lunes, 10 de mayo de 2010

RUGBY vs FÚTBOL


Aprovechando que acabo de encontrar un video promocional del rugby que realizó en su momento el canal Teledeporte, con el fascinante Confutatis maledictis (célebre pasaje del Requiem de Mozart. Anteriormente de decantaron por un nocturno de Chopin), me referiré a determinadas diferencias que se dan entre dos deportes inicialmente tan emparentados como el rugby y el fútbol.

A mi juicio, y dejando de lado las habituales diferenciaciones que se suelen sacar a colación, lo que separa profundamente a estos dos deportes es la misma idea que estructura ambas formas de representación y la relación que ésta manifiesta con la violencia. En cada caso hay una idea del mundo y de la naturaleza humana que se opone a la otra, y ésta se manifiesta en ambas situaciones de una manera indiscutible. Son, en definitiva, dos consmovisiones opuestas.

El rugby es un deporte explícitamente de combate, en el que el papel que juega la violencia es muy evidente. Aunque hay unas reglas que limitan el ejercicio de la misma, no es extraño que los jugadores se enzarcen en agresivas disputas más allá de la posesión del oval. Sin embargo, esta sobreafirmación de lo violento en el rugby no es más que un paso regulado en el proceso, pues todo se encamina en dirección hacia la catarsis conjurada a la finalización de cada encuentro. Rituales tan extraordinarios como el del 'Tercer tiempo' permiten entender perfectamente que la disputa violenta tiene como objetivo una purificación de las pasiones en la que el enfrentamiento con el teórico enemigo no asalta los límites del terreno de juego. Tras el castigo de un combate sin contemplaciones y que sólo en apariencia parece buscar la aniquilación del otro, el adversario se convierte en alguien que no puede ser más que un igual. Al final sólo se manifiesta aquella igualdad que es fruto del respeto mutuo y de una similar aceptación de la existencia como desafío y enfrentamiento caballeroso. Este espíritu conciliador bajo la máscara del terror también se escenifica en otro ámbito de este deporte, y es que las tácticas de lucha del rugby, entendidas de forma casi bélica, no se contagian a las gradas, pues allí los espectadores viven civilizadamente las evoluciones del escenario de juego sin experimentar el contagio de la pasión violenta. La igualación esencial que en el campo sólo se produce tras el combate la llevan ya asumida de inicio los espectadores. Todo lo contrario sucede en el fútbol, donde la violencia entre aficiones ha dado mucho que hablar. Si el rugby es un ritual expiatorio de control y gestión de la violencia que permite a los que la practican una profundización en valores y experiencias muy valiosas de cara a la vida
, en este aspecto el fútbol es un deporte mucho más hipócrita pues, bajo una aparente negación de la violencia (recordemos que se tolera poco el contacto), lleva a cabo un cultivo de las conductas que más directamente atentan contra el espíritu del reglamento. Por ejemplo, basta ver lo celebrados que han sido y son aquellos jugadores que, al estilo de Paulo Futre, tienen una gran habilidad para engañar al árbitro simulando derribos y faltas, y es que en el fútbol prima un ethos de cobardía y engaño que trata de alcanzar sus objetivos sin tener en cuenta pauta moral alguna. Tirarse en el área, simular agresiones, protestar intimidatoriamente al árbitro, etc., son conductas habituales en todos los partidos. Además de hipócrita, el fútbol también es más venenoso a nivel social, porque las pasiones que pone en juego desbordan el terreno de juego asentándose fieramente en todos y cada uno de los ámbitos de nuestras sociedades. Mientras que el rugby, más hobbesiano al aceptar que el polemos caracteriza al ser humano, pone bajo control la agresividad de los hombres, el fútbol, enésima reencarnación del espíritu rusoniano, inunda de tensiones destructivas el tejido de la sociedad y asienta en el corazón de los hombres el hambre de exterminio.

7 comentarios:

Artqwin dijo...

Hola Horrach, si alguna vez ve El extraño hágalo en versión original, aunque, tal vez me equivoque, parece usted de los que lo hacen así por sistema. La versión doblada al español se lleva por delante 3/4 partes de la película y el total, absoluto, del personaje femenino. Parece un culebrón en vez de lo que yo vi. No creí que pudiese cambiar tanto.
Preciosa la canción que le dedica a su musa.
Del rugby no sabría decirle, interesante el análisis sobre la violencia. Aunque hay otro tipo de relaciones también aparte de competidores o presa-cazador y en medio de la violencia es muy difícil la creación, me parece o al menos la construcción de algo que se sostenga. Es difícil aceptar lo que usted propone porque el hombre escindido que usted nos presenta se caracteriza, tal como yo lo experimento, precisamente por su rebelión al orden de Dios, al orden natural - que hemos disociado en realidad de lo divino contraponiéndolo a ¿sí mismo? - aunque su reconciliación parezca llevarnos precisamente a esa misma rebeldía, un paraíso donde evadir las leyes que nos obligan; una contradicción. ¿Hemos invertido el proceso, convirtiendo el orden natural en algo opuesto a ello, en la oscuridad, para seguir negando la realidad y las limitaciones? ¿Existe algo más allá? Cada vez me convenzo más de que sí. El misterio, sin temor es un campo abierto en vez de un peso o un interrogante. No sé si me entiende, me parece que no me entiendo ni yo y que probablemente tampoco le entienda a usted.
En el instituto hice una vez un trabajo sobre el suicidio, no recuerdo el nombre del autor del libro, un tocho enorme de portada naranja; seguramente lo habrá nombrado alguna vez por aquí. Pero ya no me fascina como entonces, procuro que no lo haga, cuestión también de voluntad. Leer a Girard y luego ponerse una de sus canciones, no es extraño que piense en ello, también a mí me deprime. ¿No hay ningún otro más optimista que le guste? No sé, a veces pienso que la Nada, de Sartre, ese nihilismo, me jodió un poco la existencia; todo se puede explicar de tantas maneras distintas.

Johannes A. von Horrach dijo...

jaqjaja, hombre, le confieso que algo de lo que dice en el primer párrafo se me escapa. Pero me quedo con la frase "el misterio es un campo abierto". Me gusta.

Sobre el suicidio: ¿se refiere al voluminoso estudio que le dedicó al tema Emile Durkheim. Si es así, sí, lo cité en la disección de Kiliedro sobre la cuestión. Aporta datos y reflexiones interesantes, aunque le sobra gran parte del tamaño.

saludos

PD: sobre los gustos pesimistas, siempre me han reconfortado estos sonidos deprimentes, estas lecturas nihilistas, esas películas depresivas. Es como si neutralizaran un impulso interno autodestructivo, utilizando los mismos elementos. Lo deprimente me aporta energías.

Francisco dijo...

Muy bueno su artículo, creo que se puede sintetizar perfectamente con la conocida cita "el fútbol es un juego de caballeros jugado por villanos y el rugby es un juego de villanos jugado por caballeros".

Artqwin dijo...

Pues puede ser que fuera ése, no lo recuerdo bien, he mirado en el google las imágenes pero esos poliedros en la tapa no estaban en el mío, el color naranja sí. Claro que hace de ello muchos años, ni siquiera recordaba que había hecho ese trabajo. Leí aquí un nombre que me hizo venir de pronto a la memoria el libro, por fuera, del contenido no recuerdo nada concreto, sólo que hablaba del suicidio y sus causas; y el ejercicio, así que imaginé que efectivamente podría ser de él pero sin estar seguro.
¿Se alimenta de lo deprimente entonces? Qué bueno, lo recordaré cuando esté en mis día más bajos para venir a reconfortarle mientras me desahogo.

El profesor de filosofía a su auditorio, después de la conferencia: Y si ustedes me han comprendido bien, es que me he explicado mal.

Johannes A. von Horrach dijo...

Dejo algunos videos en los que se puede comprobar casi dramáticamente la diferencia de actitud entre fungolistas y rugbistas. Pasen y vean:

http://www.youtube.com/watch?v=bVjO5_DUMGM

http://www.youtube.com/watch?v=m3zWHQaYuSI&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=c3iBhwi_3mk&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=PNi6nafLcsI

Johannes A. von Horrach dijo...

Francisco, bienvenido al subsuelo. En efecto, la mejor forma de sintetizar en un frase lo que trato de explicar en la entrada es la que usted cita.

jajaja, hombre, me reconforta lo deprimente, pero con cierto control. Chutes desmadrados todavía no he probado.

Sobre su profesor, su solución es el 'oscurecimiento unamuniano'. Dicen de Unamuno que daba a leer lo que escribía creo que a la criada; si lo entendía, era cuestión de oscurecer más el texto.

saludos a ambos

Hoteles Santa Marta dijo...

Definitivamente es un deporte que no me gusta que siento que no merece el nombre de deporte por la violencia que atrae, se supone que el deporte es salud, unión, hay que saber en definitiva ser un buen deportista.

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