"Remontar aquel río era como volver a los más tempranos orígenes del
mundo. Una corriente vacía, un gran silencio, una selva impenetrable.
Allí había una verdad despojada de su manto del tiempo. Tengo la
sensación de estaros contando un sueño, pero inútilmente, porque ningún
relato de un sueño puede transmitir la sensación del sueño, esa mezcla
de absurdo, sorpresa y aturdimiento en un temblor de rebelión agónica,
esa sensación de ser capturado por lo increíble, que constituye la
esencia de los sueños. Vivimos igual que soñamos: solos".
Joseph Conrad, El
corazón de las tinieblas
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