lunes, 11 de enero de 2016

EL DERECHO AL RIDÍCULO


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Durante los tres años que trabajé en un centro de rehabilitación de alcohólicos, escuchando sus siempre terribles y a veces divertidísimas peripecias vitales, tenía claro que la realidad acostumbra a vapulear las ínfulas de la ficción. Ahora ya no trabajo allí, pero me queda al menos el LSD catalán para ir tirando.
¿Saben que en el mundo hay más de una CUP? Aquí la CUP es una peña muy cachonda y esperpéntica-esquizoide, capaz de liarlo todo en base a unos supuestos principios, cocinando un empate inverosímil en asambleas que contaban con el rey de la farsa (Enric Marco), para acabar cediendo ante los restos de la Convergencia cleptómana y xenófoba, sacrificar a dos de sus diputados-rehenes, con el showman Baños dimitiendo por defender lo que dijo que jamás haría y al poco pedir su reingreso en el manicomio, y ayudando a Mas con un revelador “lo que las urnas no nos dieron directamente se ha tenido que corregir a través de la negociación” (!). Era inevitable que el derecho a decidir, o sea, que sólo vote una parte del todo, acabe derivando en una siniestra democracia retocada, porque los votantes no saben lo que hacen, pubrets. En fin, que seguimos muy lejos de países aburridos como la Perfecta (que no Pérfida) Albión, donde su CUP son las siglas nada menos que de la Cambridge University Press. Así les va.
Nunca había quedado tan claro que Cataluña no puede ser más española y carpetovetónica. Casi diría que es un reducto privilegiado de la Leyenda Negra si no fuera porque hay mucha competencia en acaparar esos méritos. En Pujolandia, los genios del Institut Nova Història, aquellos humoristas que inventan orígenes cuatribarrados a Cervantes, Da Vinci o Santa Teresa de Jesús, han tomado decididamente el poder para escribir un guión político que explora insólitos territorios de la demencia. Al final van a conseguir lo que querían (no redistribuir renta al resto de España), y sin necesidad de Concierto económico: hundiendo la economía de Cataluña hasta los niveles de Somalia. Huyen decenas de empresas y La Caixa ya tiene pie y medio en Palma. Original fin del expolio...
Anestesiados durante décadas bajo la trampa saducea del Seny, al fin nos hemos librado de vacilaciones timoratas para adentrarnos intrépidamente en la historia. Historia del delirio, pero algo es algo. Ahora que todos hablan de líneas rojas, Tarradellas marcó la esencial: “todo menos el ridículo”. Descanse en paz, Tarradellas, el Seny y Cataluña. Hola doctor, no le haga daño a mi pobrecito Norman.

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