lunes, 12 de enero de 2015

CHECKPOINT CHARLIE


(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Andan algunos muy mosqueados por lo de Charlie Hebdo, aunque de una manera un tanto peculiar: tan ensimismados con sus juguetitos expiatorios, detestan que se hable de otros enemigos que no sean los suyos (USA, Israel, Vaticano, Wall Street, etc.). Muchos de los que previenen ahora contra la posible islamofobia (cuando en Francia sin ninguna duda lo tienen mucho más complicado en el día a día los judíos que los musulmanes) no son precisamente espíritus puros ausentes de odio, sino rencorosos profesionales que dedican su vida full time a cultivar su vínculo demonizador con sus particulares bestias negras, y ahora no quieren distracciones ni competencia.
¿Y ahora qué? Los LePen de turno pueden sacar petróleo, sin ninguna duda, si consiguen capitalizar el miedo, pero, ¿no le habrá servido en bandeja la victoria esa gauche caviar tan pánfila como para no haber valorado nunca el peligro del terrorismo islámico? No hacía falta demonizar a los musulmanes o exigir la pena de muerte. Bastaba algún cambio legal para no dejar libres a tipos como estos que ya estaban fichados (como los de Atocha, como los del 11-S). Pero claro, si los trincaban entonces salía esta izquierda desorientada bramando en pro de un garantismo mal entendido. Ahora exigen responsabilidades ¡los mismos que montaron el escándalo del 'comando Dixán'!
La clave a partir de ahora para controlar la islamofobia es que los musulmanes moderados pasen de las palabras de condena a los hechos incontestables de que dicen de verdad lo que piensan. Quiero decir que gran parte de la solución viene de que sean los propios ciudadanos europeos de religión islámica los que desactiven a los yihadistas, señalándolos y haciéndoles el vacío. Viven entre ellos, los conocen. Si no lo hacen, será inevitable que gane la extrema derecha y se relacione masivamente Islam con terrorismo. Pensemos en un contrafáctico: alguien en la comunidad musulmana de Barcelona, que es donde parece que hay más potenciales yihadistas en España, denuncia y entrega a la policía a dos o tres tarados como los Kouachi y Coulibaly porque ve venir que van a montar alguna. Eso sería magnífico, porque nadie ya se atrevería a decir que todos los musulmanes son iguales, y tendríamos así un paso trascendental en favor de la convivencia.

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