lunes, 18 de septiembre de 2017

VILEZAS DEL CASO ALPHA PAM


 (disección publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Un serio error de mi anterior vida como político (aunque el peor fue dejarme arrastrar a ese foso) consistió en exigir, cuando era portavoz y candidato de UPyD, que los políticos imputados se vieran obligados a dimitir, quedando como preventivos e irredimibles apestados. También es cierto que apenas nadie se opuso a esa corriente antigarantista, pero eso no es excusa. Si racionalmente no supimos anticipar lo que podía suceder, es decir, que muchos inocentes fueran pisoteados en el camino del oprobio, ahora ya no tenemos pretextos porque los hechos en forma de absoluciones han evidenciado lo inquisitorial de sentenciar a quien no ha sido juzgado.
El asunto es todavía más grave cuando el acusado, ya liquidado por la opinión pública, no llega ni a sentarse frente al tribunal. Ejemplos hay muchos de estas tergiversadoras e histéricas piras sacrificiales, pero el caso Alpha Pam, cerrado judicialmente esta última semana, me parece muy recordable para calibrar la indignidad de cierta gente, que mira a otro lado cuando su furia persecutoria se ha quedado sin sustento. Cuando este hombre senegalés falleció por tuberculosis, hace cuatro años, la oposición en bloque acusó al Hospital de Inca y a la conselleria de Sanidad de haber provocado la muerte del inmigrante, que no tenía los papeles en regla pero que llevaba residiendo en Mallorca casi diez años.
Estamos ante un ejemplo no tanto de post-verdad como de pre-verdad: se asume una verdad maniquea cuando el asunto no ha sido ni siquiera investigado por la justicia. Y cuando ésta dictamina en contra de la averiada pre-verdad, sus feligreses miran a otro lado. El documental que Jarabo produjo sobre el caso Pam es un ejemplo infame de agitprop, pero también deberían pedir disculpas Camargo, Fina Santiago, Armengol y cierto periódico que tras inundar sus portadas con este asunto ahora calla. Sin olvidarnos de Sansaloni, conseller de Sanidad que cesó al gerente del hospital, el hoy diputado de C’s en el Congreso Fernando Navarro, como cortafuegos con el que blindarse en el cargo.
Todas las sentencias han dado la razón a los acusados: no hubo omisión del deber de socorro; tampoco mala praxis; y mucho menos fue un caso de homicidio imprudente. Pero la jauría fue incapaz de desaprovechar la manipulación repugnante de un tema tan delicado. Son los mismos que falsifican el asunto, vinculado a este caso, de la sanidad universal. Primero, hacen ver que esto es moneda habitual en toda Europa, cuando no es así (al parecer, ningún país la aplica). Y segundo, más manipulador aún, se hace creer a la ciudadanía que sin esta universalidad los inmigrantes (todos, sin especificar entre legales o no) quedarían sin derechos sanitarios, pero tampoco es cierto.

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails