"Etimológicamente, 'Absoluto' es lo 'ab-suelto', es decir, lo
separado, lo escindido de cualquier otra cosa. Más concretamente,
sería lo desligado de todo lo que es cosa, de cualquier ente. Lo
Absoluto o el Absoluto vendría a ser lo independiente e
incondicionado, opuesto por esencia a lo condicionado y a lo
dependiente, a la esfera de la oposición y de lo contingente, que es
la característica de los entes.
Muchos pensadores en la historia de la filosofía han intentado
precisar conceptualmente esta expresión, además de pretender
averiguar su propia naturaleza. Muchos términos se han utilizado con
el fin de asimilar su contenido al de lo Absoluto, como es el caso de
Ser, Dios, Substancia, Primer Motor, etc. Pero ningún concepto o
término puede definirlo positivamente, pues el Absoluto es en sí
aconceptual, desligado de todo ente y, por tanto, de toda posibilidad
de determinación; se trata de un a priori ontológico y por
tanto es, de por sí, irrecuperable para la reflexión positiva.
Sin embargo, a pesar de lo no recuperabilidad de esta previedad
ontológica, lo Absoluto es capaz de influir de alguna manera en el
mundo de los entes, aunque sea de manera indirecta, no de forma
positiva en la determinación, sino imposibilitando la verificación
o negación categórica y estricta de ninguna teoría o sistema del
saber. Como no es un ente, al Absoluto no podemos 'verlo' más que a
través de sus efectos, de las huellas que deja. El efecto que
provoca es el de la relativización, no tanto del contenido del
conocimiento, sino de su concreta formulación conceptual y
categorial, quedando así los resultados del saber entre paréntesis.
La problemática de lo Absoluto introduce de esta manera una
dimensión de incertidumbre fundamental que pone freno a las
invocaciones esencialistas, a toda pretendida 'última palabra'".
(artículo publicado en la revista Kiliedro)
4 comentarios:
Siempre tan acostumbrado a utilizar absoluto para indicar el todo, nunca se me ocurrió verlo deconstruido; así la cosa cambia. Será por el hecho de que no es un ente y que provoca a cualquiera una sensación de inmensidad que me llevó a pensar en el absoluto (incomprensible para un simple cerebro humano) como una calle muy larga, yo en medio, incapaz de distinguir los dos extremos, si voy en una dirección me alejo del supuesto fin de la otra dirección; el absoluto escapa a mi comprensión al no poder medirlo y categorizarlo (me han preguntado en alguna oportunidad cómo es que puedo medir y categorizar a Dios, puesto que creo en él :D ).
Viéndolo como usted lo expone cambia un poquitín el asunto, lo veo paralelo a las cosas; el absoluto no contiene todo, sino que está "desligado de todo lo que es cosa, de cualquier ente". El ser humano, (corríjame aquí si equivoco el uso de conceptos) puede sólo percibir los entes abstractos y concretos (y otras categorías que no recuerdo) que son, de una forma u otra medibles.
Si el absoluto no es un ente, entonces significa que ningún sistema filosófico a reconocido su existencia ¿Es así?
Yo diría que, siendo cierto que ningún sistema filosófico (o de otro tipo) ha podido fijar la existencia de lo absoluto, el principal objetivo de todos ellos consistía precisamente en llevar a cabo esta fijación. De ahí las hipóstasis que citaba en el texto, y que nos llevan al Heidegger de la ausencia de la pregunta por el ser, que acaba siempre reducido a ente. Igual la idea del todo: todo sistema 'metafísico' se determina a partir de un principio de totalización, de cierre omnicomprensivo alrededor de sí mismo, de clausura de la verdad. Pero no puede haber cierres categóricos en una cuestión que siempre dejará abierta la dimensión de apertura.
saludos
Mi adorable horrach, me da un poco de pena, pero como usted me interesa mucho, temo seguirlo molestando. Mejor dicho, me muero de ganas de tener a su hija (la tesis) entre mis manos. Disculpe usted, pero estos sumamente interesado. Cuándo será posible obtenerla?
El Doble.
Doble, escríbame un mail y lo hablamos.
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