ámbito este en el que no hace falta discriminar a nadie, pues ya se descriminan por sí mismos la mayoría.

saludos

Anónimo dijo...

bien horrach, ahora si tiene lo que hay que tener, diga eso mismo en la convencion del PCE.

P.D.: con traje innifugo y casco parece suficiente. y lleve una baliza de localizacion, por si hay que ir a buscarle y no sabemos donde.

Anónimo dijo...

el mensaje anterior es mio: B.G.

Joaquín dijo...

Parece que medimos la autenticidad humana con la vara de medir de los filósofos. Dice R. Panikkar que todo hombre es místico (al menos su posibilidad), entendiendo la mística como experiencia plena de la vida, del sentirse vivo. Sin embargo, no nos hemos preguntado si también es propio del hombre los instantes de sueño, modorra y hasta de intoxícación: con opio, alcohol, o lo que fuere.

Saludos

Anónimo dijo...

Ese es el problema señor joaquin, que usted habla de "el hombre" mientras que lo adecuado seria referirse a hombres, la mayoria de los cuales, efectivamente, viven intoxicados, por mucha posibilidad que tengan de liberarse de unas cadenas que en el fondo les encantan portar.

amigo horrach, don yorch, señor cluni, al duo de platon y spinoza añadase tambien baltasar gracian: "varon en su punto".

B.G.

Anónimo dijo...

se me olvidaba una pregunta: cual es la vara de medir del filosofo? de que filosofo?

B.G.

El Pez Martillo dijo...

La única vara de medir es la mía. Y si yo valoro la filosofía y la pongo en alto lugar, esa será mi medida. Yo también creo que mejor que haya pocos, más que nada por ahorrarle ese peso a la sociedad. De cada día admiro más la ignorancia, que evita muchos dolores de cabeza a los que nos vemos sometidos lo que gustamos de comernos el coco.

Sobre nuestras conversaicones, más jugo darían si no fuera por las legiones de ctónicas que nos interrumpen continuamente al ver su magnífica estampa (mi caso es distinto, a pesar de mi notable parecido con Brad Pitt, me veo eclipsado por Cluni, aunque alguna migaja de su banquete me cae). Imagínese a dónde llegaríamos si no fuera por ellas. Dios tendría que echarse a temblar.

Anónimo dijo...

pez martillo, lo que te falta es sublimar. es decir, no las veas como las mujeres insesibles, frias y calculadoras que son sino como diosas intocables e inalcanzables. divinizalas, que tus ojos las recubran de un aura dorada que impida ver la sonrisa de arpias que gastan.y de aqui, pues, se sacaran dos resultados: primero, del pensamiento de la bella ctonica naceran la mas excelsa inspiracion, y segundo y mas importante, nuestra actitud de aparente indiferencia y el extrañamiento que le produce nuestro nuevo comportamiento provocaran en ellas una leve humillacion que las haga acercarse a nosotros, que es lo que en el fondo desean.

te estaras preguntando: es que el señor baltasar gracian guarda un conocimiento especial sobre el mundo femenil? le respondo encantado: cuando se es hijo de una madre neurotica ese tipo de conocimiento es innato, casi genetico.

y si uno es cluni, y otro pitt, yo me pido fernandez, arturo fernandez, vale chatines? :)

Santiago Bergantinhos dijo...

Qué gran sabio, Pascal, a pesar de ser autor del argumento más chorras que se haya inventado para creer en Dió: si crees y no existe, no has perdido nada, así que cree.

Desde luego vivimos en la época de la liviandad, desde el pensamiento a los entretenimientos o incluso la gastronomía, donde la última moda y el colmo de la sofisticación es comer aire con Adriá, con lo que al peso que te salen las zanahorias más caras que el caviar. Precisamente yo mismo hablaré mañana de El Gatopardo, que no dudo que cualquier lector de jarripotters, códices varios y cosas así consideraría una basura en la que no pasa nada: no hay intrigas, ni persecuciones, ni grandes revelaciones al final, sino que todo se basa en el uso del lenguaje y en la progresión del discurso interno y externo de unos personajes que tratan de comprender la delicada situación histórica y vital en la que se encuentran. A día de hoy, un peñazo abocado al fracaso.

Pero bueno, cada uno se entretiene con lo que quiere. El tonto dádole vueltas a un lápiz y el listo rayoteando con él.

Lo denso se hunde, la mierda flota.

civisliberum dijo...

Que gran visión de la realidad que tenia Pascal. Hace tiempo lei a Thorstein Veblen - Teoría de la clase ociosa, en la que analiza y critica satiricamente, la apropiación del ocio y el divertimento por una clase social. Evidentemente la clase alta.

Johannes A. von Horrach dijo...

Coincido con don Baltasar en lo de la servidumbre voluntaria, que siempre es más cómoda que la búsqueda del conocimiento. Objetivamente todos podemos llegar a la sabiduría, pero, además de que pocos llegan, a la mayoría ni le interesa llegar. En España hasta tenemos un lema sobre eso, el 'vivan las caenas', qué bonito.

Amigo Pez, "el banquete de Cluni", jajajaj, ahí, ahí. Al ritmo que voy creo que voy a tener que dejar la filosofía antes incluso de defender la tesis, pues no doy a basto con mis enloquecidas y excitables fans :-)

Coincido de nuevo con don Baltasar: para seducir a una mujer mejor humillarla que dorarle la píldora. En el fondo, la mayoría de las mujeres no se soportan a sí mismas, de ahí que desprecien a los hombres que las adoran (pues consolidan así su mala naturaleza) y se enamoren de los que las tratan a patadas. Otro lema, pronunciado por una ctónica: "yo lo que quiero es un hombre queb me ponga en mi sitio" (!).

Supersanti, permaneceré atento a su crítica, a pesar de no haber leído el libro de Lampedusa (sí he visto la película de Visconti).
Otro lema bonito, jajaja: "lo denso se hunde, la mierda flota".

Bienvenido, Civisliberum (veo que es usted 'comeladiano', me alegro).

saludos a todos

Santiago Bergantinhos dijo...

Efectivamente, ésa es una de las grandes paradojas sociales: las clases realmente ociosas (negocio es nec otio), reprochan a las que trabajan que aspiren a lo mismo que ellas tienen.

En la versión de Espartaco de Koestner, muy ácida, los mismos esclavos le dicen que si trabajas, aunque libre, eres esclavo de ti mismo, y que antes de liberar a los esclavos lo que debería es convencerlos de que trabajar es algo digno y bueno, cosa que a los romanos no se les pasaba ni por la imaginación.

Anónimo dijo...

espu�s de leer los comentrios y ver la cantidad de vanidad que se ha escupido; pues; se echa de menos a simone weil para poner un poco de orden

Anónimo dijo...

acabo de releer el post de horrach y me ha venido a la cabeza el coronel kilgore, el inefable e inconsciente coronel kilgore, el de apocalipse now.

B.G.

Anónimo dijo...

Hola, Horrach. Bueno ya estamos en la recta final del verano, ese que tanto aborreces.

De hecho, el verano empresarial -mes de agosto- ya ha acabado. Ya está todo el cotarro con el sonsonete del "retonno". Pseudo-psicólogos aconsejándonos desde radios y tvs, amansándonos. Haciéndonos ver que la vida a pesar de todo, es maravillosa. Como si fuera posible el equilibrio psicológico con el sistema 5/7, 11/12, 10/24.

Las herramientas lobotomizadoras del sistema son dos: el trabajo y su culto social (las horas dedicadas al trabajo apenas se han reducido, si acaso han aumentado, en las últimas décadas) y el ocio, que hay que llenar a toda costa con "actividades", con "diversión" en el sentido pascaliano.

Creo que la civilización actual -menos que ninguna otra en el pasado- no puede permitirse replegarse sobre sí misma y reflexionar. Saltaría en pedazos. Y hace todo lo posible porque tal cosa no suceda. De ahí el férreo modelo 5+2. Pasan los años y las décadas y ese modelo no cambia. 5 dias de trabajo y 2 de ocio (si puede ser "ocio activo")

Añádele a eso el desmantelamiento del sistema educativo (Bolonia, esa lobotomización) y ya tendrás el cuadro completo.

Johannes A. von Horrach dijo...

Supersanti, sobre el trabajo creo que los españoles llevamos en nuestro código genético-cultural eso bastante poco valorado, entre otras cosas por las manías 'hidalguistas', ¿no crees? Valoramos poco el trabajo (yo el primero) y en cambio valoramos el escaqueo.

Fonollosa, pues nada, aporte un poco de la gran Simone Weil, que seré todo oídos.

Serafín, pues sí, ya estoy mucho más relajado, dejado atrás ya el Via Crucis de julio-agosto y con temperaturas algo más clementes. A mí esto de las depres post-veraniegas me encantan, porque yo no las padezco (al contrario, ahora es mi época de subidón) y me da fuerzas ver cómo lo pasan los demás (recuerde que soy un bicho del subsuelo y eso implica cierta cabronería). Me decían el otro día que, en esta línea, me vaya a pasear por el aeropuerto de Palma, a disfrutar de los caretos de pena de los turistas que vuelven a sus tierras. Yo pensaba que esto lo recomendaban los epicúreos, pero me hann dicho que es máqs de Lucrecio.
Lo que no entiendo son las cifras estas de 11/12, 10/24...

saludos

Anónimo dijo...

Hay, Sr. Horrach, una cuestión sobre la cual gravita el espectaculo del ocio, si nos miramos a nosotros mismos descubrimos el abismo y esto nos aleja de nosotros. Sin embargo la superficie no genera más banalidades que otras sandeces. El arte no deja de ser una pastilla contra enfermedades incurables.

Johannes A. von Horrach dijo...

Bienvenido a este agujero, Jacob (por lo que veo en su blog, paisano).

Esa es la clave: no querer quedarnos a solas con nosotros mismos porque no podemos soportarnos. En principio nos movemos por deseos concretos, pero en el fondo el motor de nuestra actividad es algo menos concreto, un miedo más profundo y que se nos escapa siempre.

saludos

Jarttita. dijo...

" Todo nuestro razonamiento se reduce a ceder al sentimiento".

B. Pascal.

Anónimo dijo...

Lo de las cifras:

5/7: dias semanales laborables

11/12: meses anuales laborables (todo el mundo empaqueta las cuatro semanas concedidas y hace con ellas un mes y ese mes es agosto y en él se encenagan, ahí en esa arena)

10/24 ..... horas laborables de cada 24. 12/24 si contamos desplazamientos.

Lo que no entiendo es como el sistema no salta en pedazos. No lo entiendo, y no es coña.

Anónimo dijo...

Lo de los caretos de los turistas: no se me había ocurrido.

Pero es una idea genial, sin duda. Ver a todos esos guiris largarse: eso sí que es un "subidon"

Stones dijo...

Jarttita, pero es tan hermoso dejarse llevar a veces por los sentimientos...

Johannes A. von Horrach dijo...

Gracias por las aclaraciones sobre los numeritos, Sera.

Lo de los turistas: estoy acariciando la idea. Un día de estos, cuando esté menos liado, me voy a Son Sant Joan con la cámara y les hago unas fotos para regodearme en su tristeza (recuerden: la condición subsuelítica es miserable y se alimenta de las derrotas ajenas).

saludos

Anónimo dijo...

A veces, en el fondo de los agujeros se està muy a gusto, si tienen, claro. Creo que su agujero es un buen lugar donde caer...

Saludos

Johannes A. von Horrach dijo...

Gracias por sus palabras, Jacob, es usted muy amable.

Anónimo dijo...

la cuestión para nosotros, hoy, es que don Blas Pascal no se tenía que preguntar si la habitación tenía o no ADSL .


Bilán Areopagita.

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