Decía
Camus que el único problema en verdad serio es el suicidio. En parte
por lo que supone de autocrítica llevada al extremo, pues los
fanáticos no se matan. Sólo los yihadistas, pero si antes se llevan
por delante al mayor número posible de individuos. En Baleares se
suicidaron 93 personas en 2015, según los últimos datos publicados,
y 3.602 en toda España. Piénsenlo: de media, cada día se suicida
una decena. Así a pelo parecen muchos, ¿verdad? Pues realmente son
pocos si los comparamos con otros países europeos, ya que estamos
bastante por debajo de la media de nuestro entorno.
También
se produce este equívoco en el caso de los asesinatos de mujeres a
manos de sus parejas o ex-parejas. Es cierto que 2017 ha comenzado
fatal en este sentido, pero la prensa apenas ha recordado que el
pasado 2016 padecimos las cifras más bajas en una década. Más aún,
y en eso también el silencio de los medios es notorio, resulta que
no somos el peor país de Europa en este tema, como podría parecer,
sino que incluso estamos entre los que soportan menos asesinatos de
mujeres. Nos superan con creces Alemania, Francia, Italia o Reino
Unido. No es un consuelo, obviamente, pero contextualiza nuestra
verdadera situación.
Y
hablando de suicidios, no quisiera dejar de lado las denodadas
tentativas autolíticas del PSOE nacional y el PP balear. En ambos
casos tenemos a un walking dead que regresa al circuito para
vengarse de sus verdugos, y un enfrentamiento desprovisto de ideas
pero que revigoriza el gen cainita que nos caracteriza.
En
el PSOE en concreto está pasando lo peor que podía sucederles. Tras
el terrible pero divertidísimo aquelarre de Ferraz en octubre, lo
que no debía producirse de ninguna manera es que se presentaran a
las primarias el fracasado Sánchez y la quemada Susana Díaz. Pero
justamente es eso lo que está sucediendo, en una dinámica de
combate que llegará a ser tan brutal, cuando se acerque el día de
las votaciones, que gane quien gane el partido quedará roto en dos.
O al menos muy tocado de cara a unas nuevas elecciones, que el artero
Rajoy podría convocar poco después del colapso de su rival.
Lo
de los psocialistas fascina como cuando ves embobado el
derrumbe con dinamita de un edificio. Desde que llegó ZP, no han
dejado de tomar las decisiones más autodestructivas posibles, salvo
algún puntual acierto. Y en esa línea promocionando a lo peor que
tenían en plantilla, en una selección infalible de mediocridades
que no podía depararles un futuro saludable. Esperemos que el suyo
no sea un “suicidio ampliado” y se lleven con ellos al país
entero.
(disección publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
(disección publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
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