"La humanidad surge del caos, del abismo, de lo sin fondo. Surge de allí como psique: ruptura de la organización regulada de lo vivo, flujo representativo/afectivo/intencional que tiende a referirlo todo a sí mismo y lo vive todo como sentido constantemente buscado. Sentido esencialmente solipsista, monádico... o también: placer de referirlo todo a sí mismo. Esta busca, si es absoluta y radical, no puede sino fracasar y conducir a la muerte del soporte vivo de la psique y a la muerte de la psique misma. Apartada de su exigencia originaria total, esencialmente alterada, formada/deformada, canalizada, la psique se encuentra a medias satisfecha en virtud de la fabricación social del individuo. Radicalmente inepta para la vida, la especie humana sobrevive al crear la sociedad y la institución. La institución permite sobrevivir a la psique al imponerle otra fuente y otra modalidad del sentido: la significación imaginaria social, la identificación indirecta con ella (con sus articulaciones), la posibilidad de referirlo todo a ella".
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