martes, 11 de septiembre de 2007

FARISEÍSMO


He pensado estos días en Arthur Miller y en la tremenda historia del abandono de su hijo, repudiado por tener síndrome de Down. He pensado en Miller y en otros como Günter Grass o Pablo Neruda (por no hablar de Rousseau, el 'jefe de la tribu'), públicos apóstoles de la Bondad y de la Justicia, conciencias morales a tiempo completo, que sin embargo en el terreno de lo privado acusaban precisamente aquello contra lo que predicaban. No quiero caer en demagogias, pero: ¿por qué son siempre los seres más imperfectos aquellos que más obsesivamente dicen defender la Justicia? A ellos dedico, farisaicamente (yo tampoco escapo a aquello que los delata), este texto evangélico:


“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que parecéis sepulcros blanqueados: que por fuera parecen vistosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de todo lo impuro! Así también vosotros: por fuera parecéis unos justos delante de los hombres, mas por dentro estáis llenos de hipocresía y de maldad.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis las tumbas de los justos, y decís: ‘Si hubiéramos vivido en los tiempos de nuestros padres no habríamos sido cómplices de la sangre de los profetas’! Y con esto os estáis declarando a vosotros mismos hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Y ahora vosotros colmad la medida de vuestros padres!” (Mateo 23, 27-32).

22 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Muy interesante lo que escribió, sobre el tema Miller, Rafael Reig en su blog:

http://hotelkafka.com/blogs/rafael_reig/2007/09/nuestros-nietos.html

Jarttita. dijo...

Sí, yo también leí a Reig....y también me impresionó.Sobre todo lo de Neruda...

En fin, yo me quedo con esto otro: " que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha". En el buen sentido....por supuesto.

Anónimo dijo...

Me gustaría ver el caso de otra manera. La publicación de esta historia familiar puede interpretarse como un esquema girardiano (de Girard). Una civilización que se complace en aniquilar los valores y exaltar la voluntad del individuo, no acepta tener autoridades ni referentes morales. Y cuando se descubre la más mínima debilidad personal en uno de ellos (como puede ser Arthur Miller) se desata la violencia para derribarlo. Derribar a una autoridad moral es muy fácil, porque no hay profeta que, por humano, demasiado humano, no tenga sus debilidades. Luego viene la prensa "independiente" (¿independiente de qué?) y hace carnaza de los pecados mortales o veniales, sin detenerse a averiguar los conflictos de conciencia, las excusas, eximentes o atenuantes que pudiesen concurrir en el caso, incluso el tiempo transcurrido. ¿Pero quiénes son los periódicos para juzgar de las conciencias?

Por otro lado, no creo afortunada la cita evangélica. La invectiva contra los fariseos se refiere a la defensa del verdadero culto a dios, que no se reduce a un mero liturgismo. Por el contrario, el Evangelio predica la misericordia y el perdón hasta extremos subrehumanos. Jesús predica el perdón a los pecadores, a los enemigos.

El texto más oportuno (y muy girardiano, me parece), es el de la mujer adúltera (Jn 8,1-11).

Anónimo dijo...

El señor Lavrentin Beria, el temido jefe de la KGB stalinista, tuvo unas hijas siamesas unidas por la cintura. Las dejó abandonadas en un orfelinato, y hasta hace unos años allí seguían viviendo, en un cuarto-buhardilla si recuerdo bien por la foto que pusieron. Realizaron una entrevista para ElMundo.

En la URSS este tipo de prácticas eran lo más frecuente. Aunque no se si Miller es equiparable a Beria.

Yo tiendo a disculpar a Miller.

Maldoror dijo...

no soy partidario de visiones de trazo grueso ni de reductivismos. Creo que la vida en general es enormemente compleja. Los individuos -con todo nuestro arsenal de sentimientos, emociones e instintos- lo somos, desde luego. Ahora bien, todos dejamos detras nuestro un reguero de "hechos", de consecuencias derivadas de nuestra actuación vital, que nos definen tanto o más que nuestro abigarrado mundo interior; Es más, creo que estos actos son lo que en último término importa de verdad.
Uno de los personajes de la película "Les Dames du Bois de Boulogne" (Bresson, 1945) dice: "no existe el amor, sólo las pruebas de amor". A veces creo que es cierto. Al fin y al cabo, mi visión acerca del mundo adolece habitualmente de trazo grueso y es en exceso reductivista.
Horrach, comparto tu indignación. Bueno, la comparto por lo que respecta a Miller y a Neruda, porque el asunto Grass... es más peliagudo. Al fin y al cabo, él no escribió "El tambor de Hojalata" mientras servía en las SS; no predicaba el Bien mientras hacía el mal. Además,siempre es bueno el propósito de la enmienda. ¿Qué tenía que haber hecho despues de aquello? ¿Ser "coherente" y haber escrito panfletos neo-nazis tras la guerra? Cualquiera podría haber hecho algo así (Habermas mismo estuvo en las juventudes hitlerianas). Entre mis acciones del pasado figuran algunas bien desdeñables. No respondo tampoco por mis acciones futuras, a pesar de que me gustaría no dañar a nadie el día de mañana. No me engaño: si Milgram me hubiera seleccionado, alguna descarga habría dado...
Las de los otros dos, a pesar de ser ser faltas relativas a la dimensión particular del individuo -o quizá por ello-, sin implicaciones, digamos, "universales", me asustan mucho más. Además, mi concepción del mal antes que "cuantitativa", es "cualitativa":soy de los creen que fue más atroz lo de las chicas de alcácer que lo del 11-s. por muy incorrecto que suene

Maldoror dijo...

Glups!... sobre todo en el día de hoy

Anónimo dijo...

Voy a decir una barbaridad, pero ahí va: lo de Gunter Grass es tan grave como lo que hace un periódico cuyo alabado propietario fue falangista mientras se hacen pasar por socialistas de toda la vida.

B.G.

Johannes A. von Horrach dijo...

No estoy de acuerdo, Joaquín, con el pasaje evangélico que saca a colación. Es decir, que no creo que Jesús perdone a la adúltera, entre otras cosas porque no la considera culpable. Jesús sí culpabiliza a sus agresores, a aquellos que la quieren asesinar. Otra cosa sería exigir que estos se sometieran a lo mismo que pretenden hacer a la mujer, pero Jesús no hace esto, pero eso no implica que no los sancione moralmente.

¿Quiénes son los periódicos para juzgar?, dice usted. Es posible que no sean nadie, sí, pero: ¿quién coño era Arthur Miller para arrogarse la causa de la Justicia en USA, la crítica de la doble moral? Precisamente él, que ha demostrado que de doble moral andaba muy sobrado. Es el problema de los fariseos, que no es que únicamente obren de mala manera (eso lo hacemos todos, de una manera o de otra, sino que encima recubren esos actos, tapándolos, bajo una máscara bienintencionada. Como dice Jesús, "son ciegos que guían", y si guían a alguien es a un agujero más feo que este subsuelo.

Sobre el caso de Miller coincido con el doctor Jambrina (http://tierralibertad.blogspot.com/2007/09/hijos-de-ningn-dios.html) en que lo más feo del caso Miller no es tanto que entregara al hijo (que ya es feo, pero el contexto de la época podría, aunque por los pelos, disculparle de alguna manera) como que se olvidara de él durante 40 años. Hay que recordar que al menos la madre, la fotógrafa Inge Morath, lo visitaba parece que una vez por semana. No así, Miller, que sólo se ablandó cuando su yerno el actor Daniel Day Lewis lo convenció para que metiera a su hijo en el testamento. Ya digo, el caso en sí mismo da asco, pero peor es que el sujeto en cuestión fuera quien fuera. ¿O es que acaso no le recriminamos a la Iglesia precisamente que se desentienda del mensaje evangélico? ¿No nos parece sangrante que precisamente ellos, que lo predican, lo hayan incumplido en tantas ocasiones? Pues lo de Miller es lo mismo.

Creo que mi elección de la cita evangélica es buena: sí que el contexto se refiere al tema del liturgismo, pero es que a eso voy. Substitúyase culto-a-Dios por culto-a-la-Justicia y nos encontramos con la misma forma hipócrita de defender unas cosas, por parte de los fariseos y por parte de Miller o Neruda.

saludos

Johannes A. von Horrach dijo...

Querido Eduardo,

el caso de Grass es distinto, cierto, pero nos encontramos con un fondo similar. Primero porque Grass se 'olvidó' durante décadas de ese detallito al que él mismo, ahora con sus memorias, le da una gran importancia. ¿Qué problema había en un tiempo? Yo creo que no dijo nada por citerios mercantilistas, y es que descubrir algo así desde el principio podría haber comprometido la carrera de Grass como escritor y, sobre todo, su rol como laico Salvador de Almas. Ahora convenía sacarlo porque ya es alguien consagrado y su carrera no se ve en peligro. Sí que al menos no hizo apología del nazismo, pero creo que fue de los que se cagaba en Jünger cuando este grandísimo escritor nunca perteneció a las SS.

Lo peor de estos personajes es su endiosamiento, es decir, que consideran al prójimo con unos criterios infinitamente más restrictivos que a sí mismos. Utilizar criterios distintos para enjuiciar me parece un fraude clarísimo. Volviendo al evangelio: ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Ellos, hagan lo que hagan, siempre están de parte del Bien, mientras que los demás, por buena gente que sean, nunca podrán alcanzar su elevada sensibilidad moral. Basura. Que aprendan de Bergman, por ejemplo, que se fustigaba a sí mismo con una mala leche impresionante, y si no lo creen lean sus memorias. Y Bergman no iba de Salvador de nada ni de nadie, cosa que le honraba. Estoy harto de estos apóstoles que culpabilizan a todo el mundo, no sólo por lo que hagan, sino incluso por lo que no hacen (por no enfrentarse a 'la podrida sociedad capitalista'), mientras que cuando se trata de ellos recurren a un cinismo repulsivo para escaquearse. Para ellos siempre hay disculpas, siempre excusas o contextualizaciones; pero para los demás la condena eterna. gente como Miller no puede enseñarnos NADA de moral. Jesús sí, que muere por lo que predica.

Lo dicho: sepulcros blanqueados, fariseos, hipócritas.

Anónimo dijo...

Todo se resume a la oceánica autocomplacencia de los sujetos izquierdistas.

Anónimo dijo...

Habría que considera a Mateo Leví, autor del texto evangélico, cierta duda sobre su condición. Mateo abandona a su familia y su trabajo de cobrador de impuestos del imperio romano para seguir a Jesús. No deja de ser un converso, quizás algo sentimental, cuya conducta roza servilismo y sumisión. Al final el imperio y la cristiandad se dan la mano y Mateo se encumbra en la literatura sacra. Miller y Neruda, quizás también Grass, al igual que Mateo Leví, se comportan como conversos, sumidos y esclavos de una parte de la vida, mientras niegan la otra. Producen opacidad y se visten con velos. Bella historia Sr. Horrach.

Maldoror dijo...

Nadie soporta que le digan qué es lo que hay que hacer.

todos sentimos la necesidad de expresar a los demás qué es lo que hay que hacer ( y no hablo de estar en plan didactico continuamente, pienso en el simple deseo de dar nuestra "opinión" -que no es sino un JUICIO-, incluso acerca de la cosa más intrascendente).

A partir de aqui, todo son problemas.
Esta claro que no descubro mediterraneo ninguno: Spinoza sabía esto y lo demostró racionalmente, elevando estas premisas a proposición "geométrica" (en la inolvidable tercera parte de su "Etica": proposición XXXI, con escalofriante escolio).
No está todo perdido: como "homo sapiens demens" que somos, esto puede arrastrarnos a la sinrazón, pero también acercarnos a una verdad superior.
Para una demostración de lo perniciosa (en el plano mental)pero catártica (en el espiritual)que puede llegar a ser esta dialectica entre la contrición más pesarosa (la increpación del Otro siempre deja huella de una u otra forma) y la actitud condenatoria (hacia los demás),en la que vamos a dar en algún momento, me remito a "La Caida" de Albert Camus. Sin duda, la mejor novela del siglo XX. A su lado, el "extranjero" es un libro de texto sobre nihilismo adolescente.

Johannes A. von Horrach dijo...

Jacob, eso que dice no vale, ya que Mateo no fue el autor de ningún evangelio, ya que se adjudicaron nombres apostólicos a sus autores de forma poco seria.

De todas maneras, aunque Mateo fuera el autor del evangelio que lleva su nombre tampoco veo que eso desacreditara el contenido de la obra en sí. Es decir, que en el caso de Miller yo separo lo que es su obra de la persona. No he leído nada suyo, pero no voy a tener ningún problema en hacerlo cuando se me presente la oportunidad. Esto es como con Celine: ¿invalida su obra el hecho de que fuera un furibundo antisemita? Yo creo que no. Otra cosa es la persona y lo que ésta, en su condición de ente público, transmite y representa.

Eduardo, estoy muy de acuerdo contigo en eso de que todos pretendemos ser un modelo para los demás. Lo tengo clarísimo, y no solemos darnos cuenta de hasta qué punto caemos en ello. Tal vez eso se deba a nuestra precaria y agónica identidad, ya que necesitamos subrayar nuestra individualidad con cierta pátina universalista para soportarla.

El texto de Spinoza lo tengo subrayado en mi cabeza, pues su lucidez es tremendamente girardiana (o, mejor dicho, la lucidez de Girard es, en este caso, muy spinoziana, jajaja). Hace tiempo que me di cuenta de ciertas similitudes entre las tesis de Spinoza sobre los afectos (tercera parte de su Ética) y la teoría mimética de Girard. Girard parece que a Spinoza lo ha leído poco... o al menos no lo cita.

Recomiendo también 'La caída' de Camus, mucho más profundo y con más recovecos que 'El extranjero', como dices. En ese obra quedan al descubierto gran parte de los mecanismos mentales que dirigen las acciones de estos fariseos descritos.
(por cierto: muy bien traídas tus recomendaciones y citas de hoy, tío. Que la línea Bresson-Spinoza-Camus tiene un prestigio en este subsuelo)

Como digo en la entrada, yo tampoco escapo al fariseísmo de los sepulcros blanqueados. Sé que cebarme con Miller me pone, en cierta manera, en una línea, sino idéntica, sí muy similar. Como él, parto de una idea de Justicia que quiero promocionar entre la gente, me dé cuenta de ello o no. De momento no he llegado a los extremos de rechazar a un hijo, pero nunca se sabe lo que puede llegar a hacer uno en lo que le queda de vida. No me fío de mí mismo.

saludos

El chicharrero terrible dijo...

Vaya tema peliagudo.

Sinceramente no se que tiene que ver loque un tio opine sobre los comportamientos humanos que deberían imperar, con los que realice el propiamente.

A mi modo de ver el problema estriba simplemente en la cantidad de influencia que queramos que tengan nuestras opiniones.

Lo de Miller no creo que sea comparable a lo de la Iglesia, pues esta dice no solo lo que debes hacer, sino que dice que los que pertenecen a ella se comportan así, que lo hacen motu propio, y además se permiten el lujo de juzgarte si no compartes sus opiniones. Hace unos siglos incluso te quemaban vivo si no compartias su "caridad".

Mientras las opiniones no se impongan, opiniones son. Otra cosa es que sin imponer unas ideas alguien consiga que los demas sigan sus lecciones y después el mismo no las cumpla. Seguramente su influencia disminuya, ¿pero hata que punto tiene el reponsabilidad de tu elección?, es decir de seguir sus opiniones.

Como decía mi abuelo: "Haz lo que te diga y no lo que me veas".

.

león herbívoro dijo...

En estos días no me considero capaz de juzgar a nadie...

Eso sí, ya viene el año nuevo:

Shaná tová para todos!!

Así que en estos días el que juzga y toma nota es Adonai.

Saludos,

T.

Johannes A. von Horrach dijo...

Hola de nuevo Tomás.

Es cierto que hoy es año nuevo según el calendario judío. Felicidades!

shalom

león herbívoro dijo...

Gracias, aunque si yo fuera un poquito más ortodoxo te diría que en realidad no es el año nuevo judío... es simplemente año nuevo... jaja.

El minuto cero del calendario hebreo marca el inicio del mundo -asunto que dejamos para los que se dedican al denominado Torá u Madá-, así que es una festividad judía pero universal.

Por eso, feliz año.

Saludos

Anónimo dijo...

Cierto, Mateo Leví no fue el autor del evangelio que lleva su nombre. Mi anotación iba en el sentido de personaje literario. Y creo que cometí un error. Y también estoy de acuerdo en separar la obra de un autor y su persona. Las distancia entre autor y obra en muchísimos casos hasta es recomendable. Aparece en otros, la idea de fusión. El pintor Wu Daozi desapareció en la niebla de un paisaje que acababa de pintar. Asuntos Zen, cierto, que invitan a meditar.
Saludos

koolauleproso dijo...

Muchas gracias por descubrirme el blog de mi paisano, aunque parece que afincado en Madrid, Rafael Reig. No sólo por esta entrada, realmente no tiene desperdicio. No lo conocía, y verdaderamente es muy recomendable.

Gracias, Horrach

un saludo

Johannes A. von Horrach dijo...

Jacob, ¿cómo es eso del pintor Wu Daozi?

Koolau, el Reig parece un tipo curioso y su blog bastante entretenido. Va un poco de frívolo, pero en la citada entrada no puede reprimir su parte más íntima.

¿Alguien ha visto 'The believer'?

saludos

koolauleproso dijo...

Pues no he visto "The believer", pero prece una historia interesante, que se podría poner en relación con la sorprendente noticia del reciente auge de los neo-nazis en Israel, que a mi me ha llamado mucho la atención.

Saludos

Anónimo dijo...

Así como su contemporáneo el poeta Li Bo murió ahogado al tratar de atrapar en un rio el reflejo de la luna que tantas veces había cantado, cuenta la leyenda que Wu Daozi (701 -792) desapareció en la bruma de un paisaje que acababa de pintar. Aparece en la dinastía Tang (618-907) y pocas pinturas se conservan, más bien son atribuciones. La leyenda de su desaparición engrandece a grandes rasgos el espíritu de una pintura de alto contenido. De los muchos textos que abarcan la pintura china, recomiendo la versión en castellano de “Vacio y Plenitud”, de François Cheng y editado en Siruela. El retrato de Confucio que se convserva en la Biblioteca Nacional de Paris, se inspira en una supuesta obra de Wu Daozi i altera sus fechas de nacimiento y muerte (685 – 758). Estamos, pues, ante una leyenda.
Saludos,

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