Otro
tópico que no quiere escapar de su coraza irreflexiva: los veranos
son desiertos informativos. Los focos de desestabilización se
multiplican, la verdad es que estamos en un momento en el que todo
parece posible. Y, como el Estado Islámico reproduce sus ataques
fuera de su territorio desde que comenzó a ceder ante el empuje de
sus adversarios, tendremos atentados para rato. Y más ahora que
sabemos que cualquier cosa sirve para liquidar masivamente al
personal. Sólo falta alguna hazaña de Putin, un poco adormilado
últimamente, para que detone algo irreversible.
Más
tópicos: Erdogan, el “islamista moderado”. A su lado el Opus Dei
son los panteras negras. Si la noche del viernes tuvimos en Turquía
una asonada de opereta, Erdogan profundizó el día después en el
golpe, menos súbito pero también mucho más efectivo, que lleva
perpetrando desde hace lustros. Recordemos que El Sultán fue el
querido socio de ZP en aquella operación de distracción masiva que
fue la Alianza de Civilizaciones, cuya primera reunión, celebrada en
noviembre de 2005 en el Hotel Punta Negra de Calvià, pude seguir in
situ como paparazzo. ¿Para que sirvió todo el dineral que
metimos ahí, ademas de para que ambos dirigentes se marcaran un
homenaje a su infinito ego?
Pero
podemos estar tranquilos porque la democracia ha regresado triunfante
a Turquía, con los kurdos acosados y perseguidos, como siempre por
esos lares (qué empeño en ser kurdos; si os llamarais palestinos ya
contaríais con el mayoritario cariño internacional), y 3000 jueces
y fiscales en la cárcel menos de 24 horas después del alzamiento.
Ah, ¿que no los vieron subidos a los tanques, con esas togas
golpistas?
Pero
si alguien se ha movilizado estos días delirantes, más incluso que
los terroristas del EI o los tanques turcos, son los infinitos e
incansables batallones de opinólogos atrincherados en Twitter. Un
brainstorming demente de melopeas dadaístas, con mención
especial para la panda de Podemos Vallekas y su tesis, ya defendida
previamente por el siniestro Aroca en Cuatro, del accidente que
deriva en masacre por la pérfida policía francesa... Como no soy un
habitual del género, no me había enterado de que las drogas
alucinógenas han bajado drásticamente su precio este mes de julio.
En
Mallorca estos asuntos no nos despistan demasiado, no fotem,
porque aquí andamos muy ocupados odiando a los turistas
(especialmente a un subgénero demoníaco: los cruceristas), esos
terribles seres del inframundo que hablan raro y visten fatal (alguno
ni viste siquiera), empeñados en molestarnos cuando paseamos nuestra
excelencia autóctona por la calle San Miguel.
(disección publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
(disección publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)
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