jueves, 18 de marzo de 2010

ALEX CHILTON HA MUERTO



Sigue la epidemia de muertes que se ha desencadenado en el mundo de la música pop-rock estos últimos meses: a Rowland S. Howard, Vic Chesnutt y Mark Linkous ahora les acaba de seguir Alex Chilton, quien nunca fue un músico de masas pero que siempre contó con un sólido prestigio (también en este subsuelo). Creador del célebre The letter con sus Box Tops, tuvo su apogeo con el proyecto de Big Star, aunque su mejor album, a mi juicio, fue aquel experimento que creó junto a Alan Vega (Suicide) y Ben Vaughn, Cubist blues. Grabado a oscuras en un estudio de Nueva York en 1994 (el disco fue editado dos años más tarde), siguiendo los principios de creatividad improvisadora que guiaron los pasos del cineasta John Cassavettes, cuenta con piezas memorables, como Fat city, que aquí dejo (todos los títulos de las canciones se inspiraban en películas, en este caso el retrato de un boxeador perdedor que realizara en 1972 John Huston). Ojo al psicótico desmadre vocal de Vega, sobre una repetitiva base rítmica, punteada por Chilton a la guitarra y Vaughn al bajo. "Cool Alex!".

4 comentarios:

Pau Llanes dijo...

Muy estimado Horrach… Vengo a leerte y me das la noticia de la muerte de Alex Chilton. Qué mierda, con perdón… Y lo jodido del caso es que este domingo estuve buscando y escuchando cosas de Big Star, es decir de Chilton… uno de mis recuerdos musicales favoritos de los 70'.

Te cuento: estoy escribiendo un texto medianamente largo para un artista de Oaxaca, buen amigo y cómplice de muchas cosas, Demián Flores. El texto gira entre otros temas sobre el número trece. Por supuesto recordé a Big Star, su melancólica balada “Thirteen”. Cómo olvidarla… Así que la busqué y escuche varias veces de fondo a mi escritura. En realidad no dice nada acerca del trece. Creo que es el melancólico reclamo de un enamorado a su chica “a los 13”… Qué punteo de guitarra acústica ––sublime––, parece que Chilton pulsa un salterio.

Por si alguien se tarave a hacer un karaoké a duo con Alan Vega aquí adjunto la letra de "Thirteen".

Won't you let me walk you home from school / Won't you let me meet you at the pool / Maybe Friday I can / Get tickets for the dance / And I'll take you / Won't you tell your dad to get off my back / Tell him what we said about "Paint it, black" / Rock and roll is here to stay / Come inside where it's okay / And I'll shake you / Won't you tell me what you're thinking of / Would you be an outlaw for my love / If it's so well let me know / If it's no well, I can go / I won't make you...

Amigo Horrach, quiero dejar otro “tip” en homenaje a Chilton, su música, abusando de tu hospitalidad; mi blog sigue dormido… No se me ocurre algo mejor que trascribir aquí, en tu blog, un fragmento del texto que estoy escribiendo… Qué “casualidad”, Horrach, y eso que no creo en el azar ni en su p.m…

Como se pasa de largo lo adjuntaré en el siguiente comentario.

En una semana desembarcaré en la isla… Nos buscamos… Saludos desde Tenochtitlan.

Pau Llanes

Pau Llanes dijo...

En homenaje a "Thirteen" y sobre todo a ese punteo de Alex Chilton como si fuera un salterio...

“En la Cábala judía cada letra representa un número; si sumamos los números de la palabra UNO en hebreo nos da como resultado 13… Para muchas culturas el trece es un número “clave”, revelador, llave maestra para desvelar múltiples secretos ocultos, verdades “sagradas” que confirman el carácter trascendental —más allá de lo meramente físico y material— del universo y todo lo que en él se contiene. Parece ser que está relacionado con lo cósmico y astrológico: en realidad los signos del Zodiaco son 13, ya que Géminis es doble; también trece son los ciclos lunares de 28 días que constituyen un año solar en el calendario Dreamspell, acaso más preciso que el calendario Gregoriano… El número 13 es lunar, femenino, sin duda; así como el 12 es solar, masculino.

Para los masones el trece es el número de las grandes transformaciones y grandes cambios, de algún modo el símbolo de la vida eterna. El dólar norteamericano es un buen ejemplo de este “decir” y “saber” ocultados; algo obvio dada la fundación del nuevo estado y sus símbolos por fracmasones e intelectuales humanistas que ocultaban su saber y creencias en imágenes y cifras. Por ejemplo, en la parte posterior del billete de un dólar —la imagen más vista, a la vez menos “leída” de la cultura visual estadounidense— podemos ver el águila blanca “agarrando” por un lado 13 flechas y por otro una rama de olivo con 13 hojas y 13 frutos; la coraza del águila es un escudo con 13 barras y sobre su cabeza reconocemos una aureola-constelación de 13 estrellas, por cierto componiendo una estrella de David, la formada por dos triángulos equiláteros invertidos atravesándose superpuestos; al otro lado del águila vemos la pirámide escalonada que lleva hacia el conocimiento gnóstico, simbolizado por el gran ojo que todo lo ve y mira a lo lejos —la pirámide tiene 13 escalones o peldaños… Y como slogan central: ONE —uno— es decir trece… Qué curioso que para unos —quizás entre los más sabios— el trece signifique unión (simbolon), sea un número “clave” que une… y para otros —la mayoría indiferenciada— signifique lo contrario, implique desunión (diábolon), fatalidad negativa… En alemán, por ejemplo, del trece se dice “Dreizhen its des Teufels Dutzend” (trece es la docena del diablo)…

El folclorismo numérico cristiano supone que la fatalidad del trece proviene de la misma Cena Santa con trece comensales, antesala del sacrificio y muerte de Jesús… Ha sido tal la histeria desatada con el trece en nuestra era que se evita en muchas series corrientes: por ejemplo en las filas de asientos de los aviones, en muchos hoteles o rascacielos no existe el piso 13. Algunos personajes se refieren a él como 12+1, otros evitan casarse cualquier día trece (y si es martes peor). De echo existe una fobia al número trece —triscaidecafobia—, como existe otra al 666, o número de la bestia, desde luego mucho más difícil de escribir y sobre todo pronunciar correctamente de un tirón: hexakosioihexekontahexafobia… En el mismo Código de Hammurabi se omite el número 13; la Muerte es el número XIII del Arcano Mayor del Tarot (la única lama que no viene “nombrada”) —aunque no se trate de una carta de por sí “mala”, ya que anuncia transformación y cambio, a nadie le gusta que la muerte le venga a visitar antes de tiempo, incluso a su tiempo, ¿no? Bueno, en México la muerte es otra cosa —es tan dulce”…

Pau Llanes es decir PJR

Lectora dijo...

Pues yo no tengo ni idea de Alex Chilton pero nací un martes trece, tendré que escuchar el punteo ese.

Johannes A. von Horrach dijo...

Ya sabe, querido Pau, que sus aportaciones siempre son bienvenidas en este blog. ¿Podría avisarme cuando tenga su texto sobre el número 13 acabado? Me parece muy estimulante todo el texto que ha dejado en los comentarios, y tal vez estaría bien llegar a colgarlo como entrada firmada por usted. Como dice, nos encontramos en unos días, un abrazo.

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