lunes, 2 de noviembre de 2009

UNA NADA FRENTE AL INFINITO

(fotograma de El exilio, de Andrey Zvyagintsev)

"¿Qué es el hombre en la naturaleza? Una nada frente al infinito, un todo frente a la nada, un medio entre nada y todo. Infinitamente alejado de comprender los extremos, el fin de las cosas y su principio le están invenciblemente ocultos en un secreto impenetrable, igualmente incapaz de ver la nada de donde ha sido sacado y el infinito en que se halla sumido".

Pensamientos, Blaise Pascal

7 comentarios:

Artqwin dijo...

Precioso, aunque creo que actualmente nos resulta más difícil concebir el origen que el fin. Supongo que es fácil en realidad y que no alcanzamos a comprenderlo por la limitación de nuestras capacidades que nuestro orgullo es incapaz de reconocer. Probablemente esté tan a nuestro alcance como la manilla de una puerta para un perro, pero esto algunos alcanzan a comprenderlo y usarlo así que sería más bien como la llave. Qué extraña impotencia me resulta pensar que seguro que está ahí, a la vista de todos e inalcanzable. Nunca siento tanto los límites como cuando pienso en el origen desde la nada; me hace incluso percibir más el cráneo que el pensamiento.
Usted también es muy amable, Horrach, además entrar aquí me tranquiliza y me calma, quién me lo iba a decir.

Artqwin dijo...

"Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el
silencio de las últimas ramas.

Esto era el destino:

llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua".



"La inexistencia es hueca como las máscaras y su visión es
lívida, pero tú oyes el grito de las madres del agua y acaricias
los ojos que vieron la inexistencia."

(Son de Antonio Gamoneda)

Johannes A. von Horrach dijo...

¡Qué me dice, Artqwin! ¿Le calma este subsuelo, cuando lo que pretendería servidor si acaso es lo contrario?, jajaja. Bueno, bien está.

Yo diría que en todo discurso lo que interesa más fijar es el origen precisamente antes que el fin. Porque al origen se encuentran vinculadas las cosas más importantes para que el discurso encuentre su fuerza; el fundamento de todo, la génesis, la base sobre la que supuestamente se sustenta todo el entramado construido. Fijar el origen, por tanto, es lo más importante. Por eso siempre los mitos, por ejemplo, re-construyen ese origen. Verlo, en cambio, como algo que no puede fijarse, como aquello que siempre ya habrá sido dejado atrás, es lo que nos deja inmersos en el desarraigo, la mayor prueba que tiene ante sí el ser humano. Nos pasamos la vida huyendo de ese desarraigo ontológico, lo desplazamos y tratamos de borrar las huellas de ese desplazamiento. Pero el desarraigo sigue ahí, esperándonos.

saludos

Artqwin dijo...

Iba a decir que la única certidumbre es el fin, pero en realidad el origen es igualmente cierto. Ambos son desconocidos, inexplicables, desconcertantes y aunque se trata el origen en todos los mitos creo que al menos hoy en día, aquí, tenemos más presente y más tratado, y mal tratado, el fin. Me parece que la gente se pregunta y se preocupa más a menudo por el fin, el destino, el futuro de un modo consciente. De un modo inconsciente tal vez se estén preguntando continua y constantemente por el origen. Creo que explicar uno conlleva explicar el otro, como una misma cosa aunque no sé si la comprensión y el conocimiento nos evitarían el desarraigo. ¿No podría éste producirse, también, por el destino de nada? ¿Dictaminar un destino de nada es lo mismo que no haber averiguado? Para mí sí, lo único que tendría sentido es que tuviera sentido y que la vivencia placentera fuera eterna o que alguna en la vida lo fuese lo suficiente como para compensar todo lo demás.
¿Se podría hacer una película de terror basada en el miedo al origen en vez de a la muerte? ¿Sólo al origen, sin que en ningún momento se jugase con la muerte de los personajes, sólo con su origen? Tendría que ser algo muy confuso, algo así como una película de Buñuel ;)

Johannes A. von Horrach dijo...

El fin siempre se interpreta, en la clave que antes decía, a partir de la previa interpretación que se ha hecho del origen. En el principio, que es el fundamento, encontramos aquellos elementos que funcionan como presupuestos para dar con la clave del fin. La dinámica es puramente circular, con tendencia autista, a cerrarse sobre sí misma. De este esquema surgen las religiones y las ideologías; frente a él se afirma la filosofía.

Sobre la película, Buñuel estaría muy bien; el Buñuel de 'El ángel exterminador', por ejemplo. De los vivos, también Cronenberg, o Zvyagintsev podrían ser buenos candidatos. O Egoyan, Gaspar Noé o Trier.

Sonja dijo...

Qué interesante subsuelo dostoievskiano es este? me parece un pozo interesante para caerse.
El origen sin duda es lo más desesperante, porque el fin aún no ha tenido lugar, es comprensible no conocerlo, pero el principio sí, existió en un lugar y en un tiempo y no hay manera de extraer certezas.
De todas formas distinguiría entre Fin, fin-finalidad y fin, por mi parte entiendo que el fin del individuo como ente puntual y fugaz es comer fresas silvestres y beber leche en un cuenco (sí, no estoy loca, pocas veces he entendido tantoque con esa muda secuencia de la merienda del caballero del Séptimo Sello).
Eso da sentido al fin, le hace que no importe demasiado.
Luego está el Fin del ser humano como especie, del cual el ser humano puntual forma parte evidentemente y que parece imposible conocer.
Yo ni me lo imagino.

Johannes A. von Horrach dijo...

Si nos ponemos un poco filosóficos, Sonja, se podría deciur que el principio y el fin se están jugando continuamente, a cada momento; no se trata de puntos concretos al inicio y al último momento de una línea. Es algo más complicado, más escurridizo. Una diañéctica entre la nada y el infinito, como dice Pascal.

Por cierto, me alegro que le guste 'El séptimo sello' y que valore esa escena sensacional de las fresas. Bergman es un portento, y hoy ya apenas nadie (cuatro carrozas) sabe ni siquiera quien es.

saludos

Related Posts with Thumbnails