miércoles, 4 de julio de 2007

EL CEMENTERIO JUDÍO DE MALLORCA


Este mes de julio se cumplen 32 años de la existencia del único cementerio judío que hay en Mallorca (y creo que también en el conjunto de las Baleares), situado en el pueblo de Santa Eugenia (a 22 kms. de Palma), cuyo nuevo alcalde fue compañero mío en el instituto (¡enhorabona, Guillem!). Fue aprobado el 9 de julio de 1975 por el Gobierno y la Dirección General de Sanidad y podemos encontrarlo junto al cementerio católico de la citada localidad. La primera lápida pertenece a Enrique Davids y data del año 1977. A pesar de que la religión judía es la más antigua de las que todavía existen en Mallorca (hay que recordar que según algunas versiones históricas los primeros judíos que llegaron a la isla pudieron hacerlo antes de la época de Cristo), la existencia de este cementerio y de otras realidades vinculadas con el judaísmo es un misterio para la mayoría de los mallorquines.

La discreción caracteriza los rasgos externos del recinto. Sólo si uno se detiene a las puertas del cementerio y observa con atención los detalles puede apreciar en los barrotes de la entrada dos estrellas de David en cada uno de los extremos y un candelabro. En la parte superior puede leerse una frase escrita en hebreo, reproducción de un salmo sobre la acogida que debe dispensarse a los muertos. Una vez dentro, y ya superada la capilla, llama la atención lo vasto del terreno que engloba todo el recinto; hay más tierra esperando a sus muertos que lápidas sobre las piedras. Aún así, son unas 80 las tumbas que existen a día de hoy (ninguna pertenece a la comunidad ‘chueta’). Y es que éste es un cementerio mucho más internacional que, por ejemplo, el de Deià: aquí hay enterrados alemanes, franceses, norteamericanos, españoles, ingleses, austriacos, húngaros, canadienses, etc. Es decir, cualquier judío (aunque no sea ortodoxo) que viva en Mallorca y que tenga voluntad de ser enterrado en este lugar.

Quiero detenerme en el poder evocador de los apellidos de los difuntos. Uno tras otro forman una lista exótica: Mendlebaum, Levy, Berman, Denoff, Korn, Blume, Almasy, Papo, Mordechai, Singer, Steinberg, Boardman, Duman, Robertstein, Manning, etc. Infinidad de historias sepultadas, infinidad de novelas que difícilmente llegarán a escribirse.

Un detalle importante tiene que ver con la homogeneidad que se desprende del conjunto de las lápidas, representación consciente de la igualdad esencial del ser humano que podemos encontrar en pasajes de la Torah o del Talmud (“todos somos iguales ante Dios”). Ninguna tumba destaca del resto, si exceptuamos dos casos excepcionales: uno, el de un judío francés, Jack Sergio Benhaïm, que también era masón y jugador de cartas (en su enorme lápida podemos ver los tres símbolos que guiaron su vida: la estrella de David, el símbolo masónico y una carta de baraja); el otro caso es el de Arnold Levy, que prefirió no poner lápida alguna sobre su tumba para sembrar la tierra con semillas que, años después, ya han florecido espectacularmente, elevándose un árbol varios metros sobre el suelo.

Más detalles sobre las tumbas: todos los muertos están enterrados bajo tierra, ya que está prohibido el enterramiento en nichos (por estar por encima del suelo) y en panteones (por su carácter ostentoso). También está prohibida la incineración, porque el cuerpo debe ser reintegrado en su totalidad a la tierra de donde dicen las escrituras que procede y no ser aniquilado bajo los efectos del fuego. Las lápidas sólo se colocan sobre la tumba un año después de enterrado el cadáver, porque durante ese tiempo el alma ya ha podido liberarse de la materia completamente.

Sobre la mayoría de las lápidas se encuentran un gran número de piedrecitas. Como recordará cualquiera que haya visto La lista de Schindler, se trata de una costumbre de los judíos askenazíes (de origen europeo, en oposición a los sefardíes, de origen español y mediterráneo) y cada una de ellas la coloca la persona que visita una tumba determinada. Evidentemente, a más visitas más piedras sobre la lápida. Caso curioso es el del barón de Izvor, llamado Nandor Goldstein (1912-1978), cuyas piedras que todavía se mantienen sobre su tumba fueron traídas desde Canadá por un familiar en nombre de él y de todo el conjunto de sus familiares. Otras tumbas no cuentan con ninguna piedra sobre sus lápidas, lo que confiere a su soledad una palpitación todavía más profunda.

Por último, no hay que olvidar la capilla, pequeño edificio situado frente a la entrada y destinado a la celebración de los funerales y al lavado mortuorio de los cadáveres, aunque éste se realiza actualmente en el tanatorio de Bon Sosec en Marratxí.

Imagen: tomada por mi antigua fotógrafa, la dulce Susana G. del Amo.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bello artículo, Horrach, y muy interesante también.

Escribes como un auténtico periodista.

Un abrazo,

Ángel.

Cisne Negro dijo...

¿Se puede visitar? Me gustaría ir a hacer algunas fotos...

Johannes A. von Horrach dijo...

Hola Ángel y gracias por sus palabras (aunque no sé si lo del 'estilo periodístico' es bueno o malo, jajajaj).

Hola Cisne, bienvenido (y enhorabuena por tu Lovecraft).
El cementerio no está abierto al público, pero se puede concertar visita. Pasa un poco como con el Museo Bíblico de Palma. Yo lo visité con Susana en octubre del 2005 y en ese momento se encargaban del cementerio una pareja de judíos argentinos; fueron muy amables conmigo y me contaron (luego también me enteré de más detalles) unas cosas muy interesantes pero delicadas. Me comprometí a no desvelarlas en público.

saludos

Jarttita. dijo...

Así que este es el famoso cementerio...amigo Horrach..

El Pez Martillo dijo...

Muy interesante la entrada. Hasta que usted me lo comentó, desconocía la existencia de este cementerio, como la gran mayoría de conciudadanos nuestros. Siempre he tenido a los judíos como gente muy discreta, supongo que en parte por la secular persecución que han padecido (aunque esa misma discreción puede ser la que a algunas mentes paranoides les lleve a imaginar a los judíos conspirando por doquier).

¿Son interesantes esas confidencias? ¿Me las querrá contar en privado, si puede?

Un saludo

Johannes A. von Horrach dijo...

Pues sí Jart, este es el 'famoso' (en realidad desconocidísimo) cementerio. A diferencia del Museo Bíblico (el de la momia), del que sólo tenía 4 fotos, del camposanto tengo unas 120. La verdad es que ese día, mientras yo hacía el reportaje entrevistando a los encargados del lugar, hice currar a Susanita bastante. La obligué a fotografiar tumba a tumba, algunas desde diversos encuadres. Algunas están demasiado bien como para ocultarlas, así que creo que alguna imagen más caerá (no sé cómo colgar varias fotos en la misma entrada...).

Camarada Pez, tal vez ya le haya contado alguna de estas historias delicadillas (sobre todo con respecto a una de ellas, si la cuento me puede ir la piel en ello, no exagero...)...

un seg.

Johannes A. von Horrach dijo...

ya.

Continúo: decía que alguna de las historias es más delicada que otras, pero en privado sí puedo contárselas, siempre que me prometa que no las hará públicas en su blog o en el mío. Ya es curioso que una historia tan secreta como es la del cementerio albergue a su vez otras más secretas todavía y más opacas.

saludos

PD: tengo noticias del GVEV, se las comunico ahora por mail.

Cris dijo...

Saludos,
Muy interesante lo del cementerio judío de Sta Eugenia, me gustaría ir a verlo, algún dia concertaré cita.Lo de la pareja de judíos argentinos me ha dejado muy intrigada.
El Museo Bíblico si q lo conocía ya que hice un proyecto para un master relacionado con los museos de la isla. Aunque creo q deberían acondicionarlo mejor para q las piezas se conserven en mejores condiciones, pero supongo q es problema de pasta como suele pasar. Acabo de ver justo en la entrada del artículo de debajo de este q mencionas un libro interesante: el de los seres imaginarios de Jose Luis Borges. No se si has visto en mi blog de ilustración el diseño q hice para el trofeo del Festival Mallorca Fantástica pero la descripción que Borges hace de la anfisbena me ayudó mucho para inspirarme:)

Shalom

Johannes A. von Horrach dijo...

Te saludo también aquí, Cris. Te digo lo mismo que en la última entrada: tengo más material sobre este cementerio (más de 100 fotos, y algunas historias intrigantes que me comprometí a no hacer públicas). Si te interesa conocerlo, y dado que no encuentro ningún mail tuyo en tu blog, dime cosas al mío y te comento.

besos

Anónimo dijo...

Como sabemos existian y existen en Palma los chuetas ,judios obligados a la conversion forzada
cuya historia es extenssa, pero interesante muchos de estso habitantes retoman los que les fue quitado por la Santa inquisicion Queri asaber donde estan los cementerios de los chuetas y sus sinagogas supongo que hoy Iglesias fraguadas como se ha descubierto en parte de España sobre todo franciscana donde se descubrio detras un templo intacto
sI SABES ME GUSTARIA CONOCER Y FOTOS Basta de tapar y negar la historia Estamos en la postmodernidad y edad contemporanea

Anónimo dijo...

http://es.wikipedia.org/wiki/Chueta

Unknown dijo...

Porque no tenia constancia de este blog, sr.Horrach?
buscando datos sobre el cementerio por cuestiones laborales me encuentro contigo¡¡ un saludo de Tomeu,del cementerio.
pd.faltan mas fotos¡¡

Johannes A. von Horrach dijo...

jajaja, quina casualitat, Tomeuet! ¿No sabías que existía este blog? En mi perfil de Facebook tengo puesto el link.

Tengo más de 100 fotos de ese cementerio, un día las colgaré todas.

una aferrada

Santiago dijo...

justo saque vuelos a europa, asi que ire de visita sin duda. un momento emotivo e interesante para los turistas de la colectividad.

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