[Tomás Horrach Bibiloni, 31 diciembre 1947-30 diciembre 2012. Retratado por Francesc Grimalt]
(artículo publicado hoy en El Mundo de Baleares, p. 55)
El pasado domingo día 30 su corazón dejó de latir.
Sin aviso previo, pues su salud era muy buena. En esos momentos se
encontraba solo, en su piso de Palma, en calle Aragón. Parece que se
sintió mal y se recostó en el sofá. A un lado dejó el móvil y
las gafas. Seguramente no padeció en exceso. El diagnóstico: un
derrame masivo en la aorta. Lo encontró, ya frío y en posición
relajada, pasadas las diez de la noche, su hermano Antonio, que
acudió al piso alarmado por su silencio. Justo al día siguiente
habría cumplido 65 años.
Tomás Horrach Bibiloni ha sido uno de los pintores más
importantes de su generación. Fue un artista particular, que
inicialmente en Barcelona, donde estudió Bellas Artes, parecía
decantarse por la pintura abstracta, aunque después renunció en
favor de un hiperrealismo muy personal. Disgustado por la promoción
de la banalidad mediocre que comenzaba a estilarse en el arte moderno
de los años 60, Tomás se replegó hacia lo artesano y tradicional,
en un culto por lo figurativo realista (heredero de Corot, Watteau,
Zurbarán y Antonio López, entre otros) que ha sido desdeñado
burdamente por ciertos mandarines de nuestra época. Tomás se marcó
un camino serio y riguroso de respeto a la tradición, y nunca
pretendió haber descubierto América, como reclaman para sí tantos
farsantes. En este sentido, su Némesis era Damien Hirst, el 'artista
mediático' sin dotes para el dibujo y la pintura.
Mi tío, conocido como 'en Tomàs de ses Deu', vivió
entre Palma y Saint-Malo durante décadas (con un breve período en
Huesca, donde impartió clases), pues de esta ciudad de la Bretaña
francesa procede su mujer, Edith; por lo general, pasaba en Francia
los veranos, y residía entre nosotros en invierno. Fue un bon
vivant moderado (a la mallorquina), una
persona generosa y entrañable, muy alejada de los retorcimientos de
ciertos artistas torturados. Tomás amaba la vida y el arte, de forma
tranquila, con nervio pero sin excesos.
Se retiró de la docencia hace unos años, y últimamente
andaba entregado a un entusiasta proyecto de manifiesto. Consistía
en una crítica directa a ciertas pautas mercantilistas y
especulativas que han prostituido una gran parte del arte
contemporáneo, convirtiéndolo en otro producto financiero más. No
se trata de que se enfrentara al arte abstracto en general, pues
apreciaba a muchos pintores de este tipo de tendencias (como
Kandinsky, Klee o Malevich), sino que pretendía recuperar la
dignidad originaria del artesano, sepultada por el peso de la moda y
la opulencia. Para esta tarea, tal vez algo ingenua pero necesaria,
me reclutó estos dos últimos meses. Simplemente traté de pulir el
estilo de sus alegatos, la reflexión de sus postulados
estético-morales. Tomás estuvo meditando día y noche para
encontrar las palabras precisas que alejaran a las jóvenes promesas
de la pintura del Becerro de Oro de los medios y las galerías más
poderosas. Todo aquello que silenciosamente, con sus alumnos, trató
de defender en el pasado, en ésta su última época pretendía
hacerlo más explícito, convertirlo en una proclama, en un Yo
Acuso 'zoliano', que volviera a poner algunas
cosas en su sitio, tras estallar los goznes que las sostenían. En
cierta forma, ha sido su testamento.
12 comentarios:
Pues ese "Yo acuso" deberías publicarlo. Por lo que cuentas es interesante.
Hay muchos pintores y artistas en general que aborrecen esto en lo que se ha convertido el mundo del arte en las últimas décadas, pero muy pocos se atreven a decir públicamente lo que piensan, o a denunciar la podredumbre que han visto.
Supongo que será para no verse ninguneados o envueltos en trifulcas. Pero si este hombre se atrevió a dar ese paso, sería una pena que su manifiesto no saliese a la luz.
Yo también te animo a publicar ese manifiesto, Juan Antonio. Los medios de reproducción mecánica han cambiado la función del arte en el siglo XX y-particularmente, yo creo que la pintura, por ejemplo, murió como actividad significativa con el "Guernika", donde Picasso hace recopilación y síntesis de toda la Historia del Arte, poniéndole un genial punto final-. Después ya sólo quedan artesanías más o menos brillantes, pero carentes del significado histórico que da sentido al Arte, y un montón de aprovechados (artistas, sí, pero del "timo") que se aprovechan de la estupidez de nuestra sociedad.
Mi padre, que va a cumplir 80 años, y lleva 20 retirado, era escultor de madera, y como tu tío, salvando las distancias, es otra víctima de la estupidez general (que tan bien retrataba Yasmina Reza, en su genial "Arte")
Compañero, mide tus palabras: Decir que la pintura “murió como actividad significativa” con tal o cual cuadro que "le puso punto final" ... no sólo es una patochada, es también una falta de respeto al trabajo de los miles de buenos pintores que ha habido después de Picasso -incluído el propio Tomás Horrach- y a todos los artistas valiosos que hoy en día trabajan y aportan en ese campo.
Lo malo es que no acostumbro a medir mis palabras, Brasas. Un defecto que tengo. Pero son pocos los artistas plásticos posteriores a Picasso que se pueden salvar (quizás Antonio López, quizás Jackson Pollock,quizás Lucien Freud o Francis Bacon pero poco más aportan algo verdaderamente significativo a la Historia del Arte). Y, por mi parte, voy a abandonar esta polémica (pues estamos invadiendo un blog ajeno para dirimir nuestras cuitas) y dándole el pésame a Horrach, por mi parte, me retiro.
Un abrazo, Juan Antonio
Brasas, el problema de dar a conocer el manifiesto es que todavía no estaba acabado del todo. Además, a Tomás le interesaba más enviarlo personalmente antes que ofrecerlo ampliamente. No sé, me lo pensaré y ya veré lo que hago.
Koolau, gracias por el pésame.
saludos a ambos
Oh! Reciba mi pésame Dr. Horrach.
¡que rabia da cuando, a pesar de ser mayores, no esperas que se vayan!
Usted sabrá bien qué hacer con esa joya de legado, estoy segura.
Salud compañero (que no me olvido de usted, aunque me prodigue poco).
En Tomás me va xerrar d'aquest manifest, pocs dies abans de la seva mort havíem quedat en veure-mos per parlar-ne. Crec que volia que el recolzés d'alguna manera i ja no hi he estat a temps, però sàpigues que si puc fer alguna cosa estic a sa teva disposició. M'agradaria veure què havieu estat fent.
Un amic den Tomás de ses Deu, en Sebastianet de Can Pastor.
Tià Zanoguera.
tiartistillo@hotmail.com
Muchas gracias,Pens. un beso
Tià, bon dia i benvingut al blog. Prenc nota del seu mail, li escriuré. saludos
Siento su pérdida, Horrach. No se pierda La palabra pintada, de Tom Wolfe, un brillantísimo ensayo acerca del momento en que la pintura se desentendió de la calidad para refugiarse en las pintorescas teorías de críticos, galeristas, y farsantes diversos. Si no lo encuentra, dígamelo. Un abrazo.
p.d. No soy un robot (creo) pero me ha costado un huevo ver el número.
Muchas gracias, amigo Navarth. Buscaré el libro, sin duda, ya le diré cosas. un abrazo
PD: perdone, ¿pero se refiere al número del capcha? Los de blogger deben estar haciéndome boicot...
¿Se llama capcha? Me refiero a los números y letras que hay que poner para que se publique el comentario. El de ahora se ve un poco mejor.
ya ha pasado un tiempo y vuelvo a visitar u blog y me he encontrado con esta lectura, gracias por lo que compartes es realmente bueno.
Publicar un comentario