Pocos discos tan extraños y minoritarios guardo en mis archivos como el Play power (2001) de David Candy, heterónimo de Ian Svenonius, cuya única incursión en los estudios de grabación es este subsuelítico homenaje a Frank Zappa y la psicodelia, influido también por un particular homenaje a clásicos del cine de terror, como La semilla del diablo de Polanski, cuya escalofriante nana satánica de Krzysztof Komeda versiona Svenonius en este disco. Dejo arriba el mejor, y más largo (19 minutos), corte del disco, Diary of a genius, una portentosa lección de lisergias subterráneas y posibilidades oníricas que no puede dejar indiferente a ningún hijo putativo de Rodion Romanovich Raskolnikov.
3 comentarios:
Interesante. A mi me ha recordado mucho al American Prayer de los Doors.
A mí incluso a ciertas extravagancias jazzísticas de Miles Davis.
Laz carrera de Svenonius es curiosa, pero en este caso de David Candy vuelve a demostrar que en muchas ocasiones es el 'proyecto paralelo', el que no es principal, el que consigue llegar más lejos.
saludos
Horrach, cada vez te quiero más. Conoces a Frank Zappa!!!. ¡Wow!. Mi pareja es bajista, y un fiel seguidor suyo, además, físicamente se parece bastante, aunke es más guapo, jeje. Un saludo.
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